(...) Bueno, ¿dónde está ese sano juicio aquella tarde en que yo volví de la escuela y encontré que mi madre había salido de casa, y vi en nuestro refrigerador un grande y purpúreo pedazo de hígado crudo? Creo que ya he confesado lo del trozo de hígado que compré en una carnicería y asalté detrás de una cartelera cuando me dirigía a una lección de bar mitzvah. Bien, quiero vaciarme el pecho de ello, Santidad. Quiero confesar que aquélla..., aquello... no fue mi primer pedazo. Mi primer pedazo lo tuve en la intimidad de mi propia casa, enrollado en torno a mi pene en el cuarto de baño, a las tres y media, y, luego, lo tuve de nuevo en el extremo de un tenedor, a las cinco y media, en compañía de los demás miembros de aquella pobre e inocente familia mía.
Bien. Ahora ya sabe la peor cosa que he hecho jamás. Jodí con la comida de mi propia famila.
Philip Roth; El lamento de Portnoy. (Trad. A. Martín)
2 comentarios:
Yo tuve mis primeros orgasmos con el libro de Miller, "Sexus" que leía a escondidas. Recuerdo pasajes impresionantes, los recuerdo incluso mejor que el Padrenuestro. Aquellos pasajes no se borrarán nunca de mi cabeza: "voy a mear en tu suntuosa matriz", "creí haberla enterrado en un lecho de mejillones", y un sinfín de imágenes de Mona haciendo ésto, y Mona haciendo aquello. Ya no ejercen el mismo poder en mí, desde luego, pero entonces, a mis tiernos 8 años, aquello me ponía malísima.
No sé si hay que ser una gran masturbadora para estar en este blog, si es así, y aunque me esté mal decirlo (porque tendría mucho más charme alardear de otras cosas, cachis en la mar) yo lo soy. No tanto en cantidad, como en calidad. Cualquier día hablaremos más en profundidad de ésto. No se puede contar todo el mismo día, ni asustar a todos tus visitantes en un sólo mensaje.
O igual sí.
Rosa
Algún día hablaré de Harold Robbins...
De todas formas el "onanismo" no es el tema principal del blog ;)
Comentar literatura es una especie de masturbación (simbólica, eso sí)
Gracias por venir.
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