31/1/07

Philip K. Dick (y II)

Y entonces yo me pregunto, en mi escritura, ¿Qué es real? Porque incesantemente somos bombardeados con pseudo-realidades creadas por gente muy sofisticada usando mecanismos muy sofisticados. Yo no desconfío de sus razones; desconfío de su poder. Tienen mucho. Y es un poder inmenso: ese de crear universos enteros, universos de la mente. Yo lo tengo que saber, hago lo mismo. Mi trabajo es crear universos, una novela tras otra. Y yo tengo que construirlos de tal manera que no se derrumben a los dos días. O al menos eso es lo que mis editores esperan. Sin embargo, les voy a revelar un secreto: A mí me gusta construir universos que se derrumban. Me gusta verlos deshacerse, y me gusta ver cómo los personajes en las novelas lidian con ese problema.
Tengo un amor secreto por el caos.

Philip K. Dick; Cómo construir un Universo que no se desmorone en dos días, traducción de Javier Moreno


(continuación de Philip K. Dick)


Decíamos que en cierta manera Dick refleja en sus obras la sociedad (convulsa)en la que vivió. Hasta que punto ese hecho puede ser sintomático de la (también convulsa) personalidad del autor es algo en lo que no profundizaremos. Nos quedamos sólo con sus novelas y relatos, la realidad, el ser humano y la sociedad de la Guerra Fría. Como resulta que es bastante terreno por explorar supongo que podría intentar resumirse en unos cuantos puntos:

Realidad: El acierto narrativo de Dick en este tema es el de mostrarnos siempre una realidad aparentemente distorsionada pero siempre desde el punto de vista subjetivo de uno de los personajes. Por ejemplo, el gran acierto narrativo de Los tres estigmas de Palmer Eldrich es no indicar nunca al lector en que nivel de realidad se encuentra el personaje. Es un argumento recurrente en Dick que una realidad aparentemente coherente para los protagonistas de las novelas empiece a mostrar incomprensibles fisuras que hacen que ellos deban cuestionarse la validez de cualquier tipo de realidad. Los andrillos de ¿Sueñan los androides...? no se distinguen de los humanos a causa de sus recuerdos implantados, sino a causa de su falta de empatía por el resto de seres vivos; la pregunta que plantea el relato es si un androide con empatía, ¿Deckard?, se distinguiría de los humanos. Es decir, y ese es la pregunta central que suscita la obra de Dick, una realidad inducida, falsa, podría ser tan real como la que aceptamos como “Realidad”

(entiendo que la queja de j. en los comentarios se dirigía en este sentido, las realidades de Dick no son “inconsistentes lógicamente”, al contrario... pero yo me refería a que a los personajes de Dick les era posible cuestionarse la validez de sus realidades inducidas (o no) debido a pequeñas inconsistencias... en fin, matices)

Bloques: El que en muchas novelas de Dick se mantenga una sociedad global surgida del enfrentamiento de los bloques soviéticos (comunistas) y estadounidenses (capitalistas) el ejemplo más claro de transposición de la realidad social de Dick a la ciencia-ficción. Pero Dick da un paso más ya que en muchas de sus novelas los bloques no actúan motivados por intereses políticos enfrentándose sino que se alían para someter o engañar al resto de la humanidad. La ficción que los dos bloques conjuntados crean en el planeta tiene el efecto de una realidad falsa para los protagonistas de las novelas de Dick. Como intermediarios entre los dos bloques actúan grupos empresariales internacionales ajenos a toda ideología política. La penúltima verdad o La pistola de rayos exploran esas circunstancias que podrían elevar a Dick a la categoría de visionario a lo Jules Verne en lo que concierne a un futuro (el del autor) en el que los grupos económicos serían capaces incluso de distorsionar la realidad para mantener su parcela de poder. Economía como sustituto de la Ideología.

Colonias: En el universo consistente de Dick el ser humano se ha expandido por el sistema solar, e incluso ha llegado a planetas extrapolares. Muchas son las variedades narrativas de esa expansión, desde la condena que supone quedarse en la Tierra en ¿Sueñan los androides...?; la monotonía de la vida en Marte que sólo puede soportarse por juegos y drogas que combinados sostienen realidades falsas en Los tres estigmas de Palmer Eldrich; la colonia-manicomio abandonada en la Luna Alfana en la que se establece una sociedad de castas en la que cada uno de sus individuos padece una determinada enfermedad psicológica... No hay una épica de la conquista espacial en Dick, para él la colonia espacial en un escenario perfectamente válido que no merece mayor explicación. En ese sentido Dick es muy respetuoso con su lector.

