De la poca información que encuentro entiendo que Vida en sombras jamás fue estrenada comercialmente, o, que si lo hizo, lo hizo con varios años de retraso (las fechas oscilan entre 1949 y 1952) que los originales se han perdido y que la obra tal y como la conocemos se conserva gracias a la restauración a partir de varias copias efectuada por la Filmoteca Española. No sé si sería demasiado pedir la digitalización de la película para su mejor conservación y comercialización. La copia disponible en “donde todos sabemos” está digitalizada a partir de una grabación en video de su pase por televisión.
A pesar de estas circunstancias, que afectan directamente a la calidad de la copia, Vida en sombras es una excelente película.
Las “sombras” del título hacen referencia a las de la platea de los cines y la que envuelve al operador de cámara, sombras que determinan la vida del protagonista de la película. Es cine dentro de cine como no sería abordado en España hasta Arrebato de Zulueta.
Pero lo que verdaderamente califica a la película de Llobet Gracia de excelente, es su tarea como realizador, deudora de su original faceta de documentalista, o como explica Mercè Ibarz
La historia del cine en Cataluña cuenta con una palabra propia, cineista, para denominar lo que en diferentes cinematografías desde los años 20, se conoce como cineasta amateur, no profesional por decisión voluntaria.
(...)
Sabadell ha sido uno de los centros neurálgicos de la historia de los cineistas, con autores como Llorenç Llobet-Gràcia, que después traduciría espléndidamente la experiencia cineista a su único filme digamos comercial, Vida en sombras (1947).
Los encuadres, los movimientos de la cámara en reducidos interiores, las elipsis narrativas hacen de Vida en sombras la obra de un auténtico cineasta, muy por encima de lo que tenía acostumbrado el cine de la época, al menos en este país.
Además de cine dentro de cine, este aspecto de documentalista que comparten director y protagonista, parece apuntar a la inmersión de la realidad en la ficción, a la demonización de la realidad, a cierto exorcismo para ahuyentar la crueldad de la realidad. Cuando Carlos, el protagonista de la película interpretado por Fernando Fernán Gómez, capta con su cámara la muerte que provoca la guerra, la realidad se vuelve contra él.
El cine es la vida de Carlos, y en cuanto a vida, real... y nadie puede librarse de la realidad.
1 comentario:
¡Cómo me gustaría poder ver esta película!
:-(
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