No voy a intentar dar una explicación del film. El director ha dejado claras sus intenciones
en varias entrevistas y hay muchos intentos exhaustivos de interpretaciones
subjetivas de la película en la web. Y esa es la clave, que solo podemos dar
una interpretación subjetiva.
Upstream Color no es una película sencilla en lo que a la
trama se refiere. El espectador queda desconcertado por una serie de sucesos
que responden a distintos ciclos vitales interconectados (orquídeas, gusanos,
humanos, cerdos, orquídeas) que tienen el propósito de anular la voluntad de
los individuos no tanto para apropiarse de sus bienes materiales y su modo de
vida, lo que constituye la primera fase de un experimento atroz, sino para
sustraerles su propia esencia como personas, su memoria y sus sentimientos,
ligándola, de una manera esotérica o teleempática, con la de un cerdo. Puede
considerarse, en suma, una reflexión sobre la condición humana o una alegoría
sobre la imperfección de nuestra existencia. Puede.
Pero a la interpretación que cada uno de nosotros puede
hacer de la película se sobrepone la película en sí. Porque lo importante de Upstream
Color no es tanto lo que cuenta sino cómo lo cuenta. Shane Carruth crea una
obra personal a todos los niveles: escribe, dirige, interpreta y crea la banda
sonora. Su voluntad no es tan solo concebir una película compleja y hermética
abierta a interpretaciones como ya hizo con Primer. Hay en Upstream Color una
intención estética muy cuidada. Pero no tanto en el sentido de buscar la
belleza, que también está presente, sino en el de adecuar las imágenes, el
sonido, la música, a la narración. Creo que últimamente he visto pocas
películas en las que todos los elementos formen un conjunto tan armónico como en
Upstream Color.
Imagino que más de uno que siga esta recomendación querrá
después tirarme un ladrillo a la cabeza. Se trata de una película compleja, pero
no incomprensible, que en ocasiones es demasiado contemplativa y se regodea en
exceso en primeros planos a la actriz principal (algo que siempre me parece
sospechoso y que vulnera el sobreentendido) Pero se trata de una película
hermética, con una realización que combina trama e imagen hasta rozar la
perfección, con una trama subyacente de ciencia-ficción y abierta a
interpretaciones… ¿cómo podría no gustarme?
Puede ser también una alegoría sobre la arbitrariedad de la
divinidad y nuestra indefensión ante quien nos controla. Al inicio de su abducción
el hombre que controla a Kris le dice, en previsión de un futuro recuerdo, para
no ser identificado ni recordado:
“Nací con una malformación. Mi cabeza está hecha del mismo
material que el sol. Esto hace que te sea imposible mirarme directamente”
Dios cría cerdos. Nosotros somos un instrumento desechable.
Ahora tendré que leer Walden para descubrir ese otro sentido de la película relacionado con Thoreau.
Pulsando aquí, la visión de Hanna O. Semicz: Upstream color
Ahora tendré que leer Walden para descubrir ese otro sentido de la película relacionado con Thoreau.
Pulsando aquí, la visión de Hanna O. Semicz: Upstream color