A veces tengo la sensación de que leo
un Henry James distinto al que leen la mayoría. Repasando crónicas
y apuntes sobre las novelas de James llego a la conclusión de que
mientras la mayoría lee a un James heredero de la narrativa del
siglo XIX, a mi me parece estar leyendo a un aventajado narrador del
siglo XX.
Las novelas de James están plagadas de
narradores infidentes, de puntos de vista subjetivos, de opiniones
desmentidas por los hechos. Constituyen unos artefactos en los que el
lector DEBE dilucidar cuanto hay de cierto en ellos, al contrario de
lo que ocurre en la narrativa decimonónica en la que aquello que
está escrito es “la verdad”, una verdad narrativa, pero verdad
en ese contexto. James introduce la duda: Es posible que la
institutriz esté completamente chiflada; lo que Maisie sabe no es
más que una parte adulterada; las lecciones de los maestros pueden
acabar siendo falacias, etc...
Entonces Los papeles de Aspern.
Leon Edel es EL biografo de Henry
James. La vida de Edel ha estado centrada en la construcción de una
enorme biografía en cinco tomos de Henry James. Sin embargo, según
algunos estudios que se relatan en el artículo publicado en Confabulario, Henry James y su codicioso biógrafo de ChristopherDomínguez Michael, Edel recurrió a incontables trapacerías (sic)
para apropiarse de la correspondencia privada de James y de otros
documentos relativos a su intimidad. Henry James, quizás debido a
que tenía algo que ocultar a la pacata sociedad de su tiempo, o
quizás escarmentado por la publicación del diario de su hermana
Alice, en el que esta recogía conversaciones con su hermano en el
que destripaba la sociedad bostoniana, algo en un principio no
pensado para ser publicado, sino dicho en un contexto fraternal
obedeciendo a las circunstancias personales de su hermana, se dedico
durante toda su vida a destruir sistemáticamente toda su
correspondencia con el objetivo de que no cayese en manos de “sus
biógrafos”. Aún así, Edel reunió durante un tiempo todo
documento del que pudo apropiarse para su uso exclusivo.
Y me pregunto, ¿puede un biógrafo
comportarse como el personaje de una de las novelas del biografiado?
La respuesta sería positiva siempre y cuando esa novela no mostrase
el lado mezquino, rastrero e irrespetuoso del biógrafo.
Lo grandioso del Los papeles de Aspern
es que James vuelve a enfrentarnos con un narrador discutible. Siendo
homodiegético el narrador innominado es incapaz de percatarse de que
su comportamiento es despreciable. Cegado por su objetivo, la
consecución de unas hipotéticas cartas, supuestamente de amor,
escritas por Aspern a Juliana Bordereau, no se detiene en
consideraciones morales y emplea actos deshonestos para conseguirlas.
Lo curioso del caso no es tanto que actúe así, sino que a
posteriori sea capaz de narrarlo sin darse cuenta de la vileza de sus
actos. El fin justifica los medios, parece ser la consigna que mueve
al narrador, pero ni la perspectiva que da el tiempo, ni las
consecuencias de sus actos, parecen conmoverle. No hay
arrepentimiento por lo que hizo, si acaso una especie de redención
que él mismo se empeña en considerar airosa, lógica y moral, pero
que, de nuevo, denotan aspectos negativos de su personalidad de los
que no es capaz de percatarse.
Un narrador ensoberbecido y cegado.
Y vuelvo a preguntar ¿puede El
biógrafo de James comportarse como el narrador de Los papeles de
Aspern? Y si así fue, ¿no significaría eso que no ha entendido la
obra de su biografiado?
Todo esto, como siempre, es una
impresión subjetiva y poco documentada.
5 comentarios:
Sugiero leer "The Prince2 de Colm Töibin, una biografía muy especial de James. En cuando al narrador de "Aspern" siendo execrable es valiente contando sus fallidas cuitas. Quiero decir que no suelo juzgar moralmente ni a narradores ni a personajes. Además el ser perverso no tiene por qué ser consciente de que lo es de lo contrario no podría dormir por los remordimientos o rectificaría su deleznable comportamiento.
Siempre dejándome con la palabra en la boca. Es usted un maleducado.
Lo siento. Siempre se me olvida contestar los comentarios. No es nada personal.
No pienso que el narrador de la novela de James sea valiente, más bien me parece inconsciente de la dimensión moral de sus actos.
Gracias por tus dos comentarios. Tienes razón, soy un maleducado.
Saludos.
Gracias a Dios que usted existe, PORTNOY.
Andamos leyendo a James, y lo cierto es que quiero apuntar varias cosas, al tuntún.
(1) ¿qué es la gran narrativa del XIX? Porque ya Dickens me parece una cosa muy diferente en intenciones tanto a Hugo como a Flaubert.
(2) La madre que parió a James, como se ventila sus lecturas (de maupssant, etc.) Su narrador configura una ironía incluso cuando está usando el estilo indirecto (pienso, sobre todo, en Las alas de la paloma y Washington Square)
(3) Pongamos que acepto - y no veo razones para no hacerlo - lo de que es del XX. Lo que Maisie sabía es claramente una novela del veinte. También (no) lo es: tiene todo lo que el veinte iría dejando (con excepción proustiana) como es el dinero (¿El tema secreto de James?)
En fin
grazie.
Gracias a ti, Pablo.
Tengo que atreverme con una de las novelas largas de James. Espero que pronto.
Y estoy de acuerdo contigo en lo de que es y no es del XX. Siempre exagero un poco en El lamento. Lo que sí está claro es que es uno de los mas influyentes precursores de la narrativa del XX, algo que no siempre se le reconoce.
Siempre es un placer leerte por aquí,
Un saludo
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