Los japoneses parecen los pioneros de un porvenir que se intuye poblado de seres alienados, inútiles, solitarios, extraviados en la infinitud de la red, abocados a la destrucción. Es un porvenir visible, por ejemplo, en Pulse, de Kiyoshi Kurosawa, película muy ligada al fenómeno de los solteros parásitos. En ella, un adolescente, Kawashima, novato en materias informáticas, se ve sorprendido un día al encontrar en su ordenador una extraña página web abierta. La página web en cuestión, vía webcam, muestra a un desconocido vagando por una habitación. Ahí comienza el terror en esta película que empieza contando una historia de mística digital y termina con pavorosas imágenes de un mundo dirigido directamente al desastre.
El cine de Kiyoshi Kurosawa (Kobe, 1955), tiene un trasfondo existencialista y metafísico, y su universo espiritual ofrece la más angustiosa y completa aproximación al fenómeno de todos esos solitarios que viven atrapados en un Más Allá de Internet en el que irrumpen sombras, a veces sólo siluetas inmóviles que acechan al modo de inquietantes imágenes de pesadilla que andan espiándoles desde lo más hondo de las pantallas de sus ordenadores. En Pulse sorprende el modo en que uno se ve atrapado en una espiral que nos conduce de lo que parece una historia más de fantasmas que usan la tecnología, a una intrigante trama visionaria y apocalíptica de horror global sobre la extinción de la humanidad: una clara intención de denuncia de una sociedad de hikikomoris peligrosamente alienada, solitaria, enferma, condenada al hundimiento.
'Hikikomori blues'; Enrique Vila-Matas, Dietario Voluble, El País, Catalunya, Domingo 15/4/2007
No me gustó demasiado Kairo- Pulse, me decepcionó, me aburrió. Lo único interesante de la película es el peculiar tratamiento fílmico de los diferentes planos de “realidad” que interaccionan en la película: El de los jóvenes que se ven envueltos en el misterio; el de las imágenes de Internet y el de la incursión del mundo de los muertos en el de los vivos. Pero poca cosa más.
En fin, se me acaba de ocurrir que a veces Vila-Matas menciona que recorre la red. Si por casualidad llega hasta aquí, le recomiendo otra película de Kiyoshi Kurosawa, más desesperanzadora aún que Kairo-Pulse:
Akarui mirai - Bright Future
(Además, sale el genial Tadanobu Asano)
11 comentarios:
Hola, yo creía que los Hikikomoris eran personas tristes que llevados por su enfermedad que los recluye mentalmente, necesitaban de ayuda y que eran inofensivos, pero aquí, seguro por lo de los atentados violentos de muchachos americanos con características de aislamiento similares, se les piensa como una amenaza.
Habría que distinguir entre ambas culturas y afrontar las situaciones de acuerdo a los diferentes contextos. Saludos.
Mario.
PD: Te he colocado en mi blog, estan interesantes tus mensajes. Una pregunta por favor ¿qué significa Portnoy?
Es el título de una novela de Philip Roth que no se ha comentado aquí.
;-)
Respecto a lo que dices es la sociedad quien hace las distinciones: Los japoneses no consideran a sus jóvenes Hikikomoris como una amenaza (más bien como una vergüenza)... para los estadounidenses todo lo que se salga de la norma representa una amenaza; ergo necesitan armas para defenderse; ergo los desequilibrados tienen fácil acceso a las armas... ergo...
En fin...
Gracias por el enlace y el comentario.
Un saludo
Tomo nota. Y gracias.Para que sepas que soy yo: el domingo que viene hablo de dos aviadores franceses, desaparecidos en 1927.
Vila-Matas
Francamente: A mi Kairo me gustó, Pulse no tanto. Pero no he visto Bright Future por lo que hay un 99% de posibilidades de que tengas razón.
Caramba, una visita inesperada: un placer y un honor, señor Vila-Matas. Ningún domingo me pierdo su Dietario Voluble (que, por cierto, se parece mucho a un blog).
¿No se anima a dar el salto a la red?
:-)
Leeremos sobre aviadores franceses.
Un saludo.
Puede Alvy, que por aquel entonces yo estuviese viciado de otros ritmos japoneses (la trilogía Dead or Alive de Miike, por ejemplo) para apreciar la cadencia del trabajo de Kurosawa.
En fin...
Portnoy, por esta vez no estamos de acuerdo. No me gusta demasiado el moderno cine de terror oriental (por cierto, no soporto a Miike, aunque igual que en el de terror creo que podría entrar en cualquier otro género), pero curiosamente Kairo me gustó y me impresionó muchísimo. No he visto nada más de KK, pero esperaba encontrarme con algo del estilo de Hideo Nakata o Takashi Shimizu y de repente creí ver un Antonioni ciberpunk y metafísico. Me fue inquietando y atrapando poco a poco, hasta mostrar esas almas en pena (vivas o muertas) que podemos ser nosotros y que sólo buscan lanzar un desgarrado grito de auxilio en mitad de este mundo, convertido en un páramo extraño que quizás nunca haya sido otra cosa. Alienación, Internet, fantasmas, parecen tópicos con un engarce demasiado obvio, pero en la turbadora manera de urdirlo está lo más interesante. Me pareció una película totalmente descorazonadora. Los fantasmas existen, estoy seguro :)
Me apunto Bright Future, Portnoy. Por cierto, se nota la inteligencia del gran Vila-Matas, sabe dónde está lo más interesante de la red.
Ya digo que seguramente fue cuestión de ritmo, de expectativas. Cure, de KK, por ejemplo, me pareció una buena película.
Pero no acabé de entrar en Kairo...
Y eso que me fascina esa conexión entre le mundo de los vivos y el de los fantasmas que los orientales aceptan con tanta naturalidad.
Gracias Daniel por el comentario (y el elogio escondido)
Hola Portnoy, quería saber ¿dónde escribe con regularidad Enrique Vila-Matas o si era en la sección del país de cataluña donde habló de los Hikikomoris?. Para colocarlo en mi blog y leerlo seguido. Saludos.
MARIO
La dirección del artículo de esta semana es la siguiente:
Dietario Voluble
Supongo que empleando el buscador interno de El País será posible encontrar anteriores entregas del Dietario Voluble de Enrique Vila-Matas.
Un saludo
De seres alineados y solitarios recomiendo dos obras cinematográficas hermosas: Vibrator y Last life in Universe.
Saludos.
Desconocía las películas de las que hablan ustedes. Pero intuyo que no yerran el tiro: el futuro es ya presente, y si no, díganme qué hacemos discutiéndolo aquí, en vez de hacerlo en una plaza pública, como antaño.
Saludos de un ácrata
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