16/2/15

El congreso (de futurología, de Stanislaw Lem), de Ari Folman

La realidad. La Realidad. La “(R) (r)ealidad”

¿Por qué insistir (yo) en un tema gastado y efectivamente acotado por su definición?

Según la RAE realidad es la existencia real y efectiva de algo y define a su vez real como aquello que tiene existencia verdadera y efectiva.
La realidad como existencia “verdadera”
La Wikipedia se extiende algo más: La realidad (del latín realitas y éste de res, «cosa»), es el término lingüístico que expresa el concepto abstracto de lo real, es decir de aquello que en filosofía se refiere a lo que es auténtico, la inalterable verdad en relación -al mismo tiempo- al ser y la dimensión externa de la experiencia.

Una consulta al Ferrater Mora complica más las cosas.
La realidad, dicen unos, está sujeta a la experiencia. Lo Real es, en principio, inasible.
La realidad es subjetiva, otros.
Debe haber (existir) algo que sustente la última instancia de la realidad. Lo verdaderamente real, valga la redundancia.
El resto, queda supeditado a nuestra experiencia sensorial, verdadera o falsa.



Un grupo de científicos se reúnen para debatir ciertos temas de vanguardia cuando una revolución estalla y el despótico poder emplea armas psíquicas para desmantelar a la insurgencia. Los efectos de esas armas se vuelven contra los mismos que los emplean.

Una actriz madura con problemas familiares (¿la verdadera Robin Wright?) recibe la propuesta de ser escaneada bajo unas cláusulas contractuales que la impedirán actuar en lo que le resta de vida. En su lugar, el estudio se reserva el derecho de explotar a la actriz virtual llamada Robin Wright.

Veinte años después.

Ijon Tichy ha sido operado, congelado y devuelto a la vida en una sociedad completamente medicalizada. ¿Robin Wright es Robin Wright? Ya no es la actriz que se interpreta a sí misma de la primera parte de la película, sino un “dibujo animado” que se dirige al Congreso, donde descubriremos, al igual que de la mano de Tichy, que nada es lo que parece.
Realidad impostada.



Nos debatimos entre el horror y la aceptación. Sí, efectivamente, es una idea espantosa no ser capaces de distinguir la verdadera realidad. Pero desentrañar el misterio no nos hará más felices.

Tichy busca la forma de huir de un espantoso futuro en el que la felicidad y el bienestar son simulaciones. Robin Wright (¿o es la Robin Wright propiedad del estudio cinematográfico?... es decir, ¿lo que vemos es la realidad del personaje de la primera parte de la película o una película basada en el personaje Robin Wright?) (“personaje Robin Wright” porque no tiene nada que ver con las circunstancias personales de la persona, actriz, Robin Wright) puede encontrar cierta esperanza para su hijo en una realidad impostada a pesar de no estar conforme con ella.

Es una novela. Es una película. Es la realidad.

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