19/3/11

1Q84, de Haruki Murakami (II)

A MODO DE DISCULPA:

Las fugas tienen la interesante propiedad de que cada una de sus voces es una pieza musical en sí misma; y así una fuga puede ser pensada como una colección de varias piezas distintas de música, todas basadas en un tema único, y todas tocadas simultáneamente. Y depende del auditor ( o su subconsciente) decidir si debe ser percibida como una unidad, o como una colección de partes independientes, todas las cuales armonizan.
(Gödel, Escher, Bach; D. R. Hofstadter)

El "preludio" en su origen consistía en la improvisación que hacían los músicos con sus instrumentos para comprobar la afinación. Inicialmente como forma musical, era una pieza que introducía a otra más extensa. De los siglos XV a XVII se compusieron preludios no ligados a ninguna obra extensa, improvisados.
Fue durante el siglo XVIII cuando el preludio se asocia a la fuga con Johann Sebastian Bach en su obra "el clave bien temperado" -escrita para enseñarnos la existencia de la tonalidad- y así, la forma alemana "preludio y fuga" alcanza su máxima cumbre en las obras compuestas para órgano y piano.
(Wikipedia)

El Clave bien temperado es el nombre de dos ciclos de preludios y fugas compuestos por Johann Sebastian Bach en todas las tonalidades mayores y menores de la gama cromática. Compuesto por dos libros ambos comparten el mismo esquema: cada libro comprende 24 grupos constituidos por un preludio y una fuga en el mismo tono. Empieza por la tonalidad de Do mayor, y después la de Do menor, a la que le sigue Do sostenido mayor y así sucesivamente, hasta haber completado toda la gama cromática de mayor a menor. Es, por tanto, una colección enorme que comprende 48 preludios y 48 fugas cuyo objetivo es, a la vez, musical, teórico y didáctico.
(Wikipedia)

La estructura de
1Q84 se basa en la de El clave bien temperado , es decir, dos libros compuestos cada uno de 24 preludios y 24 fugas. A Aomame le corresponderían los preludios y a Tengo las fugas:
El primer preludio del primer libro está, naturalmente, en la tonalidad de do mayor. Es la pieza más conocida del conjunto; su belleza llevó a Gounod a usarla como base de su Ave María” (Fuente: Seikilos )
Ese primer preludio, bajo el lema “
No se deje engañar por las apariencias”, correspondería a la presentación de Aomame. En él, siguiendo a Seikilos “En los primeros compases se puede ver el típico tríptico del jazz del siglo XX: segundo, quinto, primer grado”, lo cual nos lleva a la anterior novela de Murakami, After dark, que yo postulo que se puede leer en tiempo real y que está basada en la pieza de Curtis Fuller Five spot after dark. Habría que analizar hasta que punto cada uno de los personajes de After dark puede estar representado por uno de los miembros del quinteto (Curtis Fuller, trombon; Benny Golson, saxo tenor; Tommy Flanagan, piano; Jimmy Garrison, bajo; Al Harewood, batería)

Lo que me interesa ahora es disculparme por mi anterior comentario sobre la novela de Murakami sobre todo cuando digo que toda esa morosidad en la narración “se puede interpretar como un intento de alargar una narración por motivos comerciales”. La estructura que se impone Murakami a la hora de elaborar
1Q84 condiciona la misma narración. El ritmo pausado y repetitivo tiene que ver con cada una de las piezas musicales que componen El Clave bien temperado y, es posible, que el conjunto obedezca al bucle con el que Bach adornó la carátula de su manuscrito:



Independientemente del resultado, que mantengo que no es lo intenso que se podía esperar del Murakami siniestro de otras de sus novelas, es de admirar el trabajo del escritor japonés, las condiciones a las que debe someter tanto a su relato como a su estilo como al aire de cada uno de sus capítulos. Tal vez, en estas condiciones de correlato entre una obra musical y otra narrativa, quien debiera comentar esto fuese alguien más versado en música, capaz de interpretar de qué manera transcribe Murakami cada una de las piezas de Bach. Curiosamente, y hasta ahí puede llegar todo mi análisis musical, la tercera pieza, el segundo preludio que corresponde a Aomame, de tempo que me atrevo a calificar de allegro vivace (por favor, no me dejéis decir estas cosas… ¡no tengo ni idea!) corresponde a la protagonista en plena acción y es uno de los capítulos en los que la narración es más fluida.
¿Qué otros misterios encerrará la novela? Me parece fascinante el mundo que abre esta relación narrativa-musical. No es posible una lectura normal de 1Q84, se precisa una lectura en Bach.

