En 1969 Hideo Gosha dirigió Hitokiri, en la que se narra la historia de un ronin, Izo Okada, que es convertido en un asesino por obra de Hampeita Takeshi, jefe del clan Tosa... es curioso pero en la película aparece como actor el escritor Yukio Mishima.
Takeshi Miike retoma el personaje de Izo Okada en Izô: Kaosu mataha fujôri no kijin, conocida incluso en Japón con su título internacional, IZO.
La película de Miike es desconcertante. No sé si es posible hablar de ella desde nuestra visión parcial de la película que nos imponen las distribuidoras, ya que las canciones de Kazuki Tomokawa no aparecen subtituladas y creo que es lastimoso ya que éstas forman parte del discurso narrativo de Miike.
A pesar de esa laguna el espectador puede hacerse una composición de lugar y entender el argumento de IZO, entendiendo al personaje como el Mal que surge del infierno para ser desatado en este mundo. La lectura del mensaje de Miike puede tener tantas interpretaciones como espectadores, pero puede resumirse como el sangriento tránsito del alma condenada de Izo abriéndose paso desde el infierno hasta la divinidad eliminando a todo ser que se interponga en su camino.
A todo ser:
Al final descubre que su destino es un infierno cíclico sin final en el que la sangre no dejará de derramarse inútilmente.
No creo que el argumento de IZO sea lo importante de la película. Lo destacable es la libertad de un autor para hacer lo que quiera y la coincidencia de Miike con Kitano (que, ¿casualmente?, aparece en IZO) en irritar al público demostrando su completa independencia en todos los aspectos cinematográficos. En ese sentido Takeshis’ e IZO son películas hermanadas. Y lo están mucho más de lo que parece. En Takeshis’ Kitano exploraba los tópicos de sus películas en una especie de resumen de toda su filmografía que parecía destilar cierto hastío por los detalles temáticos que el público parece destacar de su obra. Miike por su parte sumerge (y nunca mejor dicho) al espectador en un baño de sangre sin sentido en el que se permite el lujo de explorar la historia de la cinematografía japonesa. No sólo las películas de yakuzas, vampiros y samurais que tanto éxito han dado en las últimas décadas al cine japonés están presente en el delirante resumen histórico de Miike: Kurosawa, Mizoguchi, Kobayasi, Ozu, Imamura, el mismo Kitano y muchos otros son homenajeados por Miike. El viaje aleatorio de Izo a través del tiempo es también un viaje por los distintos estilos cinematográficos de la historia del cine japonés.
La inclusión un gran elenco de actores y actrices en pequeños (ínfimos) papeles apunta también hacia una intención globalizadora de la película.
IZO es todo el cine japonés.
Pero IZO es también una enorme broma.
La enormidad de IZO en todos los sentidos es lo que consigue que la película llegue a aburrir, a no convencer, a decepcionar.
3 comentarios:
Buena crítica y excelentes los fotogramas, querido Portnoy.
Me paso para dejarte un fuerte abrazo y mis mejores deseos para el 2007 (el 2008, el 2009...)
A veces conceptos tan tradicionales o mainstream del tipo "aburrir", "decepcionar" y "no convencer" le quedan chicos a ciertos directores y películas.
La experiencia y lo que saques de ella es más valiosa que el entretenimiento per se.
Coincido en que es IZO posee una enormidad digiero de que me haya aburrido para nada me decepcionó y menos me tuvo que convencer de algo. A mí se me hace de lo más entrañable de takeshi
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