Cogn o Precogn: En muchas historias de Dick aparecen estos curiosos personajes cuyas habilidades psico-lo-que-sea les permiten conocer el futuro. Lo curioso en Dick es que estas extraordinarias aptitudes son empleadas siempre al servicio de grandes empresas en las labores más prosaicas y extrañas: Policías, publicistas, guardaespaldas, diseñadores de armas... Lo extraordinario, lo sobrehumano ayudando al capitalismo despiadado.

Androides y robots: Los robots no suelen interesarle demasiado a Dick. En las obras que aparecen suelen ser objetos obsoletos carentes de utilidad. El androide, según Carrère, es lo opuesto a ser humano y desde él, desde su opuesto, permite definir lo humano, una de las ambiciones de Dick. El androide adquiere así un nuevo significado: si el androide es indistinguible del humano, ¿no es también humano? Es el (gran) tema de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Dios: Tal y como lo entendemos Dios sería garante de que el mundo físico fuese uno y que además respondiese a lo que nuestros sentidos nos comunican. Con estos criterios Dios no tendría especial relevancia en la obra de Dick. Sin embargo, sin ser extremadamente religioso, Dick tenía arrebatos místicos que anonadaban a los oyentes de sus conferencias. Es decir no aceptaba la imagen ortodoxa que las religiones nos ofrecen de Dios y sin embargo era capaz de entregarse a furibundas digresiones teológicas de las que nunca podía desprenderse, al igual que en sus novelas, si creía o no en la idea de Dios. El Mercerismo una especie de religión que arrastra a las masas en ¿Sueñan los androides...? acaba descubriéndose un montaje. Pero en el momento en que se descubre la superchería Mercer trasciende de su escenario cinematográfico. La ferviente religiosidad de uno de los personajes hace que el mundo que se describe en Ojo en el cielo sea de una irracionalidad chocante, pero que le permite, al mismo tiempo, descubrir su lastimosa situación “real”... si el ojo-en-el-cielo puede ser la mirada de Dios, también puede ser la de gigantes extraterrestres que juegan con los seres humanos como lo haría un niño con sus muñecos.
La figura de Dios es ambivalente en su obra. Puede que Dick no fuese creyente, pero la discusión teológica era fundamental en su vida.

Extraterrestres: Me resulta muy significativo que, sabiamente, las entidades de otros planetas no sean descritas por Dick. Aparecen raramente en sus obras, pero cuando lo hacen adoptan el aspecto de algo circunstancial: La aparición de naves extraterrestres precipita los acontecimientos en La pistola de rayos, pero forma parte del decorado en que se desarrolla la acción; los amigos de Frolik 8 o lo que encontró Preston en su iniciático viaje en Lotería solar tienen el mismo cometido narrativo.

Intentar agrupar todas las novelas de Dick en un único universo coherente es imposible. Cada una de sus novelas es coherente, cierto, pero el autor no supeditó el conjunto de su obra a una idea general. Cada una de sus novelas y relatos es un mundo independiente que se agota en sí mismo (excepto por las preguntas que suscita) Que el papel de los extraterrestres quede reducido al de comparsa o aparezca como trasfondo tiene su sentido ya que lo que verdaderamente interesa a Dick son los problemas humanos. Cada una de sus novelas nos presenta a uno o varios personajes enfrentados a un dilema en muchas ocasiones moral cuya solución no es necesaria narrativamente, y es una de las pocas cosas que se le pueden reprochar a Dick, que escoja un final para cada una de sus historias. Pues en Dick nos interesa la problemática, no el desenlace.

Podría introducir otros elementos recurrentes como las drogas, las enfermedades mentales, los aparatos que inventa para sus novelas, pero creo que da una ligera idea de lo que son los universos consistentes de Dick, mundos anclados en el pasado (en el presente de Dick) y que miran al futuro del ser humano pero desde su interior, no desde una perspectiva tecnológica sino humana, moral, filosófica. Acabaré con dos citas que encontré por ahí (respondo de la primera, que es de la conversación con Bolaño, no de la segunda):

Me parece, insisto, que a Dick lo que menos le interesa es el futuro como territorio porque ya se siente excluido del presente. El futuro sólo puede significar peores noticias, la tecnología jamás le despertó la menor esperanza (...)
Rodrigo Fresán


El hecho de que Dick sea entretenido se basa en que sus relatos mezclan la realidad y la locura, el tiempo y la muerte, el pecado y la salvación - y todo esto escapa a la mayoría de los críticos. Nadie dice que tenemos nuestro propio Borges local.
Ursula K. LeGuin