(Y yo no lo hice. Escribí ufano una reseña calificando a Murakami de tener intereses comerciales. Más tarde, María me descubrió lo torpe que había sido… si no fuera por ella, ni blog, ni novela, ni nada de nada)

13 comentarios:

Rubén Martín Giráldez dijo...

Estoy pensando seriamente en abandonar mis prejuicios hacia Murakami y leer a Murakami, pero casi me atrae más descubrir cuáles son mis prejuicios y cuál el motivo de mis prejuicios con Murakami.

Anónimo dijo...

¡Brillante!

Sparky dijo...

Totalmente de acuerdo con Cuaderno Célinegrado. Creo que yo también me pondré a ello, a ver qué saco en claro.

Luz Natural dijo...

ME HA GUSTADO MUCHO TU analisis. Gracias. A veces las novelas que escribe un autor no acaban cuando cierras el libro sino que continuan a traves de loscomentarios, criticas y intepretaciones de la comunidad. Esto seria 2.0?

Julio César Zavala Vega dijo...

no creo que este tipo de narrativa experimental musical tenga algo de ingenioso, pues hay obras que se han basado en este tipo de construcciones que van desde "El Doctor Faustus" de Thomas Mann y que se basara en la tecnica de creacion "Dodecafonista" de Arnold Schönberg, Ivan Stravinski o el libro "Habana para un infante difunto" del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante. Lo que hay juzgar con mayor relevancia es la lectura de la historia, que como bien dices parece un poco sosa y hace extrañar "La caza del carnero salvaje" o "Tokio Blues" en todo caso considero que es un gran escritor, pero esta novela reventó mas nueces y los desaciertos se vislumbran mas evidentes.

Lansky dijo...

¡Bravo por la honestidad y la rectificación!

IF dijo...

Igualmente, no te olvides que la novela no está acabada: la tercera parte se publicará en otoño...!

Anónimo dijo...

No creo que la estructura de Dr. Faustus sea la del dodecafonismo, sino más bien que la idea del dodecafonismo es la que sirve de puente ente las otras ideas del libro, que, esta vez sí, funcionan como una composición musical en el sentido que sus entradas y salidas, sus repeticones y variaciones son las que van desarrollando la historia. Mann es un autor sinfónico en este sentido, creo. Por otra parte es de señalar que las incursiones teóricas del libro en la música fueron escritas "a dos manos" entre Mann y Adorno. Y sí me parece que algo de crítica a la razón dialéctica, hay en la obra.

Javier.

Rubén Martín Giráldez dijo...

De acuerdo con este último Javier, sí.

Raúl Campos dijo...

Escuchándoos me he acordado de Cortázar y su perseguidor. El sentido del ritmo en don Julio traspasa el mero acercamiento temático al jazz.

Por otro lado, la música lleva siglos aprovechándose de la literatura. Ya es hora de que le demos la vuelta a esto, no.

Portnoy dijo...

Si no recuerdo mal, Raúl, Cortazar tiene un relato dividido en cuatro partes cada una de las cuales corresponde aun movimiento y, además, cada personaje simboliza un instrumento. Creo que estaba en Salvo el crepúsculo, pero no estoy seguro.
Habría que enumerar los experimentos narrativo-musicales.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios y por mantener animado el debate.
Un saludo

Raúl Campos dijo...

Otro ejemplo: La saga/fuga de JB. Es una fuga en toda regla: 4 historias distintas, desarrolladas en varios puntos de la historia, que coinciden sorpresivamente en pequeñas células melódicas (todas las iniciales son JB, todos los nombres de los curas empiezan por A, etc.) y poco a poco la cohesión es tanta que se convierte en un único movimiento cuando sigues escuchando/leyendo y (spoiler suavecito) Castroforte alcanza su finale hasta las más altas esferas (dejémoslo ahí)… Este es el gran juego de la obra de don Gonzalo, más allá de los pequeños juegos que jalonan la novela.

Tenías otro post sobre JB, no? Igual debería haber publicado esto allí, je, je…

Otm Shank dijo...

El argumento central de la novela es un rip-off de "Fluyan mis lágrimas, dijo el policía" de Dick.

De hecho Murakami hace un guiño al respecto cuando pone a uno de los personajes (la anciana que le da las misiones a Aomame) a escuchar el "Lachrimae" de John Doe.