Bueno, y tened presente de dónde procedieron en primer lugar aquellos Misterios Masónicos. (Véase Ishmael Reed, el de Mumbo Jumbo. Sabe más sobre el asunto que cuanto podríais encontrar aquí.)
Thomas Pynchon, El
arco iris de gravedad.
Una frase de la novela me llama la
atención. Dice Reed que Homero no incluye a Dioniso entre los dioses
y es absolutamente cierto. Repaso la Iliada y la Odisea, esta última,
según Reed, inspirada en los viajes de Dioniso tras su fuga de
Egipto, y no encuentro mención alguna a Dioniso. Repaso entonces
Mumbo Jumbo y no encuentro mención a Orfeo.
Respecto a Dioniso encuentro la razón
en la Historia de Herodoto:
(pues lo cierto es que no todos los egipcios veneran de modo uniforme a los mismos dioses, salvo a Isis y Osiris —que, según dicen, es Dioniso—; a estos dioses sí que todos los veneran de modo uniforme).(...)Y los egipcios aseguran que conocen con certeza esas cifras porque siempre llevan la cuenta de los años y la registran. Ahora bien, desde Dioniso, que, según los griegos, nació de Sámele, hija de Cadmo, hasta mi tiempo han transcurrido unos mil años aproximadamente; desde Heracles, hijo de Alcmena, unos novecientos; y desde Pan, hijo de Penélope (pues los griegos afirman que Pan fue hijo de ella y de Hermes), hasta mi tiempo han transcurrido menos años que desde la guerra de Troya, unos ochocientos aproximadamente.
(Historia; Libro II)
Dioniso era un recién nacido en tiempo
de Homero, así que no es de extrañar su ausencia en sus obras.
Osiris es Dioniso en lengua griega, confirma Herodoto. Ambos, según
la mitología, fueron despedazados y sus partes dispersas por el
mundo.
Orfeo también fue despedazado por las
Ménades.
Orfeo descendió al infierno, al Hades,
a rescatar a Eurídice. Ya sabemos lo que pasó.
Dioniso descendió al Hades a rescatar
a su madre Sémele o bien su madre era la misma diosa del inframundo,
Perséfone.
Osiris es el juez del inframundo.
La cabeza de Orfeo, el corazón de
Dioniso, el pene de Osiris.
Osiris es un héroe cultural. Es, en
cierta manera, el creador de la civilización. Y, también, del ocio.
Osiris enseñó el cultivo de la uva y la producción del vino; Isis,
según Plutarco, enseñó música.
Música y vino son los símbolos de
Dioniso. Su séquito, el tíaso, avanzaba triunfal y caótico:
ménades, ninfas silenos , panes, y centauros, embriagados y al son
de la música, agitando al aire la vara forrada de vid y coronada por
una piña para que tenga aspecto fálico.
Mumbo Jumbo, según la wikipedia en
inglés, es un término que denota lenguaje confuso o sin sentido.
También puede referirse a prácticas basadas en la superstición,
rituales destinados a causar confusión o idiomas que el hablante no
entiende. Mumbo Jumbo es el sonido del tíaso avanzando. Mumbo Jumbo
es el sonido del éxtasis pletórico del séquito de Dioniso
arrollándolo todo a su paso. Es el Jes Grew, el virus del ragtime,
la locura sincopada del jazz, propagándose e infectando todo de una
alegría desbocada y revolucionaria.
Volvamos a Orfeo. A pesar de ser de los
tres el mito más conocido, a pesar de ser una nueva versión, o una
revisión, del mito de Osiris, Orfeo es un triste. Fue a rescatar a
Eurídice y fracasó en el último momento. A partir de entonces se
retiró a los bosques a vivir en solitario, manteniendo un completo
celibato, sometido a una voluntaria y estricta dieta vegetariana. Y
aún así, sigue manteniendo el poder de su música. Es capaz de
doblegar la voluntad de las personas, es capaz de mover montañas y
ríos con el poder de su lira de nueve cuerdas.
¿Dónde aprendió esos poderes?
Obviamente en Egipto, de manos de Moisés.
En la novela de Reed la sucesión la
forman Osiris, Dioniso y Moisés.
Orfeo, al que Reed no menciona en Mumbo
Jumbo, supone el triunfo de los atonistas.
¿Quienes son los atonistas?
Los Atonistas son los primeros
monoteistas que en Egipto rindieron culto al Sol, Atón. Ya sabemos
que pasa con los monoteísmos y su insistencia en la tristeza y el
sufrimiento para alcanzar un hipotético paraíso tras la muerte. El
monoteísmo desprecia el jes grew, el tíaso, el vino y la música.
Los condena.
(Dejemos aparte la oposición Sol-
Luna, Luz-Oscuridad, Blanco-Negro)
Los Atonistas somos nosotros.
Lo que propone Reed en su novela es
sencillamente fascinante. Una reescritura de la historia cultural de
nuestra civilización. Tenemos tan asumido desde nuestra perspectiva
occidental los orígenes de nuestra cultura que no nos damos cuenta
de que parte básicamente de la cultura egipcia asimilada por los
griegos. Es decir, y tiene que venir Reed a recordárnoslo, que
nuestra civilización, Osiris mediante, nace en Egipto, en África.
La triada Osiris-Dioniso-Moises representa el proceso de degeneración
de dicha cultura, el proceso de “blanqueado” de la cultura
egipcia y africana que es la base de nuestra civilización. Orfeo
sería la culminación, la atonalidad completa. Orfeo sería el
mensajero de los atonistas.
En resumen, el jes grew, como el
antiguo séquito de Dioniso, avanza como una epidemia por Estados
Unidos, dirigiéndose a Nueva York. Allí, la secta atonista
resistente, herederos de los Templarios, se prepara para atajar el
avance de la música y el desenfreno, mediante el Androide Parlante,
una especie de zombi movido por rituales haitianos, un engendro negro
que obedezca las ordenes de su amo blanco para restaurar el orden
establecido.
Con estas premisas absurdas y con
grandes dosis de ironía Reed crea una de las Grandes Novelas
Americanas Estadounidenses del siglo XX. Una novela
conspiranoica que contiene una gran crítica social. Una novela
divertida y reivindicativa. Una novela desestructurada y coherente.
Una gran novela.
2 comentarios:
Muy loco todo y muy interesante el post. Añadir que, científicamente, el hombre procede de África, ergo, todos somos africanos.
jajajajaja, cierto, cierto, todos somos africanos.
Un saludo y gracias por tu comentario
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