9/11/08

No es país para viejos, de Joel y Ethan Coen

¿A qué viene volver atrás en el tiempo? Esta es una crónica vieja a la que añado una reflexión actual. Se supone que debía aparecer en una revista de la que no tuve respuesta. Estoy cabreado y no puedo escribir... preferiría no hacerlo... No estar. No colgar esta reseña.

0- Introducción

Normalmente suelo escribir acerca de aquellas películas o novelas que, de alguna u otra manera, me conmueven especialmente. No suelo hablar demasiado de lo que no acaba de convencerme o de aquellas obras que me dejan indiferente. Si acaso, señalo algunos de los detalles que me chocan, desagradan o emocionan, como si formasen parte de un juego que superase a esas obras que me parecen medianías. De hecho, ni siquiera me gusta calificarlas así. El problema, en caso de existir, no está en las obras sino en el ojo de quien las observa. Estas son algunas de las razones por las que no sé si soy la persona indicada para hablar de No es país para viejos, la película de los hermanos Coen.
Ocurre que si uno empieza a ponerse dogmático y a pontificar sobre lo que deberían haber hecho y sobre lo que les parece incorrecto de la película, acaba dando la sensación de que somos capaces de realizar, mejor que los profesionales, un producto tan complejo como una película. Yo confieso, como si no se diera por supuesto, que no tengo ni idea de cómo hacer una buena película. Ni una mala tampoco.
Voy añadiendo razones.
Por otra parte, no he leído la novela de Cormac McCarthy en la que está basada la película. Teniendo en cuenta que, según cuentan por ahí, la adaptación de los Coen es modélica, por respeto a la historia de McCarthy y por la traslación narrativa que realizan, me parece importante para una crítica coherente cierta comparación entre medios. Por eso, otra vez, no sé si soy la persona indicada para hablar de No es país para viejos.
Así que lo que sigue será una crónica dogmática, carente de fundamento y sin ninguna referencia, sobre mis sensaciones en torno a la película. (Y no diré que preferiría no hacerlo, porque no sería cierto)

1- No es país para viejos

Tenemos el desierto. Y en él un maletín repleto de dinero (macgufin) y un cazador ilegal, un prototípico “perdedor”, que se encuentra con él, un policía avejentado y un asesino implacable. Que quede claro que en la película de los Coen no hay un personaje que predomine sobre los otros. Los tres tienen carácter protagonista, entendido como quienes focalizan la narración, y son al mismo tiempo comparsas de la trama general. Es decir, que en cierta manera es el escenario el protagonista principal y los personajes humanos cosas, insignificantes, que suceden sobre él. La teoría sobre la que se desarrolla el western y que forma parte de los mitos fundacionales estadounidenses, la Frontera, la Ciudad sobre la Colina, y el Destino Manifiesto (todo esto me lo han chivado), son los axiomas sobre los que se fundamenta No es país para viejos. Los seres humanos, en este contexto, son mera decoración. Y sus problemas y vicisitudes, intrascendentes. Esto parecen entenderlo tanto el sheriff próximo a su jubilación, como la mujer del “perdedor”. Las cosas ocurren, el tiempo pasa, pero el escenario, lo importante, permanece.

2- La película japonesa que no fue.

