Se me ocurre, después de haberme enfrentado con esta monstruosa novela titulada El arco iris de gravedad, de Thomas Pynchon, lo curioso que resulta el distinto enfoque de una misma época histórica a través de los ojos de dos personas distintas. El arco iris de gravedad es monstruosa tanto por su extensión como por su tema, y al mismo tiempo, resulta trivial. No es más que una acumulación, pretendidamente joyciana, de textos apenas entrelazados por el hilo común de La Zona, tal vez, el mayor acierto de la novela. Visitamos la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial en 1945. La región centro-europea está a merced de las tropas de distintos países, un escenario del que muchos huyen y donde otros intentan obtener ganancias. Eso es La Zona, un espacio sin control, totalmente desgobernado, en el que se mueven distintos grupos de personas con un objetivo común: Hacerse con el control de el V-2, el más poderoso misil fabricado y jamás disparado por los nazis. Slothrop, el protagonista condicionado paulovianamente al olor del impulsor del cohete, se verá envuelto en distintas peripecias con un contenido común determinado por el abuso de drogas, por distintas aberraciones sexuales y por un completo sinsentido narrativo que llega a abrumar. La Zona, sin embargo, es un magnífico escenario estropeado por un escritor con algo más que ganas de escandalizar, un escritor tan peculiar que, creo, sólo escribe para sí mismo, dejando en el tintero demasiadas cosas que él sabe, pero el lector jamás adivinará. Más que hermético, Pynchon se muestra incompleto.
La novela fue escrita hacia 1975, si no recuerdo mal.
Casi simultáneamente, en un lugar de Europa central, un escritor por entonces desconocido, Imre Kertèsz, terminaba su Sin destino. La zona en la que se desarrolla la acción es la misma. Sin embargo en Kertèsz se oyen las voces de los que sufren y las de los que matan. Escandaliza más, pues esa es en definitiva la intención de Pynchon, escandalizar, la cruda verdad de los campos de exterminio, que las peripecias de unos aliados en busca de una bomba. Es más brutal la invisibilidad de los exterminadores en la novela del húngaro, que todas las tropelías sexuales del Comandante Blicero en El arco iris. La realidad siempre es más dura que la ficción, una realidad expuesta sin falsas pretensiones. El arco iris de gravedad es un artificio falso que debería basar su fuerza en el lenguaje, justamente donde naufraga.
El problema con El arco iris de gravedad es que es una novela excesivamente extensa y torpemente concluida, como si el autor se hubiese cansado del tema cuando llevaba tres cuartas partes de él. Según tengo entendido Pynchon intentaba mostrar un sistema social (?) anárquico en el que todo funciona por compartimentación (o algo así) en el que cada grupo, más o menos organizado actúa como ente independiente. El caso es que el planteamiento de la novela es bastante interesante y tiene ciertos momentos de gran intensidad literaria, pero el conjunto es extraordinariamente decepcionante. Tienes la sensación, a pesar de las continuas divagaciones que nada tienen que ver con la historia, o que la alargan innecesariamente, que se trata de una novela inconclusa. Y eso, después de 1152 páginas, es imperdonable.
He calificado a El arco iris de gravedad de “pretendidamente joyciana” desde el punto de vista de su autor. Desde el punto de vista del lector deberíamos decir que es “pretenciosamente joyciana”
(Para Lukas, por un debate que jamás tuvo lugar)
4 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo. Lei Ulises y no puedo con V. Es decir, este tipo se "hace" el difícil, no "es" realmente algo complicado, sí sobreactuado.
Me preguntó si con el tiempo habrás cambiado tu opinión sobre esta novela. Yo estaba enredado con ella, hasta que bajé un resumen de capítulos (“algunas cosas que suceden, más o menos, en el arco iris de gravedad”), de la Wiki pynchon, que de hecho, tiene mucho material que es de utilidad (incluido un apartado que explica todas las referencias hawaianas y al ukelele que hay en la novela). Por supuesto, hay que saber ingles, pero bueno, supongo que cuando Pynchon escribió el Arco Iris no aspiraba a ser uno de los grandes escritores del siglo xx sino que apenas, quería escribir un libro (o puede que no). No sé, yo entiendo la frustración de los lectores, (no necesariamente la comparto), pero me maravilla siempre, aún leyendo en español, la forma en que Pynchon utiliza el lenguaje. Quizás sea innecesario decir a estas alturas que es mi escritor favorito. Saludos.
Andres Olave
Más bien me refería a la frivolidad con que Pynchon afrontaba narrativamente el conflicto. La comparación con Kerstez no es pertinente, quizás... y tengo pendiente una relectura de El arco iris, porque creo que lo juzgue sin muchos referentes.
un saludo y gracias por tu comentario
el que cree que el arcoiris se trata de la segunda guerra y campos de exterminio, yo creo que leyo un resumen, el arco iris es una obra magistral si bien no perfecta.
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