21/11/06

Putas asesinas V: Vagabundo en Francia y Bélgica, de Roberto Bolaño

Decía Joyce que la Epifanía, que empleó en la concepción de Dublineses, era “una súbita manifestación espiritual, bien sea en la vulgaridad de lenguaje y gesto o en una frase memorable de la propia mente” que el escritor debía registrar ya que “son los momentos más delicados y evanescentes” Umberto Eco, a propósito de la poética de Joyce nos recordaba que la epifanía era “una manera de descubrir lo real y al mismo tiempo una manera de definirlo a través del discurso” porque “la epifanía otorga a la cosa un valor que no tenía antes de encontrarse con la mirada del artista
No sé hasta que punto los relatos de Bolaño pueden ser considerados Epifanías, sobre todo teniendo en cuenta que la apostilla de Eco convierte al termino en una especie de anfisbena devorándose (mejor que una pescadilla, ¿no?) Epifanía sería todo aquello que, basado en aspectos mínimos de la realidad (momentos fugaces “ delicados y evanescentes”) quedan reflejados por el escritor, por lo que su valor literario está lejos de lo en ellos se cuenta; éste quedaría fijado por el simple hecho de ser registrado.

No digo que sea intencionado por parte de Bolaño ni tampoco lo contrario. La influencia de Joyce, consciente o inconsciente, quedaría patente en la exaltación literaria de las cosas mínimas, en la elección de sucesos cotidianos, o aparentemente faltos de “narratividad”. Consciente en cuanto Bolaño quería que fuera así; inconsciente en cuanto es posible que el autor no tuviera presente a Joyce permanentemente, sino que su estilo ha influido de forma notable en los escritores de finales del siglo XX; narratividad en cuanto “se cuenta alguna cosa” que en literatura viene a ser sinónimo, o al menos lo fue durante mucho tiempo, de suceso trascendente o ejemplar.

La otra influencia significativa sería Borges, en la síntesis, en la vaguedad, en el carácter provisional que aparentan tener todos sus textos.

En Vagabundo en Francia y Bélgica B parte de viaje. ¿Los motivos?:

Sacrificio ritual, acto gratuito, aburrimiento (...) Por otra parte Francia es menos peligrosa que España y B necesita sentirse en una zona de baja intensidad de peligro (...) se ha marchado a Francia porque le gusta Francia.


En primer lugar la elección del título es significativa. No es Viaje, no es Huida, no es Viaje Sentimental, no es Fuga. Vagabundo.

Vagabundo, da. (Del lat. vagabundus).
1. adj. Que anda errante de una parte a otra.
2. adj. Holgazán u ocioso que anda de un lugar a otro, sin tener oficio ni domicilio determinado. U. t. c. s.

Sin motivos concretos, sin objetivo narrativo (entendido al modo clásico) Vagabundo en Francia y Bélgica es, a su vez, un vagabundeo literario. Pero hay un tema de inflexión, al igual que en Últimos atardeceres en la Tierra ocurría con Gui Rosey aquí es Henri Lefebvre:

El eclipse, B lo sabe, es Henri Lefebvre. El eclipse es la relación entre Henri Lefebvre y la literatura. O mejor dicho: el eclipse es la relación entre Lefebvre y la escritura.
¿Juega Bolaño a la confusión entre el Lefebvre de las grafías y el filósofo estructuralista? Lo cierto es que no he encontrado referencias al Lefebvre poeta-grafista, aunque, supongo que en la misma medida que Gui Rosey era un artista real, también lo es este Lefebvre recluido en su pueblo junto a su madre:

(...) ha intentado vanamente descifrar los grafismos de Lefebvre. La empresa se presenta difícil. Lefebvre dibuja sus palabras como si las letras fueran briznas de hierba. Las palabras parecen movidas por el viento, un viento que sopla desde el este, un prado de hierbas de altura desigual, un cono que se deshace. Mientras las observa (porque lo primero que hay que hacer es observar esas palabras) B recuerda, como si lo estuviera viendo en un cine, campos perdidos en donde él, adolescente y en el hemisferio sur, buscaba, distraído, un trébol de cuatro hojas. Después piensa que tal vez ese recuerdo pertenezca efectivamente a una película y no a su vida real.