Western y Chambara están íntimamente unidos. No hace falta repetirlo ni traer ejemplos. Ambos géneros hermanados colocan al hombre (es un género más bien misógino) en un territorio hostil donde la violencia se presenta como una forma de supervivencia. Es el tiempo narrativo y las peculiaridades culturales que diferencian oriente y occidente las que finalmente hace distinguibles ambos géneros. Cruzar la frontera transnacional está en manos de unos pocos autores. Takahi Miike con su Sukiyaki Western: Django, es un formidable ejemplo de lo que se puede hacer rompiendo los límites nacionales.
En No es país para viejos se produce una paradoja que finalmente demuestra cierta falta de ambición artística por parte de los Coen. La película podría ser considerada de las que traspasan fronteras: Tiempo lento que se demora en los paisajes, planos contraplanos que nos ponen frente a los personajes buscando nuestra interpretación como espectadores, y lo innecesario de concluir (o iniciar) todos los hilos argumentales. Muchas de las objeciones que leo en torno a la película van en ese sentido: Indefinición del personaje interpretado por Bardem, origen y motivos de la matanza en el desierto, la facilidad con que el personaje de Woody Harrelson descubre el maletín, el destino final de la mujer de Brolin, el destino final del maletín... preguntas que bien poco importan ya que la película y sus personajes (y el escenario, no lo olvidemos) tienen un sentido simbólico. Sin embargo, en nuestra concepción occidental de lo que debe ser la narración cinematográfica todos estos hilos deberían concluirse satisfactoriamente para el espectador.
En ese sentido la película de los Coen puede considerarse “japonesa”. Sin embargo ya desde el principio de la película queda bastante claro hasta que punto están dispuestos a arriesgar en la escena en la que el personaje de Brolin atraviesa una franja de desierto caminando. En una película japonesa el personaje hubiese atravesado completamente la pantalla (de izquierda a derecha, el sentido de avance "correcto") antes de cambiar de plano. Los Coen apenas dejan que avance la quinta parte de la pantalla. Un aviso de que "podríamos hacerlo", y la constatación de que "no nos atrevemos a hacerlo".

3- Claudicación y rebeldía.

Joel y Ethan Coen hace tiempo que vendieron su alma al negocio mainstream. Sus últimas películas así lo demuestran. Su intención es recrear sus primeros éxitos, Fargo, sí, pero No es país para viejos comparte mucho más con Sangre Fácil, para recongraciarse con el público y la crítica que, con sobrados motivos, les habían abandonado. Tiene también influencias del western clásico pero, sobre todo, de Sam Peckinpah. Es pues un elaborado proyecto en el que todo está calculado, se intenta a través de una relectura de sus éxitos y con cierta semejanza formal con el cine japonés buscar el beneplácito de la crítica, pero están desesperados, patéticamente desesperados diría yo, en conseguir un éxito de taquilla que les congracie con la industria hollywoodiense. Los Coen finalmente claudican y esa sumisión al cine comercial es la que finalmente hace que No es país para viejos fracase.
La industria cinematográfica está en una situación lamentable. Mientras directores como David Lynch o Tod Solondz tienen serios problemas para producir sus películas, las majors y sus subcontratas falsamente independientes son capaces de realizar películas deleznables en todos sus aspectos. Los Coen finalmente claudican y crean una película que desconcierta por igual al público de las superproducciones como a los críticos que esperaban más de los que, hace tiempo, fueron genios independientes del cine estadounidense.

4- Reflexión tardía

¿Alguien recuerda No es país para viejos? ¿A alguien le interesa leer o hablar sobre una película del año pasado? ¿El tiempo hace justicia?
Preferiría escribir sobre un grupo de gente frente a un televisor que anuncia el fin del mundo mientras el viento mueve, como una respiración contenida, las cortinas. Eso es cine, eso perdurará. Ni siquiera la moneda lanzada al aire es suficiente para hacer de No es país para viejos una película rememorable. Puro fuego de artificio. Una explosión en el cielo oscuro y luego nada.
Nada.
La nueva película de los Coen, la comedia Burn After Reading, redunda en lo dicho. Tras una película arriesgada con concesiones mainstream como No es país para viejos, que finalmente les proporcionó los calculados premios que reconocían su sumisión al sistema, los Coen vuelven al redil comercial con un elenco que combina lo comercial con lo, supuestamente independiente.
Lo único bueno que se puede añadir a esta crónica tardía de No es país para viejos (sin fotos, sin enlaces, sin ganas de escribir nada. ¡No!. Con una rabia apenas contenida que no me deja escribir, y que me impulsa a recuperar esta estúpida reseña del disco duro) es que Todd Solondz está rodando una nueva película.

Post post a buen entendedor: "¿Quién querría ser crítico literario si pudiera poner los versos a cantar, o componer, a partir de su propio ser mortal, una ficción viva, un personaje perdurable?" Me persigue la sombra de un eunuco.

