¡La venganza del infierno
hierve en mi corazón,
la muerte y la desesperación
arden a mi alrededor!
Si Sarastro no siente, por tu mano,
los dolores de la muerte,
nunca más serás hija mía.
¡Repudiada y abandonada serás
por toda la eternidad,
destruidos quedarán
todos los lazos de la Naturaleza,
si Sarastro no expira por tu mano!
¡Escuchad!
¡Dioses de la venganza!
¡Escuchad el juramento
de una madre!
Y ahora la música del Aria de la Reina de la Noche de La Flauta Mágica de Mozart.
La música y la letra no concuerdan, crean una antítesis de demoledora belleza.
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