29/8/15

La humillación, de Philip Roth

[Reseña-ficción]

Juro ante el libro supremo de los reseñistas (que debe ser uno de Harold Bloom) que todo cuanto voy a decir a continuación es simple especulación.

No hay nada más sencillo, y al tiempo arbitrario, que adjudicar hechos de la biografía de un autor a sus textos narrativos. Con Roth es aún más fácil porque, no se puede negar, emplea los hechos de su vida y los de las personas que le rodean, para crear sus personajes. Luego viene el complicado e infructuoso trabajo de desmentir que tal personaje sea una persona concreta, pero eso es otra historia.

Roth empezó a escribir La humillación en 2005, pero los constantes dolores de espalda que sufría tras su operación y, sobre todo, la muerte de Saul Bellow le llevó a abandonar el proyecto y embarcarse en la escritura de Elegía, donde vuelca en cierta manera las imágenes que le provocaron la asistencia al entierro de su amigo Bellow y el dolor de su pérdida.
A continuación nos quiso despistar eliminando a (despidiéndose de) su alter ego, Nathan Zuckerman, en Exit Ghost, lo que ponía fin a un ciclo que muchos entendimos como un final definitivo.
Luego vinieron tres novelas más: Indignación, La humillación y Némesis. Junto a Elegía quieren formar una tetralogía sobre la muerte, pero es una distracción que quiere que no nos focalicemos en un hecho fundamental.
Este es que La humillación es su testamento narrativo.
Fijémonos bien, Elegía es un canto funerario por unos hechos concretos, la muerte de Bellow y la enfermedad del hermano de Roth. Sale el espectro es una especie de deber que el autor tiene con su personaje más significativo, algo que Roth debía escribir antes de salir de escena y retirarse.
Indignación, La humillación y Némesis son tres novelas menores, sobre todo teniendo en cuenta lo “enormes” que son algunas de las novelas anteriores de Roth. Que formen parte de una tetralogía, junto a Elegía, con la que tienen relación de forma tangencial, más que nada se sustenta en la brevedad de esas novelas.
Y en el centro, agazapada, oculta, La humillación.
Voy a resumir el argumento:
Simon Axler, un exitoso actor de teatro, descubre tras un par de actuaciones desastrosas que “Había perdido su magia”, el impulso estaba agotado y su talento estaba muerto...

[Aquí el autor. Disculpad la intromisión, pero no voy a permitir que el reseñista psicótico destripe la novela... pongamos que hay un actor que descubre que el único papel a su alcance es el de una persona que no puede representar un papel... coloquemos al lado de Chejov una escopeta... pongamos un renacimiento, vía desenfreno sexual, del actor, y una humillación final... quien quiera más detalles que lea la novela]

… en algún momento de la novela el personaje admite: “No es una cuestión de confianza. En el fondo siempre he tenido la sensación de que carecía por completo de talento” y de alguna forma, tras el compendio de personajes teatrales que se suicidan y de escritores que hicieron lo propio hay una mención velada a Próspero con quien Axler (Roth) se identifica:

Ahora magia no me queda
y sólo tengo mis fuerzas,
que son pocas. Si os complace,
retenedme aquí, o dejadme
ir a Nápoles. Con todo,
si ya el ducado recobro
tras perdonar al traidor,
no quede hechizado yo
en la isla, y de este encanto
libradme con vuestro aplauso.


[Otra nota del autor: Aquí el reseñista fusila sin miramientos la Wikipedia... no tengo muy claro lo de Próspero, más allá de la magia y del aplauso que solicita el personaje al final de la obra]

Claro y diáfano como un luminoso día de verano, el propósito de Roth queda desvelado. Escribe:
El suicidio es el papel que escribes para ti mismo. Lo habitas y lo representas. Todo está cuidadosamente puesto en escena... dónde te encontrarán y de que manera. Pero es una sola representación
Lo que Roth escenifica es su suicidio literario, su salida de escena como una acotación, exit ghost, y nada más tras el punto final. Y La humillación es la representación de ese suicidio. Hay escritores que se suicidan y escritores que narrativizan su propio suicidio. Lo que cuenta realmente es que tras su suicidio no habrá más obras escritas por su autor.
Salvo...
Si Roth es uno de los pocos escritores que han visto como todas sus obras aparecen en la Library of America, generalmente colecciones dedicadas a autores fallecidos, creo que también tiene el privilegio de ser el único autor que ha visto publicadas en vida sus novelas póstumas (Indignación y Némesis)

[Nota final: en algún momento esto se me ha ido de las manos]


Los fragmentos de la traducción de Jordi Fibla para Mondadori.

1 comentario:

Martin Chab dijo...

estimado blogger
estuve tratando de ver como comunicarme pero no encontré un mail, por favor borra esta entrada luego de leerla si te parece.
queria contarte que en pocos días estamos lanzando un ebook, una novela sobre la bipolaridad escrita por una persona que la padece, que ha estado en coma por este motivo y se ha recuperado.
Yo soy un gran amigo de la autora, María Bel Santarossa y estoy ayudándola a divulgar esta obra tan pero tan importante.
El libro ya está disponible para la compras por adelantado en: https://store.kobobooks.com/es-ES/ebook/rea
será un placer para mi enviarte mas informaciones sobre el libro y una copia del mismo gratuita para que puedas leerlo y si quieres hacer un comentario en tu blog
desde ya muchas gracias por tu tiempo y quedo a tus órdenes
También puede dar un vistazo a su nuevo blog belsantarossa.com

saludos
Martin Chab