25/2/05

Memorias del subsuelo

Decía Nabokov a propósito de Memorias del subsuelo de Dostoievski que “la primera parte es importante por su forma, no por su tema” De hecho, lo que nos intenta contar nuestro desquiciado narrador sólo alcanza su pleno sentido una vez finalizado el libro. Ese “pozo negro de confesiones a través de las rarezas y manías de una persona neurótica, agria, frustrada y tremendamente infeliz” configura el prototipo, o el arquetipo, de los personajes dostoievskianos: Un ansía de rebeldía, un deseo de destrucción general, de la sociedad o de sus elementos representativos, una voluntad de maldad que sólo sirve para acrecentar la culpa. La culpa se convierte en esta primera parte en el motor que mueve al personaje de Dostoievski, a todos los personajes en general. Pero, y aquí comprendo la extrañeza de Nabokov, ¿por qué la culpa?, ¿de donde surge ese deseo de destrucción, dirigido aparentemente hacia la sociedad, pero con el claro objetivo de autoinmolarse? Se me ocurre que las motivaciones últimas de los personajes de Dostoievski, y quizás las del propio autor, surgen de un resentimiento general. Resentimiento hacia un sistema social que te relega a una “ratonera” sin considerar tus méritos:

“ No he conseguido nada, ni siquiera ser un malvado; no he conseguido ser guapo, ni perverso; ni un canalla, ni un héroe..., ni siquiera un mísero insecto. Y ahora termino mi existencia en mi rincón, donde trato lamentablemente de consolarme (aunque sin éxito) diciéndome que un hombre inteligente no consigue nunca llegar a ser nada y que sólo el imbécil triunfa. Sí, señores, el hombre del siglo XIX tiene el deber de estar esencialmente despojado de carácter; está moralmente obligado a ello. El hombre de carácter, el hombre de acción, es un ser de espíritu mediocre.”

Sin embargo, narrativamente estas motivaciones son obviadas, o no son claramente explicadas, lo cual provoca la irritación de Nabokov. En la segunda parte de Memorias se puede comprobar como el comportamiento de nuestro narrador es, hasta cierto punto, algo estúpido, como, a pesar de los esfuerzos de Dostoievski, no consigue explicarnos las motivaciones de su comportamiento, no existe justificación para tales hechos a no ser que nos remitamos a términos psiquiátricos y examinemos la malsana morbosidad que mueve al narrador (lo cual nos llevaría a un tema interesante que incluiría a la mitología clásica y a Shakespeare, que la literatura prefigura los síndromes psiquiátricos, es decir, que Freud era un excelente lector) Pero no parece ser esa la intención de Dostoievski. En Memorias, como en muchas otras obras del ruso, están volcadas muchas de las obsesiones del autor, pero sus ideas sobre la humanidad están tamizadas a través de la mente de un enfermo. Dostoievski es genial por eso. No encontraremos en él la sutil elegancia de la amoralidad de los personajes de Nabokov. Dostoievski es directamente brutal, terrenal. No creo que los personajes de Dostoievski precisen justificación narrativa para comportarse como lo hacen. Creo que toda la obra de Dostoievski compone un inseparable conjunto que debe leerse junto a su biografía. Nunca en la historia de la literatura se ha dado con tanta intensidad la conjunción entre lo que una persona es y piensa con lo que dejó escrito.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante opinión, aunque yo sí encuentro motivación en los actos del narrador protagonista. El libro tiene, haya sido esa la intención de Dostoyevski o no, un trasfondo psicológico importantísimo, y creo que es vital para la comprensión de la obra tratar de encararlo desde ese punto de vista. Es necesario también dejar de lado la repulsión que se pueda sentir hacia sus actos, y volverse a la contemplación de uno mismo, para descubrir que ese hombre de subsuelo se refleja, aunque sea un poco, en cada uno de nosotros.
Leer este libro fue una forma de canalizar muchos de mis pensamientos, y aunque hay cosas que no comparto, ciertamente puedo entender al hombre retratado en él.

Portnoy dijo...

