25/7/07

La Contravida, de Philip Roth

En la lista de obras de Philip Roth que figura en la Wikipedia estan son las que aparecen bajo el epígrafe “Novelas de Zuckerman”:
The Ghost Writer (La visita al maestro), Zuckerman Unbound (Zuckerman desencadenado), The Anatomy Lesson (La lección de anatomía), The Prague Orgy (La orgía de Praga), The Counterlife (La contravida), American Pastoral (Pastoral americana), I Married a Communist (Me casé con un comunista), The Human Stain (La mancha humana) y Exit Ghost, cuyo título parece referirse a una de las acotaciones de Hamlet y que alude al primer título de la serie, The Ghost Writer. Esta “última” novela de Zuckerman será publicada en octubre de este año.
Tal vez habría que incluir en la lista The Facts, una obra considerada de “non fiction” en la que se establece un diálogo metaliterario entre Roth y Zuckerman, y que supone el definitivo punto de inflexión en la trayectoria del personaje de Zuckerman.
Porque en La Contravida, (The Counterlife. New York: Farrar, Straus and Giroux, 1986) escrita entre Zuckerman encadenado y The Facts, el alter-ego de Roth, muere:

Zuckerman muere

Pero de hecho no es una muerte literal, sino un recurso narrativo con el que Roth quiere mostrarnos varias cosas.
En principio La Contravida consta de cuatro partes cada una de las cuales relacionada con un lugar concreto a las que se añade un intermedio “in itinere”, en vuelo, y en las que aparecen siempre los mismos personajes, Nathan Zuckerman, su hermano Henry y María, una mujer casada de origen inglés:
  • -Newark, en la que se relata el entierro de Henry, muerto a causa de una operación que le permitiría mantener relaciones sexuales con su amante inglesa, María.
  • -Israel, en la que Henry, recuperado satisfactoriamente de su operación cardiaca intenta redimirse instalándose en un asentamiento israelí en las proximidades de Hebrón.
  • -El intermedio, en vuelo, donde Nathan vuelve a dar muestras de su disposición para la comedia en las más delicadas situaciones.
  • -New York, en la que Nathan muere a causa de la misma operación a la que se había sometido Henry en la primera parte y por los mismos motivos y donde Henry quiere destruir las anteriores partes de La Contravida.
  • -Inglaterra, en la que Nathan relata su vida con María y las complicaciones derivadas de vivir entre gentiles con una aguda paranoia antisemita y en la que finalmente María, como personaje, se rebela: “Me marcho. Me he marchado. Te dejo y dejo el libro...”

Gran parte de la temática de La Contravida se centra en las contradicciones del judaísmo y Roth nos lo muestra recorriendo todos los espectros posibles desde el exaltado colono israelí hasta el propio Zuckerman que lo es por ascendencia pero que intenta vivir su condición como algo externo que no debe interferir o determinar sus acciones, pero que de alguna manera no puede eludirla. Nathan finalmente reivindicará sus raíces en una defensa a ultranza de la circuncisión de su hijo.
Pero la novela de Roth no se limita a esa reflexión tan importante en la totalidad de su obra. A través de la estructura de La Contravida asistimos a una serie de situaciones en las que las condiciones de los personajes se intercambian, con lo que la consistencia narrativa de la novela, eso que podríamos llamar la “realidad interna” de la obra, se desmorona, se muestra deliberadamente inconsistente. Es una reflexión sobre la misma esencia de la narrativa y , como es habitual en las primeras novelas protagonizadas por Zuckerman, de la injerencia de la realidad en la novela (y no al contrario) La peculiaridad de La Contravida es que en ella Roth parece quiere librarse definitivamente de su alter-ego y abandonar la temática que caracterizó ese ciclo. En La Contravida todo es llevado al extremo: Los personajes se enfrentan a Zuckerman (entendemos que los personajes, Henry, María, están en el mismo plano de realidad de Nathan, aunque no así lo que Nathan narra), su hermano Henry destruye los capítulos de La Contravida que hablan-mienten sobre él, María abandona la novela cansada de la manipulación a la que Nathan somete a su familia y a ella misma, Zuckerman muere y la elegía que le dedica su editor la ha escrito el propio Nathan...
Después de cuatro novelas, las recogidas en Zuckerman encadenado, en las que la voz de Nathan Zuckerman dirige la narración, en La Contravida Roth hace que Nathan pierda su “personalidad”, al mismo tiempo que destruye su “realidad potencial” y muestra a su alter-ego instrumentalizado al servicio de una narrativa que supera el ámbito del personaje.
Como herramienta al servicio de la narración es indistinto que Zuckerman muera o que viva, al igual que los otros personajes, ya que de lo que se trata en La Contravida es de relatar de que manera la literatura incide en la realidad. Lo que Roth propone en esta novela son cuatro posibles “realidades” que conllevan cuatro reacciones contra la literatura. El pasaje en el que Henry invade el apartamento de su hermano difunto para destruir los anteriores capítulos de La Contravida que “ya” hemos leído, furioso por la forma en que su hermano le ha literaturizado, es significativo y contundente. Tan contundente que la última parte de la novela, con la rebelión y fuga de María me parece innecesaria por redundante. Pero bueno, ahí está, otra vuelta de tuerca, para bien o para mal.