Podría elaborar una hipótesis que explicase el significado de Vagabundo a partir del insistente recuerdo de una poesía gráfica, fundamental en Los detectives Salvajes (lo cual relaciona a Tinajero con Lefebvre), que a B le trae recuerdos de su amistad con L (en el relato) trasunto de la que mantuvieron Bolaño y Santiago. Y por fin está M, la curiosa relación que mantiene con M le muestra la distancia temporal que les separa (era amigo de sus padres), la inevitable fuga del tiempo.
Contra el dolor de la pérdida (una pérdida existencial que lo invade todo, que es la vida) B vagabundea pretendiendo detener el tiempo, buscando una paz que sólo la muerte puede dar... o no:

¿Qué soñabas?, le pregunta. La muchacha le responde que soñaba con su madre, muerta hace poco. Los muertos están tranquilos, piensa B estirándose en la cama. La muchacha, como si adivinara sus pensamientos, le replica que nadie que haya existido en el mundo está tranquilo. Ni en esta época ni en ninguna, dice con total convencimiento. A B le dan ganas de llorar, pero en lugar de eso se duerme.

Pero sería una hipótesis subjetiva a la que llego, quizás, por afinidad. En el fondo siempre leemos (interpretamos en las lecturas) lo que nos conviene, desde nuestro punto de vista.
Vagabundo en Francia y Bélgica, sin saber muy bien porque, me parece un relato perturbador y desolado. De nuevo Bolaño nos invita a que confundamos la realidad con la ficción. Porque, como diría Eco (a propósito de Joyce), Bolaño con sus textos busca “una manera de descubrir lo real y al mismo tiempo una manera de definirlo a través del discurso”. Nosotros, como lectores, solo podemos descubrir la “realidad” que los textos de Bolaño nos sugieren, “realidad” basada en nuestra propia experiencia.

Todos están muertos, piensa B.
Y de algunos hay que preocuparse especialmente “porque nadie más lo hace


ESCÚCHAME CANTARTE ESTA FOLKSONG, de Mario Santiago

You told me that I was an angel / show me the way
Billie Holliday
Para Guadalupeh! ¡Oh!¡Ah!
A la memoria de Sophie Podolski

Sabes / que tenemos que construir muchos panales juntos
& aprender a hablar con los insectos / & grabarnos
la flor de loto de tatuajes:
La mente engaña / yo soy 1 cuerpo
Voy a hacer algo / que nadie puede hacer por mí
Sabes / que tenemos que fundar 1 nueva guillotina
de los besos
el puntapié del aguamiel
la cordillera del deseo-fulgor
brote de contagios & Señora Epidemia emperatriz
& tejer & tejer chalinas puro fósforo
taparrabos-turbohélice para la intimidad de los incendios
Jugar ajedrez con nuestros ojos
cantar con toda la jeringa & transparencia de los tactos
polinizar jardines & ombligos de azotea
derretir relojes
manear & empitonar estacionamientos salas de espera
toda familia de parquímetros
Plantar manglares de ganzúas / en pleno ojo-monokini
desgarrado de hoteles & teatros
regalar regalar & regalarnos
resaltar resortear / la clorofila-carnaval de los antojos
Yo quiero 1 cosquilla que brille & rasgue al mismo tiempo
escenarios-estímulos distintos para mis hemorrágicos
chorreantes bailecitos de epilepsia
Que no tenga que pisarme el Viento Negro
para que nos unja en sus aceites doña Rabia
que no vaya Desamor a reestrenar sus armaduras
que no halle 1 solo hueco que el frío nos jalonee
con tal de moscaverdear el copyright de sus andadas
Sabes / que tenemos que jugar a los apaches
& a los búfalos
¡Otra vez yácatas / otra vez lagunas!
astrología-magia termal en la punta de las lenguas
danzas de peces puroviento
happenings perpetuos de orangutanes-ave
el salto-frenesí / el viaje-yaerahora
del desolado 2 al trapecista 5
Trucutú a la batería / Rimbaud en el micrófono
el canto de mi lluvia excavando-orinando sin razón
las afueras ((cada vez más afuera)) de estos circos desgajados
& tú / tócame aquí / Macorina / Tú tócame aquí.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre es una sorpresa volver aquí..!
Salud!

Anónimo dijo...

Pues sí, Portnoy, de nuevo Bolaño nos invita a confundir la realidad con la ficción, otra vez nos narra el relato a través de un narrador en tercera persona y nos presenta al mismo protagonista, B, esta vez vagabundeando por Francia y Bélgica, intentando entenderse, tal vez buscando algo o a alguien que lo empuje hacia delante:

“... B se dedica a vagar por las calles de París. A veces llega hasta las puertas de un museo, pero nunca entra. A veces llega hasta las puertas de un cine y durante largo rato se queda contemplando las fotografías y luego se va. Compra libros que hojea y no termina nunca de leer...”.

Lo que diferencia a este B del personaje de los dos cuentos anteriores es que es más viejo; en “Últimos atardeceres” y en “Días de 1978” nos encontramos a un B veinteañero, en este relato B ha envejecido, ya está en la cuarentena, ya es escritor, ya está enfermo, ya tiene un hijo, pero sigue buscando, ¿qué?, supongo que lo que buscamos todos.