Otros enlaces:
Philip K. Dick (I)
Los tres estigmas de Palmer Eldrich
Bolaño, Roth y Dick
El hombre que sabía demasiado, por R. Fresán
Lem y Dick
Un visionario entre charlatanes,de S. Lem (en Términus Trántor)
Dick, bibliografía
El archivo paranoide de Philip K. Dick (en Escuela de Letras)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Con respecto al tratamiento de Dios, que no recuerdo otro explícito más allá de "Tetragramatón" de "Ojo en el Cielo" ¿No lo reduce Dick al final a un mero actor dibujado por las creencias de la persona centro del universo de referencia del momento?

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Hola Portnoy.
Como un referente, está la entrevista a Dick, publicada en la revista "Hermano cerdo", nro 10. allí, Dick dice que es miembro de una Iglesia. Lo dice hablando del presente. Mas es verdad, le veo lejos de estar ceñido a una ortodoxia religiosa. Por eso, creo que también por eso, resulta interesante.

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A parte de Dick, veo que estás en el concurso de los blogs y al ver que tu tónica conserva su calidad y su tono, me hace cuestionarme acerca de mis conclusiones acerca de estos concursos.

Un gran salute.

Antonio Martínez Ron dijo...

Toda esta información sobre Philip K Dick es impagable. Mil gracias!

Javier Moreno dijo...

Buena nota. Referencia obligada de ahora en adelante.

Yo hubiera incluido en esa lista los "Ellos" que controlan, que me parecen una figura casi omnipresente en las ficciones de Dick. Los cogns y precogns vienen y van, lo mismo los androides y la colonia en marte, pero siempre aparece por ahí uno que otro loco que es perseguido, amenazado o ensombrecido por unos "ellos" que nadie sabe qué son (ni siquiera el loco).

Sobre lo de Dios, Dick, como dice acá arriba rain, fue miembro de una iglesia cristiana hacia el cierre de sus días, y no era particularmente exceptico de sus enseñanzas sino que, más bien, intentaba adaptarlas a su mitología personal. Toda su creencia de que el espacio-tiempo real es palestina en el 30 después de Cristo tiene un profundo transfondo religioso. (El diablo engañándonos para prolongar indefinidamente la venida de Cristo.)

Astrolabio-jsa dijo...

Dick no se ocupa de los artefactos ni de los espacios, que es a lo que apela la llamada ciencia-ficción de uso. Apela a la sicología de los personajes, a sus mundos interiores, pues es allí donde está la ficción en las obras de este genio, que era capaz de despacharse más de 100 páginas de una sentada. Excelente post. Saludo.

Natalia Book dijo...

Portnoy, esto que estás haciendo es una maravilla.
De todos estos aspectos de las obras de Dick, lo que más me ha sorprendido siempre es la aparición de esos grupos económicos, como bien dices la economía como sustituto de la idelogía.
Estos posts me están aclarando un montón de cosas.
Saludos

Portnoy dijo...

Es posible, Topocho, que como referencia directa a Dios la de Ojo en el cielo sea única en la obra de Dick: Tanto Dios como las supersticiones que se cumplen parten de la mente de ese personaje central que "controla" la "realidad" tal vez debí de hablar de religiosidad, pero tampoco sería demasiado preciso hablando de Dick. Creo que comportamiento mesiánico sería lo adecuado, personal (lo demuestra en su conferencia no dada) y narrativamente. A propósito de eso, Rain, j., en Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos, Carrère cuenta el estupor del público asistente en Francia a una de sus conferencias en las que se descolgó también con sus ideas místicas. Es, para Carrère un capítulo clave en la vida de Dick.
Lo que importa, como dice Astrolabio, son los mundos interiores, las paradojas psicológicas y morales más que las técnicas, científicas y de anticipación... entonces, si todo lo que representa la esencia de la ciencia-ficción era para Dick complementario ¿por qué escribía ciencia-ficción?
Creo que por la flexibilidad del marco. Y creo que si seguimos hablando de él, es porque trascendió ese marco.
Los "ellos", mmmmm, una idea tentadora.
Aberron, Natalia, exageráis... a pesar de todo siento que no he leído suficiente Dick... y que hacerlo me llevaría a ver Il Gatopardo de Visconti en clave dickeana, como dijo Fresán...
Un saludo y gracias por vuestros comentarios

El Miope Muñoz dijo...

Superlativo, tengo en cuenta sus comentariso dickianos para elaborar mi comentario de dick-foucault, una extensión bastarda de sus logros blogueros.