5/6/07

Zuckerman y Lima en Israel

En diciembre de 1978 Alain Lebert, en el bar Chez Raoul, de Port Vendres, Francia declara que a finales de septiembre y principios de octubre, estuvo faenando en el golfo de los Leones junto a Ulises Lima. Después de una pesca exitosa, Lima reunió suficiente dinero para viajar a Israel como tenía planeado desde hacía tiempo

"A las doce Lima iba a coger el tren de París y en París cogería el primer avión rumbo a Tel-Aviv. En la estación, lo juro, no había ni un alma. Nos sentamos en una banca, afuera, y poco después el Pirata se quedó dormido. Bueno, dijo Belano, se me hace que ésta es la última vez que nos vemos. Llevábamos mucho rato callados y su voz me sobresaltó. Pensé que se dirigía a mí, pero cuando Lima le contestó en español supe que no hablaba conmigo. Ellos siguieron con su cháchara durante un rato. Luego llegó el tren, el tren que venía de Cerbére, y Lima se levantó y me dijo adiós. Gracias por enseñarme a ir en un barco, Lebert, eso fue lo que me dijo".

La siguiente noticia que tenemos del poeta mexicano nos llega desde Israel. Norman Bolzman, sentado en un banco del parque Edith Wolfson, Tel-Aviv, octubre de 1979, cuenta:

"Todo comenzó en febrero pasado, una tarde gris, delgada como un sudario, que a veces suelen estremecer el cielo de Tel-Aviv. Alguien tocó el timbre de nuestro departamento de la calle Hashomer. Cuando abrí apareció ante mí el poeta Ulises Lima, el jefe del grupo autodenominado real visceralista. No puedo decir que lo conociera, en realidad sólo lo había visto una vez, pero Claudia solía contar historias de él y Daniel alguna vez me leyó alguno de sus poemas. La literatura, sin embargo, no es mi fuerte y posiblemente nunca supe apreciar el valor de sus versos. En cualquier caso, el hombre que tenía ante mí no parecía un poeta sino más bien un mendigo".

(Los fragmentos anteriores corresponden a Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño)

En diciembre de 1978 se promulga la Constitución española, muere Golda Meier, Anwar el-Sadat y Menahem Begin reciben el premio Nobel de la Paz y Andrei Romanovich Chikatilo, “el carnicero de Rostov”, inicia una cruenta carrera criminal asesinando a una niña de nueve años.

En diciembre de 1978 Nathan Zuckerman llega Israel buscando a su hermano.
Ya hablaremos más adelante sobre cómo Henry Zuckerman muere en la primera parte de La Contravida y en la segunda se instala en un asentamiento en Agor, cerca de Hebrón.

Nathan Zuckerman, personaje literario y alter-ego de Philip Roth comparte espacio y tiempo con Ulises Lima, personaje de Bolaño inspirado en su amigo, el poeta Mario Santiago Papasquiaro.

Hay tiempos muertos: La llegada al aeropuerto de Tel-Aviv, uno desde Londres, el otro desde Paris, la desaparición de Lima (“Una semana más tarde nos llegó una postal desde Hebrón”) y su permanencia en la cárcel de Beersheba, la detención de Zuckerman tras su aparente intento de secuestro de un avión...

Dos personajes literarios que se encuentran en la calle saben reconocerse.
Dos personajes literarios que se reconocen interactúan.
Los resultados pueden ser catastróficos.


Hay una curiosa reflexión de Zuckerman en La Contravida que confirma nuestras sospechas:

"Pero eso era como esperar que la vecina de al lado, de quien sospechas que está engañando a su marido, te confiese de pronto que es Emma Bovary y, además, que lo haga en el francés de Flaubert. Los demás, en general, no suelen presentársenos a los escritores como personajes literarios de cuerpo entero..."
(Traducción de Ramón Buenaventura)

Hay una fisura en la ...

7 comentarios:

Frank Báez dijo...

Tremendo!!!!

Anónimo dijo...

En el verano de 1977 estuve trabajando en Port Vendres. De esa estadía surgieron algunos contactos que hicieron que tanto Belano como Lima fueran a trabajar allí, y luego a despedirse para ya no verse nunca más.
Qué extraño. Leeré Contravida de Roth.
Sincronía, ucronía. Realidad-ficción, etcétera.
Muy bueno tu blog. Felicidades.

jmtomasena dijo...

Qué extraño!
Yo nací en 1978, pero nunca he ido a Tel Aviv.

Portnoy dijo...

Lo es, Frank, :-)
No suelo comentar los anónimos, pero me parece que lo que cuentas debería ser explicado con más detalle. (sí, soy un pedante, pero también un cotilla)
Jose Miguel, yo tomaría precauciones en caso de ir.
:-)
Un saludo y gracias por vuestros comentarios

Ámbar y spunk dijo...

Buena medida ante la potencial proliferación de Anónimos. Mi comentario sólo tenía sentido en tanto que comentario anónimo..., de otra manera sólo sería un tic exhibicionista.
Mejor quedarse con el nexo que estableces entre Lima y Zuckerman.

Portnoy dijo...

¿Y prescindir del relato de primera mano de un "personaje" que "pescó" con Belano y Lima? (Bueno, con Lima, que Belano no se embarcó)
No sé, Brujo, a los lectores impenitentes nos gusta el exhibicionismo (el de los otros, claro)
:-)
Pero respeto tu silencioso decoro.
Tu decoroso silencio, quería decir.
Un saludo y muchas gracias por tus comentarios

Anónimo dijo...

Es muy facil rellenar los espacios de tiempo de La contravida, lo verdaderamente interesante es cuando el fallecido no es el que todos sabiamos y estamos dentro de la novela