4/3/07

The host, Gwoemul (2006) de Joon-ho Bong




-(...) mucha gente me ha preguntado a quién representa el monstruo. ¿La guerra de Irak?¿El capitalismo?¿El turismo? ¿Bush, como dice usted? Supongo que representa todo eso. Ahí está el encanto de la ciencia-ficción, en la gran cantidad de interpretaciones. Para mí, sin embargo, se trata básicamente de un animal, porque lo que me interesa realmente es la lucha de una familia frente a una situación que escapa a su control. Y me interesa comprobar que están solos, que nadie va a ayudarles. En nuestra sociedad todo el mundo va a la suya.
-Me temo que ese no es un problema exclusivo de la sociedad coreana.
-Lo sé, lo sé, pero, por otra parte, creo que es una cuestión más acusada en aquellos ciudadanos gobernados por un poder restrictivo. En mi país desapareció hace años la dictadura militar, pero el Gobierno mantiene una actitud decididamente autoritaria. Los coreanos, para protegernos de él, tendemos a encerrarnos en un caparazón.
-¿Así que el monstruo simboliza al Gobierno coreano?
-Usted lo ha dicho.

Entrevista con Bong Joon-Ho, por Nando Salvá, publicado en Exit, El Periódico de Catalunya.





¿Nos debe interesar el posible simbolismo de The Host? Es decir, ¿la impotencia del ciudadano ante el Gobierno, el Ejército, la administración, es distinta ahora, o es distinta en Corea, a como Kafka nos la describía en El Castillo o en El Proceso?
En ese sentido, en el kafkiano que muestra la indefensión del individuo ante las instituciones, Bong Joon-Ho ha dirigido una película cuyo tema es universal, el monstruo ciego e indiferente que devora todo a su paso y frente al que no es posible la lucha.




Pero por otra parte todo monstruo es sintomático de un mal o de una amenaza... tal vez como sociedad estemos ya condenados, pero como individuos, como familias, la lucha es ineludible.




Pero lo que hay que agradecer realmente Bong Joon-Ho es el planteamiento de la historia. La forma de construir películas en oriente siempre nos sorprende por la otredad de su punto de vista. Los orientales, como Otros extraños a nosotros en tradiciones y cultura, no están sometidos, al menos no tan descaradamente a como sucede entre nosotros, en occidente, a unos dogmas narrativos impuestos desde estamentos económicos ajenos a la creación artística. Cuando incluso Scorsese cae en la actualidad, en The Departed, en las trampas de los finales justicieramente maniqueístas impuestos en los años 50 por motivos absurdamente políticos (¿qué tiene que ver la política con el cine?) debemos aceptar que el cine occidental está anclado en unos patrones que se repiten hasta la saciedad. Formulas que garantizan la inversión económica de los estudios y productores y dejan en segundo plano cualquier intención creativa.



The Host es, contra esos dogmas de mercado, una película saludable que demuestra la necesidad de renovación del cine occidental, la posibilidad de otras formas narrativas que aúnen lo comercial con lo creativo. Vamos, que no hace falta que siempre aparezca un tipo con camiseta imperio pegando tiros a diestro y siniestro para solucionar los problemas (a pesar de lo que eso nos pueda divertir):

Cuando Hollywood hace una película como esta, la protagoniza un héroe valeroso o un científico brillante. Para mí era importante que los protagonistas fueran improbables, raros. Si tienes a los personajes más débiles e indefensos luchando en una misión muy complicada, te proporciona una mayor riqueza de emociones humanas. Ya lo hice así en Memories of murder.
De la entrevista de Exit.




The Host, Gwoemul, es una película muy interesante por muchos conceptos.
(Como dice Alvy: Gritemos juntos: Pero que buena que es, joder)

Y sí, la realidad es así de dura.(Esta frase la comprenderán quienes hayan visto la película)

La reseña de j. para ochoymedio

8 comentarios:

Javier Moreno dijo...

A mí el simbolismo me aburre. Aunque hay algunas escenas kafkianas en esta película divertidísima. La del gringo bizco hablando con Park es fabulosa. En cualquier caso, prefiero al monstruo a secas, sin explicaciones. Los monstruos no deberían ser símbolos de nada para poder existir. Así, como son, los queremos. :)

Buena película, sí.

luis dijo...

Ojala algun dia la podamos ver en mi pobre pais. Aunque por lo que dices, cada dia es mas dificil. El miedo se nos esta convirtiendo en una forma de existencia.
hace como unas semana le pusieron una multa a un humorista, (por casi 140000$) hacer lo que hacen los humoristas por eso es cada dia mas dificil ver cosas como esa.

elzo dijo...

Vi los primeros quince minutos hace unos días y tenían muy mala pinta. Igual cae pero tardará, aún tengo pendientes la última de Lynch y Goodbye America.

Javier Moreno dijo...
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Natalia Book dijo...

La pusieron en el último festival de cine de Gijón y no la ví. Coincidía con Shortbus.
Espero recuperarla ahora, ´
Saludos

Portnoy dijo...

Desde Gijón me la recomendaron, Natalia... ;-)
Josep, puede que The Host sea en el fondo un entretenimiento, pero, habituados a los clichés hollywoodienses, la película te descoloca... creo que j. lo comentaba, lo divertida que es y, al mismo tiempo, trágica.
En fin, ya me contarás que tal la de Lynch
:-)
Luis, cuando las distribuidoras nos ignoran debemos elegir otros caminos (esos que transitan animales de carga, ya sabes)... pero sí, es triste que las cosas se an como las cuentas... en cierta manera de eso trata The Host, aunque seguramente considerarás que en el fondo es una frivolidad.
La realidad a veces es insoportable.
Coincido contigo j, en lo del simbolismo... no me interesa si las "vainas" de los ladrones de cuerpos simbolizan la infiltración comunista en la sociedad estadounidense de los cincuenta, ni si Godzilla simbolizaba el pánico nuclear... ya ves, al final el monstruo que asolaba Tokio se convirtió practicamente en un héroe que salvaba a la humanidad... y no busquemos simbolismos a eso.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios

El Miope Muñoz dijo...

A mi es que no se que me gusta más de la película que reinvente con tanta facilidad lo del monstruo como criaturita simbólica o que sea tan tan tan ácida con sus compatriotas de los States. Y con efectos neozelandeses, ojo.

Anónimo dijo...

una peli bastante floja, a años luz de su anterior memories of murder que me pareció genial. intenta ser simbólica, kafkiana, crítica, y no consigue nada de eso. decepcionante.