Andreas Lubitz estrelló
deliberadamente el avión que copilotaba, tras hacerse dueño del
control del aparato, contra una montaña en los Alpes. Murieron 149
personas y Lubitz.
En 2026 David Cronenberg estrenó una
película basada en el suceso.
Esto no es más que una pequeña
revelación del argumento de la novela de RMS.
Lubitz como síndrome. Lubitz, Breivik,
Atta... nombres que quisiéramos olvidar. Nombres unidos a rostros
que millones de personas han visto. Millones de personas que creen
poder reconocer en esos rostros infaustamente famosos atisbos de
locura e impiedad. Rostros que son idénticos a los nuestros en las
fotografías que guardamos.
Lubitz como síndrome: La total,
nihilista, falta de empatía.
No se aprecia en las fotos.
Personas que para conseguir sus
objetivos no dudan en sacrificar a cientos de personas.
Personas que se comportan como
empresas.
El Homo Lubitz al que hace referencia
el título no sería otro que aquel cuyo comportamiento a nivel
personal no difiere del de una empresa: mayor rendimiento a menor
precio y a cualquier coste.
¿En eso nos hemos convertido?
La Economía Mundial (esa entelequia
sin ninguna base) obliga a los Estados a comportarse como Empresas.
Cada Nación es evaluada en razón de los beneficios que obtiene y
los gastos que genera.
El siguiente paso, obviamente, es
considerar a cada ciudadano de la misma manera.
Richard O'Hara, el protagonista de la
novela de RMS es un Homo Lubitz. Eficaz empleado de una
corporación empresarial multinacional su vida está en cierta manera
vacía de contenido. Obsesionado con los accidentes mortales, donde
siempre existe un culpable o se puede inventar uno y unos objetivos,
puede constatar como esa culpa se diluye y desaparece cuando el
causante de esos accidentes es una Empresa o un Gobierno.
Pero no parece importarle. O sí. La
complejidad del personaje se resuelve de manera brillante en la
novela de RMS.
Por ejemplo, el paraíso de felicidad
infantil nace de un gesto de total altruismo, el mayor que pueda
efectuar un ser humano.
Homo Lubitz, de lo que he leído
del autor (que no es mucho pero tampoco es poco), es la novela que
más me ha gustado de RMS. No sólo porque plantea temas interesantes
sobre nuestra condición, ni por su elegancia narrativa sin juicios
diegéticos. Sobre todo porque es un no-velado homenaje a dos grandes
autores de nuestro tiempo que han desvelado nuestros rincones más
oscuros, el ya citado Cronenberg, que aparece como personaje, y Don
DeLillo, cuyo estilo y temática impregna las páginas de la novela.
No es un desmérito la influencia de
DeLillo en Homo Lubitz. De hecho es todo un acierto ya que
esta novela es del tipo de las que nos gustaría que siguiese
escribiendo el estadounidense.
Tal vez habría que hablar de la
magnífica capacidad de RMS para destilar por ósmosis los estilos de
otros narradores, para que sus novelas nos recuerden a las de otros
autores sin dejar de ser genuinamente suyas. Por eso, tal vez, no
esté suficientemente valorado en nuestra narrativa contemporánea
local.
2 comentarios:
Gracias por la reseña. He leido la novela y está bastante bien. Pero hay cosas curiosas en esta novela, que incurre demasiado en Wikipedia, como cuando se habla de la lactosa..En fin, eso no lo haría De Lillo, creo...Es algo que me irrita mucho, la verdad, ya que no aporta nada a la historia salvo llenar un hueco que se ahorra de escribir el autor. Acabaremos leyendo novelas con la mitad del texto copiado de Wikipedia y la otra mitad con intertextualidades, vulgo, plagios a veces ni siquiera declarados
No lo veo tanto plagio o copia de wikipedia sino desarrollo narrativo de datos que sí, tuve esa sensación, había obtenido a través de la red. Pero el resultado me parece que está bien logrado, es decir no eludir las fuentes o/y la inspiración para conseguir algo muy personal. De todas formas hay que analizar más a fondo esa capacidad de Menéndez Salmón de "reconstruir" a partir de modelos dados.
Publicar un comentario