Datos (Wikipedia et al.):
Prednisolon, principio activo Prednisolona, es un fármaco corticosteroide predominantemente glucocorticoide y de baja actividad mineralocorticoide, que resulta útil para tratar un amplio rango de inflamaciones y condiciones de enfermedad autoinmune, tales como asma, artritis reumatoide, colitis ulcerosa, Enfermedad de Crohn (o enteritis regional), esclerosis múltiple, cefalea en racimos, y lupus eritematoso sistémico.
Sandolanid, P/A Acetyldigoxin es un glucósido cardiaco. Se trata de un acetil derivado de digoxina con efecto positivo cardioinotrópico (actúan sobre la fuerza de contracción del corazón). Se prescribe para insuficiencia cardiaca congestiva crónica de clase II, III y IV.
Aldactone-Saltucin, P/A Espironolactona, es un medicamento usado como diurético por sus propiedades antagonistas de la aldosterona. La espironolactona es un fármaco sintético derivado de la 17-lactona, el cual es un antagonista competitivo renal de la aldosterona y un diurético ahorrador de potasio, indicado en medicina para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, ascitis en pacientes con enfermedad hepática, hipertensión arterial de baja renina, hipopotasemia, hiperaldosteronismo primario bilateral y el síndrome de Conn. Por su cuenta, la espironolactona es un diurético débil, por lo que generalmente se usa en combinación con otros diuréticos (en nuestro caso Butizide)
Cita literal:
Naturalmente, al final del día, al final de los años, puesto que no tienes el contacto con el paciente –el contacto con el paciente lo ignoras: te dan unas cifras, un valor de p, una significación estadística–, quieres encontrar un paciente que te diga algo. Hace unos 10 años, lo encontré, y me voy a permitir presentar una transparencia, que está en alemán por varios motivos. En primer lugar, porque mucha gente aquí puede presumir de muchas cosas. Yo puedo presumir de que sé alemán y lo hago. En segundo lugar, porque en alemán este escritor tiene una musicalidad que es muy difícil, extraordinariamente difícil, de reproducir en castellano. Y en tercer lugar, y es lo más importante, porque la traducción de ese párrafo, que hizo Miguel Sáez, un magnífico traductor, es deficiente. Me he permitido traducirlo y se lo voy a leer cuidadosamente. La traducción la he hecho a conciencia, la he revisado mucho. El libro se llama Hormigón y fue editado en 1982. El autor es Thomas Bernhard. Dice así:
“Pero ya que no quería reír ni llorar, me levanté y comprobé si había colocado en la maleta suficiente prednisolona y Sandolanid y Aldactone Saltucin. Nos da asco la química, me susurré a mí mismo. Nos da asco la química, pero de todas maneras, a esa química, más despreciada que cualquier cosa de este mundo, le debemos nuestra vida, nuestra existencia. Sin esta maldita química, ya haría decenios que nos habrían arrojado al cementerio o a donde fuera. Desde que a los cirujanos ya no les queda en mí nada que cortar, yo dependo completamente de esos medicamentos. Y cada día agradezco a Suiza y a sus industrias junto al lago de Ginebra el que existan y el que mediante ellas yo exista, como probablemente muchos millones agradecen su vida y su existencia, aunque sea tan miserable, a esa gente en sus cajas de cristal, cerca de Vevey y de Montreaux, hoy tan severamente criticados por todos. Dado que hoy casi toda la humanidad está enferma y depende de los medicamentos, debería, por favor, reflexionar acerca de ello, de que existe en gran medida, casi exclusivamente por esa química a la que tanto demoniza.”¿Quién es el autor? Porque realmente este autor es, desde mi punto de vista, uno de los mayores escritores en alemán de este siglo. Este autor no sabía lo que era un placebo, pero padecía una enfermedad gravísima, el morbus Boeck, una sarcomatosis con infiltración pulmonar y miocardiopatía, y murió prematuramente a causa de ella hace 10 años.