Si en las primeras novelas Zuckerman era un espejo a través del cual Roth nos mostraba la relación del autor y su obra con la realidad, al final el proyecto de alter-ego acaba teniendo un efecto contrario al deseado. A través de la correspondencia Zuckerman-Carnovsky, Roth parece querer desvincularse del personaje que le dio la fama, Portnoy. A través de Zuckerman Roth nos dice (a nosotros lectores lejanos, pero sobre todo a aquellos de su entorno social que consideraron Portnoy’s complaint una especie de traición, malentendiendo la desmesura neurótica de un personaje con una crítica o burla de realidades concretas) que él, Roth, no es Portnoy.
Y Zuckerman no es Carnovsky.
Pero el efecto no deseado de ese recurso es que a la publicación de La Contravida, 1986, Roth debe explicar que él no es Zuckerman.
Como la explicación no es posible, Roth debe eliminar a Zukerman.

The Facts constituye el verdadero punto de inflexión en lo que se refiere a Zuckerman, pero es en La Contravida donde el personaje sufre un cambio completo, deja de ser protagonista de las novelas para convertirse en un receptáculo donde otros vuelcan sus historias. Zuckerman deja de ser una constante justificación con la que el autor parece afirmarse o disculparse para convertirse en testigo y narrador de algunas de las más interesantes novelas de Roth, y que constituyen el núcleo más elaborado de su producción literaria: Pastoral americana, Me casé con un comunista y La mancha humana (mientras esperamos Exit Ghost)

Otros:
Zuckerman y Lima en Israel
Elegía y La Contravida
Zuckerman muere

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que Roth una y otra vez ha jugado a explicar que él no es Zuckerman tanto como sugerir que, de ser él alguien, es Nathan. El juego Roth/Zuckerman creo que siempre fue lo que más me sedujo de todo lo que llevo leído de ellos (para este comment, deploro como cada vez que puedo la falta de The Facts y de The Human Stain).
Por lo demás, tus posts siempre echan luz sobre mis propias conjeturas sobre las novelas de nuestro muchacho. Pero, ¿innecesaria la cuarta parte de Contravida? Sólo si queremos que el esqueleto básico de la novela, que describís en este post, es el único que se pone en juego respecto al resto de la obra. Yo veo o, en casos, entreveo otras estructuras que se enciman y superponen a esa. Además, en esta cuarta parte, que me gusta tanto, se dicen cuatro cosas muy luminosas respecto al amor y el modo en que una relación de pareja se pone a hacer dibujos con las circunstancias de sus integrantes.

(Te dejo un saludo argentino, Portnoy; muchas veces ando tan necesitado de tu blog como otros de la Wikipedia: En el país la única persona que pudo conseguir un ejemplar de La mancha humana es Vero, de "El infierno de nuestro descontento" (a través de un tercero que la adquirió en España). Más aún: sospecho que ayer mismo escribió sobre esa novela, en su blog, sólo para hacerme sentir una envidia peluda.)

Portnoy dijo...

No es que no aprecie la última parte de La Contravida. Lo que quería decir es que la novela hubiese parecido más contundente finalizando con Henry con los originales de La Contravida. De todas formas lo que creo que estropeó la novela ( y que tal vez me hace deplorar la cuarta parte, sea la escena "fantasmal" de Nathan)
Ah, y si te sirve de consuelo, yo tampoco tengo acceso a The Facts. Y eso que le tengo muchas ganas.
Un saludo, Puck, gracias por tus comentarios y, permíteme que me comporte como un estúpido mayor y te aconseje que no te tomes demasiado en serio mis reseñas.

MARTA dijo...

EStoy leyendo el libro, vamos me quedan muy pocas hojas... y pienso... cuando haces resumen de los capitulos pones en el primero Newark, que Henry no puede mantener relaciones con María... ¿no es con Wendy?, es que entre los constantes cambios de narrador, la estructura cíclica, el paralelismo de los hermanos... pues me pierdo un poco...

MET dijo...

Tuve mi primer y único encuentro con Roth hace un par de semanas, con La contravida. Fascinante. El juego del límite entre la literatura y la realidad me parecía gastado. Roth me ha sorprendido. Tu artículo me parece atinado. Me falta, sin embargo, comprender mejor porqué afirmas que "de lo que se trata en La Contravida es de relatar de que manera la literatura incide en la realidad". Entiendo la reacción de lo "real" al oponerse a lo ficticio, pero en ese juego no se distingue ningún momento donde se pueda afirmar a la realidad. Me parece que La Contravida trata sobre lo contrario, cómo la realidad incide en la literatura. ¿Me equivoco? quizás... Solo estoy lanzando piedras.

Felicitaciones por el blog.