6/11/16

Éxodo, de Lars Iyer

Las escenas finales de la novela de Iyer nos llevan a una triste conclusión: No hay reacción frente a la acción. Aunque, como todo lo descrito en la novela, la acción resulta risible y la importancia que le dan los protagonistas desmesurada frente a la realidad-de-las-cosas, no es menos cierto y desconsolador que lo que Iyer consigue es mostrarnos un retrato pesimista sobre nuestra sociedad y el papel del pensamiento en ella.

El éxodo es un largo camino a través del desierto del capitalismo salvaje, un capitalismo que se niega a morir, del que somos incapaces de, ni siquiera, imaginar su final. Un largo camino por el desierto de las consecuencias de la despiadada, inhumana y carente de pensamiento política capitalista.

Éxodo, también, es una broma monumental. Es la broma del signo de nuestros tiempos.

Cuestión 9: ¿Qué significado tiene el pollo bailarín del Stroszek de Herzog? Analiza en referencia a i) tu vida, y ii) el cosmos.

La cuestión es que tengo cientos de frases anotadas para ilustrar estas notas, pero de nada serviría descontextualizarlas. Creo que el contenido de Éxodo funciona dentro de la misma novela, que es difícil sacar conclusiones sobre algunas de las magníficas frases de Iyer sin tener en cuenta el momento narrativo en que son pronunciadas. Porque al mismo tiempo que encierran verdades desde una perspectiva filosófica (verdades relativas, entonces),y que se podrían considerar aforismos con valor en sí mismos, resulta que todo cuanto les ocurre a Lars y W. forma parte de una continua paradoja absurda que contradice acción y pensamiento. Al tiempo que muchas de las frases de W. no le pertenecen estrictamente, ya que, considerando su carácter, se apropia de lo que otros han dicho sin atribuirlo. Lars puede ser un idiota para W., pero es trabajo del lector descubrir si W. es menos idiota que Lars, si ambos son idiotas o si ninguno de ellos lo es.

Naturalmente, van a cerrar todos los cursos de humanidades en las universidades británicas, dice W. Se repite la situación de los 80: protestas y huelgas, cierres de departamentos y ceses. Aquélla fue una época terrible, dice W.Pero al menos en los 80 el gobierno reconoció a la filosofía como el enemigo, dice W.: Al menos comprendieron el poder de la filosofía. Las humanidades son el enemigo del capitalismo: eso es lo que comprendieron en los 80. Que la filosofía es el eterno adversario del capitalismo.
Pero ¿ahora? El gobierno ya no considera a las humanidades como un enemigo. dice W. El gobierno no tiene nada en particular contra la filosofía. Su oposición a ella no tiene base ideológica, ni tampoco la sospechan subversiva. No les preocupa que la filosofía esté entrenando a insurgentes del pensamiento.
Simplemente van a marquetizar la educación, dice W. Simplemente van a orientar la universidad al libre mercado, igual que están orientando todos los sectores de los servicios públicos al libre mercado. Van a entregar la filosofía a la fuerzas del capitalismo.


Lo destacable de la trilogía de Iyer es que bajo un aspecto liviano e irónico, aunque Éxodo, más directa y contundente, sea la menos irónica de las tres, ofrece una desesperanzadora visión de nuestra sociedad y del papel cada vez menos importante del pensamiento y las humanidades en ella. Un papel residual que se ve obligado a aceptar a causa del estado-de-las-cosas. Pero el mismo título de la novela da una pista de las expectativas de Iyer. Existe un remanente del pensamiento, de la filosofía, de las humanidades, que permanecerá a la larga procesión por el desierto. Una esperanza en un futuro mejor, comunal y arcádico se desprende de algunas de las palabras de W. Pero esa “nueva sociedad” no la veremos nosotros, ni nuestros hijos, ni los hijos de nuestros hijos.
A no ser, claro, que el fin del mundo, más sencillo de imaginar que el fin del capitalismo, acabe definitivamente con todos nosotros.


Los fragmentos de Exodus de Lars Iyer, de la traducción de José Luis Amores para Editorial Pálido Fuego.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Capitalismo salvaje. ¿y no hay socialismo salvaje ni populismo salvaje? Cuando alguien habla de un mundo mejor está hablando de religión o de cienca-ficcion, no de politica. Es alucinante que después de las grandes utopias colectivistas del 20 todavia haya gente tan cortita de luces o tan criminal que eche de menos el socialismo real, esa máquina de matar seres humanos, o el fascismo ultranacionalista, otra máquina mortifera. Los que quieren acabar con el capitalismo son o fascistas o comunistas en el fondo siniestro de su alma autoritaria; gente que se cree superior a la mayoria, a la que quiere imponer sus sueños orwellianos con Estados policiales que controlen hasta las dietas o los polvos del ciudadano. Esta es la alternativa real al "diabolico" capitalismo.
Que el fantasma de Hitler o de Stalin nos coja confesados

Portnoy dijo...

Tu si que eres cortito, "anónimo"

Anónimo dijo...

Buenos días.
Felicidades por la reseña. Es una pena ver a lo que estamos llegando socialmente. Sentimientos como la empatia aniquilados en pro de un individualismo extremo. Ideales que han dejado de serlo por la idiotizacion de la clase obrera.
Me gustaría saber si puedo leer simplemente Exodo, que me interesa una barbaridad, o si es preferible leer la trilogía? Tengo mil lecturas pendientes y el tiempo no abunda. Gracias.

Portnoy dijo...

Se puede leer independientemente aunque existe el hilo común a las tres novelas de la relación entre W. y Lars. Pero creo que en Éxodo se explica bastante bien esta relación, se hace una especie de resumen. Lo bueno es que las ideas que encierra el texto no se resienten por la relación entre ambos.
Un saludo y gracias por comentar.