Carlos Vallvé, Cuadernos de la Fundació Víctor Grífols i Lucas
INDUSTRIA FARMACÉUTICA Y PROGRESO MÉDICO - N.º 3 - (2001)
Más datos:
Morbus Boeck o Sarcoidosis: La sarcoidosis, (del griego sarx, que significa "carne") o enfermedad de Besnier-Boeck, es una enfermedad granulomatosa sistémica, de carácter autoinmune, que afecta a todas las poblaciones y etnias humanas, y fundamentalmente a adultos entre 20 y 40 años. Sus causas son desconocidas. Los síntomas pueden aparecer repentinamente, pero suelen manifestarse de manera gradual. El curso de la enfermedad es variable y puede ser desde asintomática hasta crónica (en el 5% de los casos), pudiendo llevar a la muerte (sólo en un 1% de los casos en que se hace crónica).
La enfermedad puede manifestarse en cualquier órgano del cuerpo, con mayor frecuencia en el pulmón y ganglios intratorácicos. También son frecuentes las manifestaciones oculares, cutáneas y hepáticas.
Su etiología es desconocida, la hipótesis más aceptada es que se trata de una respuesta inmunitaria a exposición de factores ambientales en individuos genéticamente predispuestos.
Análisis:
A través de los medicamentos que toma uno de los personajes de la novela llegamos a un diagnóstico sobre las causas de la muerte de Thomas Bernhard.
Nuestro ponente olvida que tanto en la primera como en la última página de Hormigón aparecen estas dos sencillas notas en el texto:
“escribe Rudolph”
Según el texto, se podrá, a través de la medicación, diagnosticar la enfermedad de Rudolph, no la de Bernhard.
O no.
Quizás Carlos Vallvé tenga razón respecto a la enfermedad de Bernhard. No puedo juzgarlo.
Otras cosas sin importancia:
Hormigón escrita en 1982, a la que seguirían El sobrino de Wittgenstein y El malogrado, es una novela extrañamente bernhardiana, ya que el soliloquio del narrador, Rudolph, es finalmente interrumpido por un acontecimiento externo que rompe en cierta manera su discurso y supone un anticlímax narrativo al tiempo que implica una revelación impactante en la historia. Es decir, Bernhard emplea un recurso de la narrativa clásica para contrapuntear su estilo transgresor.
¿Es la trama un recurso irrelevante para Bernhard? Y, en caso de ser así, ¿por qué esa especie de trama que se desarrolla al final tiene tanta importancia como para dar título a la novela?
Se trata de una historia dramática pero al mismo trivial para un narrador ocupado principalmente en sí mismo, en su trabajo que no desarrolla, en los preparativos de su viaje y en sus enfermedades que le impiden realizar sus propósitos. Una historia que finalmente le hacen “salir de sí mismo”, empatizar con quienes le rodean aunque no quiera reconocerlo:
“Realmente nos consolamos inmediatamente ante una persona todavía más desgraciada. Y nuestra enfermedad, incluso nuestra enfermedad mortal, no es casi nada”.
El hormigón es el destino final que esta sociedad nos reserva.
Ante eso no queda más que correr a encerrarnos, atiborrarnos a somníferos y despertar veintiséis horas después con la mayor angustia.
3 comentarios:
La frase "Yo puedo presumir de que sé alemán y lo hago" está bien escrita. No entiendo por qué en el "Análisis" aparecen unas comillas en "...ya que puede presumir “de que” sabe el idioma en que escribía Bernhard".
Más información en: http://www.yorokobu.es/dequeismo/
Por lo demás, un post muy interesante, como siempre.
Saludos
¡Maldito sea el corrector de Word y maldita sea mi arrogancia!
http://lema.rae.es/dpd/srv/search?key=presumir
Muchas gracias Marcos.
Jajaja!
Odio echar mano de lugares comunes, pero rectificar es de sabios.
Gracias a ti, Javier, por tu fantástico blog.
Publicar un comentario