16/2/07

El periodo azul de Daumier-Smith, de J. D. Salinger

Todo narrador en primera persona es poco fiable.
Todo narrador en primera persona que se comporte de forma exaltada es un mitómano.
Todo narrador en primera persona nos engaña.
Todo narrador en primera persona que nos explica (de manera exaltada) que en un periodo de su vida mintió y fingió y falsificó (lo cual le causó una gran satisfacción) seguramente ahora sigue tergiversando lo ocurrido al lector.
Todo narrador en primera persona a pesar de sus mentiras deja escapar inconscientemente pequeños detalles de su personalidad.
Todo narrador en primera persona es un candidato a una disección psicoanalítica de lo que cuenta.
(Imagina la satisfacción del psiquiatra ante la obsesión enfermiza por el escaparate de la ortopedia, como debe frotarse las manos con las imágenes de bragueros y orinales y cuñas...) (y con la madre muerta) (y con la convivencia con el padrastro) ( y con su enfado en el autobús)

A ver si movemos un poco ese culo

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Debería ir un mapa. Uno con los bordes ajados cuya superficie ha sido rayada en algunos lugares con un lápiz de mina dura y en otros raspado con una cuchilla... en el mapa se distinguen las costas europeas y norteamericanas del Atlántico... dibujamos, entre Paris y New York una línea... otra ente New York y Montreal...
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Nada sabemos apenas sobre la vida del narrador-protagonista en Paris, conocemos su “falsa” vida en Francia como Daumier-Smith. Sin embargo (y aquí dejamos de nuevo que el psicoanalista se frote las manos) del resto de su periplo el narrador destaca especialmente los habitáculos claustrofóbicos que ocupa tras la muerte de su madre y su regreso a estados Unidos: un camarote de barco, la habitación de hotel que comparte con su padrastro, la casa-taller de los Yoshoto, la habitación sin sillas que le prestan... ¿incluimos su obsesión por la clausura?
Demasiados úteros.
De manual de psiquiatría.

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Sigue Teddy. Elija su camino:
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8 comentarios:

Ana Durá Gómez dijo...

Tendré que empezar con los relatos de Salinger porque me cuesta seguirte.

Portnoy dijo...

Estamos comentando los nueve relatos de Salinger de manera inversa desde 18 blogs distintos para al final tener un número considerable de reseñas sobre el texto... es una especie de experimento. En la barra lateral verás los enlaces a los blogs que participan en el Proyecto Salinger y bajo cada reseña enlaces a las reseñas del siguiente texto de Salinger (trabajamos marcha atrás en el tiempo)
En fin, un saludo

Natalia Book dijo...

En este relato hay muchas cosas ocultas: da la sensación de que nada es real, de que todo es mentira. Su vida en Francia y su personalidad en la escuela es inventada; los alumnos nunca aparecen físicamente; Bambi Kramer usa un nombre falso; incluso Sister Irma habla de una hermana que murió y de la que no recuerda su nombre 'sister something'; su pintor favorito es Duglas Bunting, de quien no se encuentra nunca ningún dato; la madre ha muerto y otra persona ocupa el lugar de su padre; tampoco estamos seguros de si en el cuadro de Sister Irma es Maria Magdalena quien aparece; la escuela tiene que cerrar porque no tenía permisos (es decir no existía legalmente); hay una hoja del diario en que no se escribe nada; hay que cartas que no se envían y otras que no se responden; se envían unas cartas pero pronto se envían otras para decir que las anteriores no tienen validez, que tod había sido un error.
Todo el relato es una gran mentira. Pero otro gran relato sin duda alguna.

Lo único real esque 'llegaste a tiempo para el Salinger'. Me alegro.
Saludos

mer dijo...

"Todo narrador en primera persona que nos explica (de manera exaltada) que en un periodo de su vida mintió y fingió y falsificó (lo cual le causó una gran satisfacción) seguramente ahora sigue tergiversando lo ocurrido al lector."
Me gustó mucho eso.

Y sí, tenés mucha razón en señalar el banquete que se harían los críticos-psicoanalistas con este cuento. De hecho, recuerdo haber leído una crítica en ese tono, donde se hablaba del edipo no resuelto, de la castración (por el dentista que le saca cuatro dientes), de tres figuras paternas (el padrastro, el señor Yoshoto, y Father Zimmerman!!!). Insportable.

Portnoy dijo...

Sí, Mer... sobre todo lo del Father Zimmerman es una pista que apunta a lo contrario, a que nos riamos del absurdo que nos propone. Tal vez tenga razón Alvy cuando señala su similitud con algunos textos e ideas de Woody Allen. A mí me recordo al mentiroso narrador de la novela de Svevo, La conciencia de Zeno y a algunos narradores de Nabokov.
El detalle de la castración de me había pasado... jejejejejejeje
Un saludo y gracias por tu comentario

Portnoy dijo...

Oye, Book, perdona que no te contestase a tu comentario, se me pasó hacerlo (y eso que tu punto de vista resulta bastante interesante)... quizás podrías animarte y formar parte del club de reseñistas de los Nueve Cuentos, ¿qué dices?
Un saludo

Pedro Incio dijo...

Todo es mentira en este cuento: Estoy de acuerdo con "Frank Invita" cuando dice: "Mi hipótesis es que el narrador del cuento asesinó a la amante de su padre (Mrs. X) y redactó su misterioso viaje a Canadá como coartada. Eso es."
Saludos

Portnoy dijo...

En ese sentido, puesto que todo es mentira, cualquier cosa que NO cuente el relato, DEBE ser cierta...
es broma... ah, y muy bueno lo de Frank.
Un saludo