Una de las cosas más comunes que se suelen decir al hablar de Vida y destino, es que nos encontramos ante el Guerra y Paz del siglo XX. No creo que la elección del título por parte de Grossman sea casual. Vida y destino (Жизнь и судьба) recuerda a Guerra y paz (Война и мир) y queda más que patente en la novela la admiración que Grossman siente por Liev Nikoláyevich Tolstoi.
(Es curioso pero, mientras que otras obras de Tolstoi son citadas, ver el post Literatura y partido, Anna Karenina es soslayada… ¿demasiado decadente incluso para los críticos con el stalinismo)
Vida y destino es voluntariamente tolstoiana, pero participa también del espíritu literario del siglo XX ( no hay más que fijarse en su estructura), aunque es preciso algo más que voluntad para superar una obra monumental como la de Tolstoi. Es un error concluir o reseñar que Vida y destino es el Guerra y paz del siglo XX. Más que injusto, es estúpido decirlo. Cada novela, sin descartar sus influencias, debe ser juzgada en sí misma. Comparar la de Grossman con la de Tolstoi es disminuir la intensidad narrativa de Vida y destino, supeditarla a un modelo anterior de la cual parece depender para ser entendida. Es más, si insistiéramos en la comparación, creo que acabaríamos concluyendo que Vida y destino es superior a Guerra y paz, por la estructura, como ya dije, por su tiempo narrativo fragmentado, porque Vida y destino no sufre las digresiones geo-bélicas que entorpecen el ritmo de Guerra y Paz, porque, y esto es extraño decirlo, Grossman trasciende el relato realista porque era periodista y Tolstoi… bueno, Tolstoi era Dios.
Olvidemos a Tolstoi. Es injusto seguir con la comparación porque Vida y destino es una obra destacable en sí misma sin tener que recurrir a ninguna comparación.
La novela de Grossman incide en como la vida en un régimen totalitario, curiosamente enfrentado a otro del mismo talante, ver " Dos casas que deben estar la una al lado de la otra" , implica que el destino de los individuos deja de pertenecerles. En eso, Vida y destino se empareja con Sin destino de Kertész.
Los personajes de Grossman, que provienen muchos de ellos de una novela anterior, Por una causa justa, sufren las múltiples formas de la arbitrariedad y falta de humanidad de un régimen político caprichoso, rígido e intolerante, en el que cada decisión, cada palabra, debe ser medida hasta las últimas repercusiones que pueda tener. La acción de Vida y destino discurre de modo cronológico mostrándonos como, mientras la Historia sucede, la libertad de los que intervienen en ella está limitada. En realidad no hay libertad posible y el Destino, como ocurría en Kertész, es una imposición. Grossman amplía el campo de la carencia de libertad a las "Dos Casas", haciendo del stalinismo y del nazismo denominaciones para una misma forma de opresión y exterminio: "El siglo de Einstein y Planck es el siglo de Hitler y Stalin"
La creación y desarrollo de los personajes principales es lo más destacable literariamente de Vida y destino. Grossman sabe potenciar el realismo decimonónico y darle consistencia de crónica periodística, consiguiendo que el lector se introduzca en la realidad de los personajes, que crea en ellos, que se involucre en sus vidas y sus sufrimientos.
Cada capítulo de la novela constituye una isla en la realidad histórica de 1941 y a través de retazos con más o menos conexión entre sí, Grossman consigue hacernos partícipes de esa “realidad histórica” mientras nos enreda en la trama fatídica del destino, la influencia de los acontecimientos sobre los individuos, ciudadanos que sufren las imposiciones de un periodo tiránico. Uno intuye que hay muchas cosas más, antes durante y después de la novela. Lo que podemos ver son instantáneas conectadas entre sí, sin que el autor demuestre intención de ser concluyente narrativamente. Crónicas y fragmentos con los que Grossman demuestra su capacidad de plasmar literariamente la realidad, la vida. Crónicas y fragmentos que constituyen una ficción, en muchos aspectos íntimamente relacionada con la vida del escritor, con las que nos asomamos a la inexorable tragedia de la vida.
Hay un excelente artículo de Robert Chandler publicado en Letras Libres que hace un recorrido por la obra del escritor ruso. Es incomparablamente mejor que cualquier nimiedad que yo pueda escribir al respecto, porque en el fondo siento que no se puede hablar de Vida y destino y, que de hacerlo, habría que dedicar páginas y páginas a cada capítulo.
El artículo es: Vasili Grossman. En nombre de los que yacen en la tierra
Más material sobre Grossman en El Ortiba: Dossier Grossman
Y para los afortunados que vivan cerca, Bardamu, desde sus Mínimas, hace un anuncio que no se debe pasar por alto: Exposición Vasili Grossman, destaca un enlace donde descargar la obra y recoge uno de los fragmentos que más se recuerdan de la obra de Grossman:
"Alguien debiera escribir un tratado sobre los distintos tipos de angustia en los campos: una te oprime, otra te agobia, la tercera te ahoga, no te deja respirar. Y hay una especial: una que ni te ahoga ni te oprime ni te agobia, sino que te desgarra por dentro: como un monstruo de las profundidades del mar que, de improviso, sale furioso a la superficie".
