“Todas las películas reflejan lo que
aún no ha sucedido, todas las películas anticipan lo que ya ha
sucedido”
Isaac Jerome no es el nombre del
protagonista de Zeroville. Es conocido como Vikar, con k, nombre que
le puso el Vikingo, quien en la novela de Erickson nunca es llamado
John Milius.
Isaac es el nombre del hijo de Abraham
al cual éste quiso sacrificar en honor a Dios.
Sacrificar igual a matar.
Se calcula que Gilles de Rais, quien
luchó al lado de Juana de Arco, mató a más de 1000 niños en sus
retorcidos cultos satánicos.
La primera película que Vikar ve en
Los Ángeles es La pasión de Juana de Arco, de Dreyer. El papel
principal estaba interpretado por Maria Falconetti.
La última película que Vikar ve en
Los Ángeles es Blade Runner, de R. Scott.
Pero atendamos al paratexto.
La novela se titula Zeroville.
“Dites donc, c’est pas Alphaville
qu’il faut appeler votre patelin, c’est Zéroville” dice Lemmy
Caution en Alphaville de Godard.
(Lemmy Caution se hace llamar Ivan
Johnson en la película de Goddard. Cuando al principio llega a la
habitación del hotel aparece un individuo que intenta matarle.
Caution-Johnson se defiende. El sicario atraviesa varias puertas de
cristal. Lemmy dispara y el sicario huye. Sin que la acción
cinematográfica deje de transcurrir en la habitación y sin
interrupción temporal, en la siguiente escena las puertas están
intactas y un impacto de bala en un espejo ha desaparecido)
“Que le den a la continuidad”, dice
Vikar.
“El cine está en todas la épocas y
todas la épocas están en el cine”, dice Vikar.
“Cada escena está en todos los
momentos y todos los momentos están en cada escena”, dice Vikar.
“En realidad ninguna escena conduce a
la siguiente, todas las escenas conducen unas a otras”, dice Vikar.
“Las escenas reflejan lo que aún no
ha sucedido, las escenas anticipan lo que ya ha sucedido. Las escenas
que aún no han sucedido ya han sucedido. La “continuidad” es uno
de los mitos del cine; en el cine el tiempo es circular, como un
rollo de cinta. Que le den a la continuidad”, dice Vikar.
En la película de Godard, Alfa 60, el
superordenador que controla (la ciudad, nación, galaxia denominada) Alphaville, dice que el tiempo se parece
a un círculo que gira infinitamente. Nosotros caminamos en la parte
inferior del círculo de forma que el futuro es una curva ascendente
y el pasado descendente. “Nadie ha vivido en el pasado y nada
vivirá en el futuro. El presente es la única forma de vida”, dice
Alfa 60.
Lemmy Caution, ya por fin Lemmy
Caution, derrotará al superordenador con un acertijo sobre un
círculo.
“Las escenas reflejan lo que aún no
ha sucedido, las escenas anticipan lo que ya ha sucedido”
Por eso en el capítulo 227 se empieza
una cuenta regresiva hasta cero:
“Vikar no lo sabe, pero ahora todo
ha sido puesto a cero”
Vikar tiene un sueño:
“—Estuve pensando — dice —. Lo
que dijiste acerca de ser un sueño.
—¿No es ese el cliché del cine,
Vikar? (…) ¿que son sueños?
—Yo tengo un sueño. Me refiero al
mismo sueño siempre. Cada vez que voy al cine, esa noche sueño y
siempre es el mismo.”
Vikar lleva la cabeza rapada y tatuada
en ella la imagen de Montgomery Clift y Elizabeth Taylor en Un lugar
en el sol.
También lleva tatuada una lágrima
bajo el ojo. ¿Mató Vikar a alguien?
¿Como George Eastman, el personaje de
Monty en la película de George Stevens?
(¿No llega Vikar a Los Ángeles desde
el este en un viaje de seis días?)
(La luz de la luna en el ojo de
Montgomery Clift)
Porque Vikar, a pesar de que luego
puede ser tomado por un ingenuo (incluso un idiot savant), en primera
instancia nos es presentado como alguien propenso a la violencia. La
controla hasta cierto punto, es cierto, pero a su llegada a L.A. Le
resulta intolerable que confundan a Clift y Taylor con Dean y Wood,
Un lugar en el sol, con Rebelde sin causa. Le enfurece que en la
“Meca del cine” nadie sepa nada sobre cine. No obstante si hay
algo que tenga claro Vikar aparte de su concepción del cine como el
elemento que da sentido a la vida, es su intento de controlar sus
arrebatos.
En algún momento uno puede pensar que
Vikar está inspirado en el Travis Bickle (Vikar-Bickle) de Taxi
Driver hasta que descubre que DeNiro se inspiró en Vikar para
componer a su personaje.
Porque ese es otro de los aciertos de
la novela, la aparición, en ocasiones sin ser mencionados
explícitamente, de algunos famosos artistas cinematográficos:
DeNiro, Kidder, Milius, De Palma, Scorsese, Cassavetes...
Pero lo que verdaderamente domina la
narración de Zeroville es la sorprendente personalidad de Vikar y su
actitud ante todo lo cinematográfico.
Y lo verdaderamente grande de la novela
es que te invita, te anima, a que veas películas, las viejas
películas, los grandes clásicos, incluso a verlas desde otra
perspectiva. La novela rezuma y transmite amor al cine. Es cine en
todos sus sentidos, técnicos y artísticos, y desde todas las
perspectivas, la de los creadores y la de los espectadores.
Pocas veces digo esto, porque sé
salvar las distancias, pero Zeroville es una novela que me hubiese
gustado ser capaz de escribir. Por lo que tiene de crítica y, también, sobre todo, de
juego: pero no juego metanarrativo, en este caso se trata de juego
metacinematográfico.
Juguemos:
Un Blade Runner es una especie de
policía encargado de matar (“retirar”) a unos seres que se
niegan a aceptar que no tienen futuro y cuyo pasado (sus recuerdos
del pasado) son una falsedad impostada.
La última película que ve Vikar en
L.A. cierra el círculo. ¿Sueñan los androides? ¿Soñamos? Es
decir, ¿soñamos como se soñaba hace siglos o soñamos
cinematográficamente? ¿El cine es sueño, como dice el cliché o
son nuestros sueños cine? ¿hay diferencia? Pero, la similitud entre
los sueños y el cine, según Erickson, se reduce al gran cine, a las
grandes obras maestras.
Y con esto llego a la hipótesis
interrogativa: ¿Nos está diciendo Erickson que Blade Runner supone
el fin del cine?
(Los fragmentos de Zeroville de la traducción de José Luis Amores para Ed. Pálido Fuego)
(Los fragmentos de Zeroville de la traducción de José Luis Amores para Ed. Pálido Fuego)
1 comentario:
Gracias por la recomendación, Portnoy. Como cinéfilo de pro que es uno, apunté el título al instante y ahora lo estoy disfrutando. Apenas unas cuarenta páginas y ya tengo la certeza de que será uno de los mejores libros que lea este año.
Un saludo.
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