Recibo el libro y lo miro con
escepticismo. No leo la contratapa, ni la mini-biografía del autor y
paso a la primera página del texto previendo un bostezo. Eso ocurrió
ayer. Ahora mismo lo acabo de terminar.
Leído de un tirón. Atrapado desde su
primera página.
Entendámonos, en muchas ocasiones
anhelamos lo ligero. No todo en la vida pueden o deben ser obras
maestras.
Pero sigamos entendiéndonos: hay
ligerezas plumbeas, incluso chuscas y hay ligerezas inteligentes e
interesantes.
La máquina natural es de estas
últimas.
Si algún día alguien escribe una
reseña sobre esta novela seguramente la enlazará con La
carretera, de McCarthy, con Fin, de Monteagudo e incluso
con Intemperie, de Carrasco. He aquí la ligereza. Pero quizás
no se atrevan a afirmar que la novela de Ignacio Fernández está
mucho mejor escrita que las otras con las que, posiblemente, la
enlazaran.
(Sí, lo he dicho: mejor escrita que la de McCarthy)
Porque una cosa es la temática y otra,
muy distinta, el estilo.
Y, sí, La máquina natural es
una especie de novela postapocalíptica, sí, habla sobre la
condición humana, sobre nuestra reducción a lo primario cuando la
sociedad se derrumba y, sí, tiene una visión pesimista sobre
nuestro posible destino.
“La perfección es destrucción”
La perfección, como grado superior,
como techo evolutivo, supone la destrucción de la especie.
Lo que hace de esta novela un artefacto
interesante (e inteligente) es que, a pesar de tener una voz
omnisciente, no busca el juicio, sino simplemente plasmar los hechos
que se suceden, aunque sea mediante una línea temporal truncada,
ante los ojos de los personajes. Se inmiscuye, para eso es
omnisciente, en los sentimientos de los personajes pero, sobre todo, construye a partir de la mirada de estos. No se pierde en meandros emocionales,
aunque no por ello se convierta en un relato frío y distante, sino
que nos transmite lo que los tres o cuatro personajes ven durante su
periplo, consiguiendo una especie de relato cinematográfico con
varios focos. Pero, a sabiendas que toda novelización de lo
cinematográfico suele ser plana, Fernández redacta con un tono
poético, lleno de elucubraciones e imágenes deslumbrantes.
Y eso es todo.
Una buena y amena novela muy bien
escrita.
Viva la gran ligereza.
2 comentarios:
Tiene buena pinta!! me la apunto para estos dias!
Saludos,
La he leído y me ha encantado. Buscando información sobre el autor he llegado a tu entrada, y no he encontrado más que su perfil profesional, así que paro aquí a comentar su novela, y sus relatos-artículos dentro de ella: impregnados de esa poesía de la que hablas.
Para los seguidores de novelas apocalíptica tiene ingredientes comunes; caída de los sistemas de comunicación y suministros, puntos de reunión o instalaciones de supervivencia, grupos militares en acción, etc. Y al mismo tiempo el autor se para a explicar el concepto de la nieve o la añoranza de un vida de la que se huye. Me parecido original por el punto de partida de la novela y por los personajes. Saludos,
Publicar un comentario