Un saludo.

Portnoy dijo...

Vuelve cuando quieras, Ahasvero. ;-)

Lo que buscamos todos, Fuca, pervivir en la memoria. Supongo.
Hay un detalle en este juego realidad-ficción que puede clarificar la identidad de B. Dice el narrador que B es escritor y menciona que "cuando B y L vivían en México y tenían apenas algo más de veinte años" hasta ahora en los relatos hemos dado por supuesto, en esa identificación autor-personaje, ilícita e ilógica, pero recurrente, que B podía ser Bolaño. Aquí parece quedar claro que B es Belano (y L Lima) quienes a su vez son Bolaño y Santiago pero de ninguna manera SON Bolaño y Santiago.

Autor --> narrador --> B --> Belano --> ¿Bolaño? ¿Tiene lógica, es lícita la última implicación?

Gracias por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Yo defiendo esta conexión, bién lo saben los lectores. Es más, yo añadiría que el conjunto de los relatos de Putas asesinas (y también Llamadas telefónicas) tienen mucho más de autobiográfico que sus novelas. Creo, además, que Bolaño refleja en este relato un estado personal decaído, depre. Eso que apunta Fuca bien lo indica.

Anónimo dijo...

Pues yo también defiendo la conexión que plantea Portnoy y creo, como Subal, que este relato lo escribió un Bolaño triste y desanimado (no me extraña, ¡con tantas infusiones de manzanilla que se tomaba!).

Lo que ya no sé, Portnoy, es si lo que buscamos todos es pervivir en la memoria; yo me conformo con intentar entenderme a mí misma y al mundo que me rodea.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Otro relato que me ha gustado. Quizá porque es un relato de perdedores, donde una vez más se muestra sólo la punta del iceberg de unas vidas que el lector intuye difíciles, dramáticas en algunos casos.
Muy apropiadas las comparaciones con Joyce y Borges. La exaltación de hechos cotidianos y la vaguedad definen muy bien este relato, si bien Bolaño, introduce siempre algún elemento de tensión, abre expectativas que a veces no terminan de concretarse, pero que mantienen en vilo al lector.
El estilo empleado por Bolaño en estos tres últimos relatos, y la elección del tiempo presente para narrarlos, me ha parecido muy interesante.
Un saludo.

Natalia Book dijo...

Lo que más me ha llamado la atención el hecho, ¿casual? de encontrar en el mismo relato el nombre de Burroughs y la palabra junkie. Ah, y la revista Luna Park tenñia que ser estupenda.
Saludos

Portnoy dijo...

Lo de la revista Natalia, se suma a la cantidad de detalles que sobre literatura (sobre lo que Bolaño sabía sobre literatura) deja en muchas de sus obras. Como lector, cada vez que aparece uno de esos autores que no conozco, Bolaño consigue que me sienta un ignorante (posiblemente lo sea, pero esa es otra cuestión)
Ahhhh, defiendo a ultranza que las casualidades no existen. ;-)
Coincidimos entonces en que es un relato de madurez, quizás de enfermedad. Pero olvidemos eso. Olvidemos la sombra de la muerte en el autor y centrémonos en el relato.
En B y no en Bolaño. (La relación que lleva del autor a Belano es de una sola dirección y, tal vez, algo imprecisa)
Considerando eso, Fuca, Subal, es decir, evitando lo autobiográfico, creo que nos acercamos más a lo que Valdecuélabre nos dice, "relato de perdedores, donde una vez más se muestra sólo la punta del iceberg de unas vidas que el lector intuye difíciles, dramáticas en algunos casos".
Me interesa porque Bolaño, en todos los relatos que llevamos hasta ahora, es poco explícito, deja, como dice Val, a la intuición del lector la construcción del edificio narrativo.
Bolaño es meticuloso en ocasiones como lo era Nabokov; planta al ser humano en ocasiones como desvinculado de la realidad, en ella, pero fuera de ella, una existencia que le aproxima a los personajes de Beckett. Puede que esa contradicción entre el espacio material que rodea a sus personajes (elemento nabokoviano) y la desvinculación emocional de los personajes del espacio que les rodea (elemento beckettiano) sea una manera de entender el universo narrativo de Bolaño.
¿Qué os parece? ¿Una hipótesis arriesgada?

Un saludo y muchas gracias por vuestros comentarios.

camilo mansilla dijo...

hola, quede intrigado con la relación de bolaño y lefebvre, el unico enlace que he logrado encontrar entre lefebvre (el filosofo y urbanista) con el arte era su intima amistad con la internacional situacionista. Si supieran la real conexión mencionenla por favor, saludos