En principio deberíamos plantearnos si hubiésemos aceptado la historia que nos cuenta Searching for Sugar Man en el caso de que se hubiese tratado de una ficción. Si se hubiese tratado de una película de ficción quizás nos hubiese molestado su adecuación a ciertos estándares melodramáticos, moraleja incluida.
Pero no es una ficción… ¿no es una ficción?
Tendemos a identificar documental con realidad o, al menos, realidad filmada, cuando lo cierto es que el auge del género documental en la actualidad tiene mucho que ver con la subjetividad de los hechos que se muestran. El documental es la nueva ficción y los buenos documentalistas saben reconocerlo. Bendjelloul dice que se inspiró en Ciudadano Kane para la estructura de su documental partiendo de aquellos que investigan la vida del personaje principal y la película de Welles también es una ficción exagerada sobre una persona real. La revista Rolling Stone publica un artículo de título elocuente: “Rodriguez: 10 cosas que no sabías de la estrella de Searching for Sugar Man” que nos permite descubrir algunos detalles no desvelados en el documental que permiten mantener el misterio en su narración. En todo momento se mantiene el punto de vista de los investigadores sudafricanos eludiendo datos que estos no conocían.
Esta perspectiva detectivesca consigue que en cierto momento de la proyección empecemos a dudar de la veracidad de la historia que nos está contando. Incluso con Rodríguez ya ante la cámara, uno sigue pensando si realmente no se trata de una ficción, si Rodríguez no es un trasunto del personaje Richard Katz de la novela Libertad de Franzen
Aunque, para ser sincero, creería más la segunda posibilidad, la de que las condiciones de vida de Katz estén inspiradas en las de Rodríguez. Porque lo relevante en Searching for Sugar Man es que Rodríguez dejó la música y estuvo muchos años trabajando en una empresa de construcción (o algo así)
Antes de seguir adelante debo dejar claro que el documental me parece soberbio, con una calidad cinematográfica, en todas aquellas escenas rodadas expresamente para la película, incuestionable. Searching for Sugar Man me parece completa y absolutamente recomendable.
Lo que sigue es subjetivo y malicioso (y si leéis entre líneas, incluso reivindicativo)
Lo que me pregunto es si el éxito de Searching for Sugar Man tiene que ver con cierta ingenua tendenciosidad en la mirada de los espectadores que quedan deslumbrados por el hecho de que Rodríguez realizase durante años un trabajo manual, como si existiese una barrera estética que separase a obreros de artistas. No es extraño este tipo de consideración. Incluso se publican libros en los que se relatan los trabajos realizados a lo largo de su vida por distintos escritores, como si fuese un hecho pintoresco o exótico. Este tratamiento de la vida de escritores o músicos me parece una completa gilipollez.
Pero tengo la sensación que gran parte del éxito comercial de este documental tiene que ver con el fenómeno del artista incomprendido que tiene que ganarse la vida trabajando. de peón o con la constatación de que los obreros de la construcción pueden ser sujetos sensibles. Una rareza, pensarán algunos, mientras aplauden con entusiasmo. Nunca he hecho comentarios musicales en el blog porque no me siento capacitado para hacerlo, así que lo que sigue es una (pobre) impresión personal. El caso es que las canciones de Rodríguez no me parece que vayan mucho más allá. Son unas dignas y pegadizas baladas pop con unas interesantes letras que, para ser sincero, no logran emocionarme demasiado. Tal y como lo veo el valor musical de las canciones de Sixto Rodríguez no justifican el revuelo que se ha formado en torno a su figura ni el relanzamiento de su carrera. Me parece que Rodríguez será de nuevo manipulado por la industria discográfica y luego olvidado cuando se extinga su fulgurante novedad.
En todo esto hay un problema de sinceridad. Tanto Malik Bendjelloul, los fans sudafricanos que se lanzaron en busca del músico y el propio Sixto Rodríguez y su familia despliegan a lo largo del documental una sinceridad sin artificios. Por eso Searching for Sugar Man es una película recomendable y que sugiero que vean incondicionalmente. La insinceridad, y esto es tremendamente paradójico, está del lado del espectador.
2 comentarios:
Qué bueno. Acabo de hablar de eso mismo. La conciencia de mi insinceridad cuando recomendaba sin ambages ni reservas el documental, cuando decía que era emocionante. El problema, creo, es que la emoción sí era sincera. Y el problema, creo, es que la industria cultural lo comprende también.
Un saludo
Sigo este blog y siempre digo: que Bueno! y nunca comento....así que ya está: comentado!
En cuanto a Searching... a mí me emociono y reconcilio con la vida. Pero si es cierto que se nos oculta información (el relativo éxito de Rodriguez en Australia, etc)...bueno de eso se tratan ahora los documentales, no? de creerse la historia y no al que la cuenta, no?
Un saludo y gracias por este magnífico Blog
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