(Es curioso pero, mientras que otras obras de Tolstoi son citadas, ver el post Literatura y partido, Anna Karenina es soslayada… ¿demasiado decadente incluso para los críticos con el stalinismo)
Vida y destino es voluntariamente tolstoiana, pero participa también del espíritu literario del siglo XX ( no hay más que fijarse en su estructura), aunque es preciso algo más que voluntad para superar una obra monumental como la de Tolstoi. Es un error concluir o reseñar que Vida y destino es el Guerra y paz del siglo XX. Más que injusto, es estúpido decirlo. Cada novela, sin descartar sus influencias, debe ser juzgada en sí misma. Comparar la de Grossman con la de Tolstoi es disminuir la intensidad narrativa de Vida y destino, supeditarla a un modelo anterior de la cual parece depender para ser entendida. Es más, si insistiéramos en la comparación, creo que acabaríamos concluyendo que Vida y destino es superior a Guerra y paz, por la estructura, como ya dije, por su tiempo narrativo fragmentado, porque Vida y destino no sufre las digresiones geo-bélicas que entorpecen el ritmo de Guerra y Paz, porque, y esto es extraño decirlo, Grossman trasciende el relato realista porque era periodista y Tolstoi… bueno, Tolstoi era Dios.
Olvidemos a Tolstoi. Es injusto seguir con la comparación porque Vida y destino es una obra destacable en sí misma sin tener que recurrir a ninguna comparación.
La novela de Grossman incide en como la vida en un régimen totalitario, curiosamente enfrentado a otro del mismo talante, ver " Dos casas que deben estar la una al lado de la otra" , implica que el destino de los individuos deja de pertenecerles. En eso, Vida y destino se empareja con Sin destino de Kertész.
Los personajes de Grossman, que provienen muchos de ellos de una novela anterior, Por una causa justa, sufren las múltiples formas de la arbitrariedad y falta de humanidad de un régimen político caprichoso, rígido e intolerante, en el que cada decisión, cada palabra, debe ser medida hasta las últimas repercusiones que pueda tener. La acción de Vida y destino discurre de modo cronológico mostrándonos como, mientras la Historia sucede, la libertad de los que intervienen en ella está limitada. En realidad no hay libertad posible y el Destino, como ocurría en Kertész, es una imposición. Grossman amplía el campo de la carencia de libertad a las "Dos Casas", haciendo del stalinismo y del nazismo denominaciones para una misma forma de opresión y exterminio: "El siglo de Einstein y Planck es el siglo de Hitler y Stalin"
La creación y desarrollo de los personajes principales es lo más destacable literariamente de Vida y destino. Grossman sabe potenciar el realismo decimonónico y darle consistencia de crónica periodística, consiguiendo que el lector se introduzca en la realidad de los personajes, que crea en ellos, que se involucre en sus vidas y sus sufrimientos.
Cada capítulo de la novela constituye una isla en la realidad histórica de 1941 y a través de retazos con más o menos conexión entre sí, Grossman consigue hacernos partícipes de esa “realidad histórica” mientras nos enreda en la trama fatídica del destino, la influencia de los acontecimientos sobre los individuos, ciudadanos que sufren las imposiciones de un periodo tiránico. Uno intuye que hay muchas cosas más, antes durante y después de la novela. Lo que podemos ver son instantáneas conectadas entre sí, sin que el autor demuestre intención de ser concluyente narrativamente. Crónicas y fragmentos con los que Grossman demuestra su capacidad de plasmar literariamente la realidad, la vida. Crónicas y fragmentos que constituyen una ficción, en muchos aspectos íntimamente relacionada con la vida del escritor, con las que nos asomamos a la inexorable tragedia de la vida.
Hay un excelente artículo de Robert Chandler publicado en Letras Libres que hace un recorrido por la obra del escritor ruso. Es incomparablamente mejor que cualquier nimiedad que yo pueda escribir al respecto, porque en el fondo siento que no se puede hablar de Vida y destino y, que de hacerlo, habría que dedicar páginas y páginas a cada capítulo.
El artículo es: Vasili Grossman. En nombre de los que yacen en la tierra
Más material sobre Grossman en El Ortiba: Dossier Grossman
Y para los afortunados que vivan cerca, Bardamu, desde sus Mínimas, hace un anuncio que no se debe pasar por alto: Exposición Vasili Grossman, destaca un enlace donde descargar la obra y recoge uno de los fragmentos que más se recuerdan de la obra de Grossman:
"Alguien debiera escribir un tratado sobre los distintos tipos de angustia en los campos: una te oprime, otra te agobia, la tercera te ahoga, no te deja respirar. Y hay una especial: una que ni te ahoga ni te oprime ni te agobia, sino que te desgarra por dentro: como un monstruo de las profundidades del mar que, de improviso, sale furioso a la superficie".
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