El hombre que ríe son dos relatos en uno construidos de forma que uno de ellos, el que da título al cuento de Salinger, explique y complemente al principal, el que definiríamos como estrictamente salingeriano.
Relato dentro de un relato, El hombre que ríe es una historia que uno de los personajes, El Jefe, cuenta al equipo de béisbol infantil, y está basado en los seriales radiofónicos estadounidenses famosos en la época en que está ambientado el relato. De ellos quizás La Sombra sea el más reconocido internacionalmente y es en el que El hombre que ríe parece inspirarse, sin olvidar otras influencias del folletín de misterio. Quizás Arsène Lupin.
Entretejido con esta historia subyace el relato típico de Salinger: Una situación extraída de su contexto que se inicia y termina sin mayores explicaciones, en esta ocasión para contarnos una ruptura sentimental. Pero la peculiaridad de este relato es que es a través del subtexto, El hombre que ríe, el lector debe deducir que ocurre realmente en el relato salingeriano.
La idea es estupenda pero tiene un pequeño fallo: La supuesta faceta complementaria que debe tener El hombre que ríe se convierte en un enfrentamiento narrativo en el que la historia clásica o popular, el folletín, se opone al nuevo concepto de relato que se origina en la primera mitad del siglo pasado.
¿Quién vence en el combate, El hombre que ríe o la historia del desengaño amoroso del Jefe?
¿a través de los héroes ficticios sublimamos nuestros fracasos en la vida?
¿sublima Salinger su narrativa a través del folletín?
Relato dentro de un relato, El hombre que ríe es una historia que uno de los personajes, El Jefe, cuenta al equipo de béisbol infantil, y está basado en los seriales radiofónicos estadounidenses famosos en la época en que está ambientado el relato. De ellos quizás La Sombra sea el más reconocido internacionalmente y es en el que El hombre que ríe parece inspirarse, sin olvidar otras influencias del folletín de misterio. Quizás Arsène Lupin.
Entretejido con esta historia subyace el relato típico de Salinger: Una situación extraída de su contexto que se inicia y termina sin mayores explicaciones, en esta ocasión para contarnos una ruptura sentimental. Pero la peculiaridad de este relato es que es a través del subtexto, El hombre que ríe, el lector debe deducir que ocurre realmente en el relato salingeriano.
La idea es estupenda pero tiene un pequeño fallo: La supuesta faceta complementaria que debe tener El hombre que ríe se convierte en un enfrentamiento narrativo en el que la historia clásica o popular, el folletín, se opone al nuevo concepto de relato que se origina en la primera mitad del siglo pasado.
¿Quién vence en el combate, El hombre que ríe o la historia del desengaño amoroso del Jefe?
¿a través de los héroes ficticios sublimamos nuestros fracasos en la vida?
¿sublima Salinger su narrativa a través del folletín?
Nota:
En 2002, Juan Antonio Bayona, rodó un cortometraje basado en la historia de Salinger:
El hombre esponja
No recuerdo si en el corto aparecía la referencia a Salinger, lo cierto es que en los créditos que aparecen en Internet sobre El hombre esponja no se menciona que esté basado en un relato de Salinger y como guionistas aparezcan sin más explicaciones el director, Juan Antonio Bayona, y Luis Segura.
Si alguien conoce más detalles o tiene acceso al cortometraje y puede verificar los datos sería de gran ayuda.
En 2002, Juan Antonio Bayona, rodó un cortometraje basado en la historia de Salinger:
El hombre esponja
No recuerdo si en el corto aparecía la referencia a Salinger, lo cierto es que en los créditos que aparecen en Internet sobre El hombre esponja no se menciona que esté basado en un relato de Salinger y como guionistas aparezcan sin más explicaciones el director, Juan Antonio Bayona, y Luis Segura.
Si alguien conoce más detalles o tiene acceso al cortometraje y puede verificar los datos sería de gran ayuda.
camino:
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10 comentarios:
A mí me gustaba mucho JDS, pero después de estas lecturas -quizás un tanto forzadas o forzosas o afortunadas-, lo encuentro más siniestro de lo que recordaba. La máscara, qué esconde, quién está detrás, cómo se sufre, porqué se golpea con fuerza el cristal de un automóvil...
PI
Víctor Hugo tiene una novela con el mismo título.
Yo he visto el corto y te aseguro que no hay la más mínima referencia a J. D.
Un poco tarde, pero intervengo: efectivamente, es una adaptación clarísima de "el hombre que ríe". vi el corto el día que se estrenó en el cine Coliseum de Barcelona, y a los pocos minutos de proyección ya me vino a la cabeza el cuento -uno de los mejores de Salinger, por cierto-, leído algunos años antes. Seguro que Bayona sabía de la beligerancia de Salinger contra las adaptaciones cinematográficas de sus obras, e hizo esta adaptación para que ese plagio -o homenaje, o como se le quiera llamar- pasara desapercibido. quiero pensar que Bayona hubiera querido hacerlo abiertamente, pero la actitud de Salinger lo hacía imposible. en todo caso, con Salinger muerto y Bayona encumbrado como director hiperinternacional, sería interesante recuperar el corto y evidenciar su orígen...
Pues mire, yo discrepo de esa interpretación. El centro del relato Salingeriano no es la ruptura sentimental, sino que esa es una simple necesidad argumental para forzar al Jefe a concluir abruptamente su relato "matando" al Hombre que ríe. El centro del relato es, me parece, la relación del narrador con ese hecho. Este cuento (que me parece el mejor de los nueve, y una pequeña obra maestra) siempre lo he visto como un sentido homenaje a la Literatura y como un no menos emotivo adiós a la infancia.
Anónimo, coincido exactamente con su punto de vista. Y agradezco a Javier por compartir el cuento y su comentario, y el de todos aquellos que dieron su opinión.
Desde Argentina, a todos, un abrazo.
Seguidor asiduo de esta página, estoy ahora leyendo los Nueve Cuentos consecutivamente y coincido con varios de los comentarios que aparecen: no sé por qué le tienes un poco de tirria hacia Salinger, cuando, en realidad, es un maestro absoluto del relato. No te lo tomes a mal, pero lo despachas demasiado deprisa.
En el caso de este cuento, hay que estar atento: cuando Mary aparece por última vez en el campo, hay referencias todo el tiempo a cochecitos de bebé -el mismo narrador se tropieza con uno de ellos, al ir de espaldas-, posible causa, por relación de continuidad, de la ruptura entre el Jefe y ella. En todos los cuentos de Salinger se percibe una constante: un abismo, una hiancia entre el mundo de los niños y el de los adultos. El Jefe, hasta la ruptura con su novia, parecía más cercano a la puerilidad de los niños. Sólo tras abandonar a Mary es que construye ese final del "hombre que ríe", para hacer ingresar de modo cruel a los niños en las preocupaciones adultas.
Saludos, es un gran blog. Dejo el mío abajo.
A veces no se es dueño de nuestras emociones. No le encuentro el punto a Salinger, es un prejuicio.
En fin, no debería ser así.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios
después de leer el cuento, pasé una semana triste evocando la melancolía de haber perdido la inocencia en mi niñez.
Hola Felipe cuál es tu blog?
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