22/11/07

El jefe de todo esto, de Lars Von Trier

Primera consideración: El título original, Direktören för det hele , hace referencia al “director” de todo esto, lo cual nos hace pensar en una autoreferencia de Lars Von Trier. Además, en los primeros minutos de la película una voz en off, la del director, nos avisa que lo que vamos a ver es una comedia, en el mismo momento en que la imagen de Lars Von Trier aparece en la ventana de la oficina donde se desarrolla la acción.



Queda explícito nada más empezar el hecho fílmico que rodea a toda película del director danés, como ya he comentado en otras ocasiones:

Dogma y Dancer in the dark
Europa y El elemento del crimen
Dogville
Cinco Condiciones

Segunda consideración: Trier insiste en que su película es una comedia. Y lo es en el sentido de las grandes comedias estadounidenses cuyos máximos representantes son, curiosamente, europeos, Lubitch y Wilder a la cabeza. En estas comedias, como en la película de Trier, la narración se centra en una situación inusual que se intenta solucionar por medio de mentiras y subterfugios que consiguen que la situación se complique y se generen nuevos engaños. Trier demuestra ser capaz de adaptarse a las formas clásicas de narración cinematográfica, pero su elección no deja de ser curiosa: Fingir y engañar como base de situaciones cómicas. Todo el cine de Trier se basa en la evidencia de la ficción y en El jefe de todo esto los personajes inventan una ficción, un actor se hace pasar por el director de una empresa, que sirve para que contemplemos una ácida reflexión sobre las relaciones laborales. Una ficción dentro de una ficción que denuncia una realidad.
Porque Trier no puede limitarse a realizar simplemente una película, debe efectuar una lectura metacinematográfica de una narración filmada.
La elección del género es importante, pero Trier es mucho más elocuente.

Tercera consideración: El “artefacto metanarrativo”:

Según se lee en la página oficial de la película :


Automavision© es un sistema de cámara (y de sonido) desarrollado para limitar la influencia humana y dejar la puerta abierta al azar con el fin de proporcionar a la obra una visión “sin ideas”libre de la fuerza de la costumbre y de la estética.

Una vez que el director de fotografía ha escogido la mejor posición posible para colocar la cámara desde un punto de vista artístico, un programa compila una lista de correcciones aplicables: inclinación, panorámica, enfoque, apertura, posición vertical y horizontal; hay otra lista de posibles correcciones para el sonido: filtros, niveles, etc, que se aplicarán cuando el ingeniero de sonido haya colocado los micros. Después de estudiar los diversos parámetros, el director, el director de fotografía y el ingeniero de sonido evalúan las modificaciones y pueden decidir descartar la toma. Pero cada vez que la cámara deja de rodar, la selección aleatoria según la fórmula Automavision© vuelve a realizarse. Para sacar el mayor partido posible de estos encuadres y tomas de sonido para la copia final, no se procesan las tomas, aparte de un simple montaje en el orden previamente escogido. En otras palabras, no se realizan cambios de colores, no se manipula la imagen ni se hacen mezclas de sonido, ya que el material se transfiere directamente a la copia final.

En el caso de EL JEFE DE TODO ESTO también se prohibió el uso de una iluminación que no fuera la propia del decorado exterior o interior.

Cada escena de EL JEFE DE TODO ESTO está realizada de acuerdo con las reglas de Automavision© a excepción de cuatro pequeños insertos con los comentarios del director que no siguen las reglas.

Lars von Trier, Filmbyen, 8 de mayo de 2006


El resultado de rodar con Automavision© es, en poco mas de un minuto, algo parecido a esto:












Trier da tanta importancia a la narración como al modo de hacerlo. Sólo por eso El jefe de todo esto resulta una obra destacable, aunque pueda ser considerada una obra “menor”
Pero a causa de la metanarratividad cabe hacerse un par de preguntas: ¿Es El jefe de todo esto efectivamente una obra menor? y la más importante, ¿es realmente una comedia o la consideramos así por la insistencia del director?
Yo, como siempre, me siento reacio a seguir las directrices que me indican. Pero me reí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gambini...

?

El Miope Muñoz dijo...

Ha visto la parodia de Von Trier en Muchachada Nui?

Anónimo dijo...

Me gustan algunas pelis de von Trier y no he visto esta peli, pero me ha recordado a mi profe de dibujo, que un día nos hizo pintar con la mano izquierda (a los diestros), para ver qué salía.
Esto me suena a algo así. Un juego. Y si el programa, como en Odisea 2001 se proclama 'director' autónomamente ¿de qué, por todos los santos, viviría Lars?
Besos.

Portnoy dijo...

Alvy, casi me parto cuando tira las gafas al suelo y dice que él quiere plasmar la realidad... por un momento pensé que Joaquín Reyes visita El Lamento.
:-)
Gabriela, lo que Trier no cuenta cuando plantea estos experimentos es que él es un tramposo... puedes estar segura que, puestas las condiciones, él se las salta... es un divo, el Dios de sus películas... supongo que debe contar con la complicidad del espectador (una complicidad benévola) para que la película esté completa.
Gambini, sí, y su Monólogo del deshollinador.
Y en uno de los diálogos dicen algo así como: esto es como las películas Dogma, que los diálogos no se entiendan no quiere decir que no sean importantes
O algo así
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.