El comentario estaba sacado de una discusión que tuvimos en torno a memorias del subsuelo y más bien trataba de rebatir la opinión de Nabokov. La obra de Dostoievski presisa un comentario más extenso que el que colgué.
Pero si te das cuenta lo que quería decir era que si uno está dominado por un resentimiento brutal contra toda una sociedad, ¿por qué la culpa? Se odia y punto, se reniega de nuestra sociedad injusta y ya está... pero ¿culpa? ¿culpa de qué? En ese sentido, en el de la obsesión (¿religiosa?) por la culpa, es en el que Dostoievski puede ser criticado.
En fin, gracias por tu comentario rescatando un viejo mensaje.

Anónimo dijo...

... por qué la culpa??.... porque somos humanos por eso, miserablemente humanos.

Anónimo dijo...

No soy de Espanã, pero mi gusta imenso á Dostoievski aunque aqui en Portugal los comentarios son fracos. Pero la culpa en este caso , surge, no creo, tanto en funcion de la religiosidade de lo autor, pero en funcion de la sociedade, una vez que la sociedade, reprobando su vison de la existencia, presuposto una vision de hombre livre, inconformada com la alienacion del ser humano, hace con que el se sinta culpado en su revolta, pos simplesmente el no es como los demás, no es alguien a quien guste ir a los estadios, or ver a las novelas por exemplo, e como tal, acaba por se sentir sozino. Creo que la culpa surge por esto.Por esso el diz que ele hombre de caracter e de accion es mediocre, una vez que no es livre , que es alguien que no es contra la sociedad , alguien que se insere.. Saudacões!

Nelson dijo...

en Crimen y Castigo también aparece -y enorme- el tema de la culpa...en un momento Raskolnikov se desprecia a sí mismo por ser un gusano más, un débil, justamente alguien que siente culpa por cometer un crimen, y se averguenza de sentir culpa. El -dice-debería estar por encima de ese sentimiento si quiere ser un gran hombre, un Napoleón, un Mahoma. A todos esos no les temblaba el pulso a la hora de acometer su destino y llevar adelante sus voluntades, y la noción de "crimen" se relativiza en ellos por completo, porque son o serán juzgados retrospectivamente,y cuando alcanzan la gloria los crimenes cometidos quedan como un mal necesario dentro del salto o cambio que esos seres traen a la sociedad o la humanidad.
Más tarde Raskolnikov decide enfrentar su culpa y entregarse a la idea de que la Expiación, la salvación por el sufrimiento, es la verdad.

linguer dijo...

La culpa de no llegar a ser quien podria, la culpa de ser solo uno mismo, distinto como todos, unico como cualquiera...gritar la verdad que nadie oye por que solo la dice a solas, sin arrepentimientos pero con lamentaciones, recurrir a la autodestruccion es una opcion mas simple de escoger y realizar que reconstruirce, rearmarse, sin tener la seguridad de lograrlo y solo obtener otra frustacion.
El repudio al hombre ordinario, es solo el deseo de ser extraordinario y no serlo. ¡con que simpleza, sin adornos del lenguaje ni en la narracion, transmite tanto enojo, tanta naucea, tanto vacio y desesperanza...Llega hasta las viceras de su victima, las retuerce, las desgarra, pero no como un verdugo, sino un complice que ya ha estado ahi. El mejor libro que lei...una obra arrancada desde su pecho, desde la oscuridad que se acurruca tras su frente hasta rebalsarlo, hasta rugir...BUENISIMO!!!!

Juan Zambo dijo...

Nada de lo que diga Nabokov sobre Dostoievski me lo tomo en serio. Nabokov es un increible escritor, uno de los mas grandes, pero su critica literaria me parece de las peores, se dedica a insultar arbitrariamente a los autores que no le gustan y ni siquiera de buenos argumentos.
"Este autor es de segunda fila, el otro es de primera..." y así. A mi el unico critico que me gusta es Borges, por lo menos el tiene el valor de decir que un libro no le gusta y no se dedia a hacer el Snob.

Jorge Izquierdo dijo...

He comenzado a releerlo y de momento no puedo quitarme de la cabeza la sensación de estar leyendo un libro religioso. De un pecador atormentado.