"No era Rimbaud, sólo era un niño indio" (Dentista)
"Para poetas, los de Francia" (Fotos)
Con lo que llevamos andado ya en torno a Bolaño creo que no será demasiado arriesgado decir que sus relatos se pueden dividir en dos clases, los que tienen relación directa con sus novelas y los que no, pero teniendo en cuenta que éstos últimos son a su vez susceptibles de formar parte de alguna de sus novelas ya que una de sus características es la digresión narrativa en forma de relato dentro de otro relato.
Fotos es, sin duda, un fragmento de Los detectives salvajes que, por alguna razón sobre la que no especularemos, no pertenece a la novela. El relato gira en torno a una anécdota mínima: la subjetividad del tiempo.
El tiempo de la lectura de Arturo Belano (1996)
El tiempo de la edición de La poésie contemporaine de langue française depuis 1945 (1973)
El tiempo de cada una de las fotografías de los poetas (suspendidas en un limbo atemporal, depuis 1945, avant 1973)
El tiempo en que Belano leyó a alguno de esos poetas.
El tiempo de la escritura, posterior a 1996
El tiempo de la lectura (hoy, ayer... cuando sea, pero el único tiempo que nos pertenece)
Y ligado a cada tiempo un espacio particular: África, Francia, México, Malgrat (al que hay que añadir el de cada lector)
Después de 1996...
Esta es prácticamente la última entrada referente a la odisea de Belano en Los detectives salvajes (si nos atenemos a un criterio cronológico) Si Arturo Belano volvió o no de África es algo que no sabemos, al menos no con certeza.
Se trata pues de la última noticia referente a Belano y es así como debemos recordarlo: “sentado en el suelo, un suelo como de arcilla roja pero que no es de arcilla, ni siquiera arcilloso, y que sin embargo es rojo o más bien cobrizo o rojizo, aunque al mediodía es amarillo, con el libro entre las piernas, un libro grueso”
Esa es la imagen de Belano para la inmortalidad... pues de eso trata Fotos, ¿no?
"Para poetas, los de Francia" (Fotos)
Con lo que llevamos andado ya en torno a Bolaño creo que no será demasiado arriesgado decir que sus relatos se pueden dividir en dos clases, los que tienen relación directa con sus novelas y los que no, pero teniendo en cuenta que éstos últimos son a su vez susceptibles de formar parte de alguna de sus novelas ya que una de sus características es la digresión narrativa en forma de relato dentro de otro relato.
Fotos es, sin duda, un fragmento de Los detectives salvajes que, por alguna razón sobre la que no especularemos, no pertenece a la novela. El relato gira en torno a una anécdota mínima: la subjetividad del tiempo.
El tiempo de la lectura de Arturo Belano (1996)
El tiempo de la edición de La poésie contemporaine de langue française depuis 1945 (1973)
El tiempo de cada una de las fotografías de los poetas (suspendidas en un limbo atemporal, depuis 1945, avant 1973)
El tiempo en que Belano leyó a alguno de esos poetas.
El tiempo de la escritura, posterior a 1996
El tiempo de la lectura (hoy, ayer... cuando sea, pero el único tiempo que nos pertenece)
Y ligado a cada tiempo un espacio particular: África, Francia, México, Malgrat (al que hay que añadir el de cada lector)
Después de 1996...
Distinguí la voz de Belano otra vez. Decía que cuando él llegó a África también quería que lo mataran. Relató historias de Angola y de Ruanda que yo ya conocía, que todos los que estamos aquí más o menos conocemos. Entonces la voz de López Lobo lo interrumpió. Le preguntó (lo oí con total claridad) por qué quería morir entonces. La respuesta de Belano no la escuché pero la intuí, lo que carece de mérito pues de alguna manera ya la conocía. Había perdido algo y quería morir, eso era todo. Luego oí una risa de Belano y supuse que se reía de aquello que había perdido, su gran pérdida, y de él mismo y de más cosas que no conozco ni quiero conocer. López Lobo no se rió. Creo que dijo: vaya, por Dios, o algún comentario de ese tipo. Luego ambos se quedaron en silencio.
Jacobo Urenda, rue du Cherche Midi, París, junio de 1996
(Los detectives salvajes)
Esta es prácticamente la última entrada referente a la odisea de Belano en Los detectives salvajes (si nos atenemos a un criterio cronológico) Si Arturo Belano volvió o no de África es algo que no sabemos, al menos no con certeza.
Se trata pues de la última noticia referente a Belano y es así como debemos recordarlo: “sentado en el suelo, un suelo como de arcilla roja pero que no es de arcilla, ni siquiera arcilloso, y que sin embargo es rojo o más bien cobrizo o rojizo, aunque al mediodía es amarillo, con el libro entre las piernas, un libro grueso”
Esa es la imagen de Belano para la inmortalidad... pues de eso trata Fotos, ¿no?
4 comentarios:
Aunque en éste caso sólo sea un fragmento, los relatos que tienen relación con sus novelas, o en los que Bolaño emplea el estilo de las mismas, son los que más me gustan. Hay algunas excepciones, Prefiguración de Lalo Cura es una de ellas.
Puede que por el escenario sí que pueda recordar a Conrad, pero me parece que Bolaño es lo menos conradiano que pueda imaginar. Además, esa risa de Belano es también por el paralelismo que se puede efectuar entre Belano y Lord Jim, por ejemplo. En el fragmento de Los detectives salvajes Belano pide a Urenda que cuando vuelva a París le mande los medicamentos que necesita... ergo, Belano no quiere morir. Es una postura literaria de un personaje literario creado por un inmenso lector.
De todas formas, Luis, la observación es muy aguda, da que pensar.
Valdecuélabre, puede que esa predilección sea debido a las posibilidades narrativas a las que dichos fragmentos apuntan... el vértice del triángulo con el interrogante... la obra inconclusa que se adivina inconmensurable... o algo así
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.
Ante todo siento no haber escrito antes sobre estos relatos (y otras cosas que acabo de descubrir), pero por algún tipo de problema en el ordenador, siempre me aparecia un post muy anterior. Hasta que un amigo me hizo no se que en los cookies. Pensé que pasaba algo y no, era mi "máquina".
Vamos a lo nuestro. Es uno de los relatos que mas me han gustado. Y, claro, quizás sea por esa división que haces. A mí, personalmente me gusta más el Bolaño novelista que el Bolaño cuentista (¿Se puede decir así sin ofender?).
Y quizás sea esa la razón de que unos cuentos me gusten tanto y otros me parezcan tan mormalitos.
Me llegó al alma esa comparación con Conrad, así que me voy a leer el relato otra vez.
Saludos
Publicar un comentario