25 comentarios:

condonumbilical dijo...

El poeta sabe menos de flores que el jardinero.

Kaplan dijo...

Yo vi la película cuando salió en DVD, y no añadía absolutamente nada al libro. No ha pasado mucho tiempo, y ya no recuerdo casi nada de ella. El libro de mi adorado McCarthy, sin embargo, perdura en mi cabeza.

Douglas dijo...

Me pasa lo mismo que a Kaplan, que yo también adoro a McCarthy y también perdura en mí mucho de la novela. Recuerdas esa escena de la anciana muerta en la silla mecedora?

Los Cohen siempre han sido fuegos artificiales. Nada en sus pelis es perdurable.

Gracias también por la cita de Steiner, Portnoy, no la conocía.


Salud,

ciudadano dijo...

Nace en la red un espacio donde puedes explicarnos porque lloras, porque ries, que es lo que te pasa, porque tu vecino te mira de esa forma, que ha ocurrido esta mañana delante de ti…
Tantas cosas que no nos explican y que ahora descubriremos. www.lavozdelciudadano.com tu casa en internet

Anónimo dijo...

¿Explican también por qué hay gente que se come las tildes? ¿O qué les lleva a unir palabras que deberían ir sueltas? Si es así, quizás me pase.

ciudadano dijo...

es posible que tambien en la voz del ciudadano tratandose de eso, de ciudadanos, unos de muy cultos y otros de no tanto, podria darse el caso que muchas de las noticias explicadas por quienes las vivieron, pues tambien incurran en faltas como por ejemplo las mias.
no por tener faltas o ser analfabetos en la voz del ciudadano no van a ser atendidos.
de eso se trata de que a todos se nos escuche.
un enorme saludo y tambien necesitamos de su cultura en la voz del ciudadano.

Javier Moreno dijo...

Haciendo uso de mi voz de ciudadano propongo una coz ciudadana que borre la publicidad de "La voz del ciudadano" por irrelevante. Esa costumbre de autopromocionarse en otros blogs es abusiva, de mal gusto y hasta irrespetuosa.

ciudadano dijo...

casi que llamar publicidad ha hacer saver a todo ciudadano (bloger) que tiene un lugar a parte de su propio blog, donde poder expresarse y ser escuchado.
de todas formas si la voz del ciudadano os ha molestado de alguna forma tan solo se ha de borrar el comentario y ya esta.
un saludo y mil perdones.

Anónimo dijo...

Hay que tener bastante morro o ser un poco corto de vista para hacer proselitismo de un par de blogs inexistentes: uno de ellos no tiene aún ninguna entrada y el llamado 'blog del ciudadano' sólo se puede ver con invitación.

¿Dónde quedan los tiempos en los que a la gente se le ofrecía un platillo de jamón y queso en la acera el día de ñla inauguración?

ciudadano dijo...

ostras ustedes perdonen pero no hablamos de un blog si no de una pagina web.
www.lavozdelciudadano.com
para ser exactos.
de todas formas siendo tu blog aunque ocultes tu identidad, de tarragona deberias haberte enterado ya por otros blogers, pues por casi toda la blogsfera se hablaba del tema, es mas muchos ya estan aportando sus vivencias.
un saludo (anonimo)

La casa de Pinel dijo...

anonimo lo de la invitacion a la antigua usanza, estamos a su disposicion diga donde quiere que nos desplacemos y para unos pinchos y refrigerio todabia nos llega.
un saludo de pinel precursor de la idea de la voz del ciudadano y quien pagara la ronda

cmc dijo...

joder,
¿no hablábamos de los coen?

Portnoy dijo...

Seas "ciudadano" o "la casa de pinel" las faltas son las mismas. Propongo, ya que existe tanta afinidad entre ambos, que la voz del ciudadano se oiga únicamente en la casa de pinel.
Y como alcalde vuestro que soy, no hace falta que os explique que otro comentario más de cualquiera de los dos y os declaro personas non gratas.
Y sí, iiiiiii, hablábamos de los Coen, y por lo que dicen Doug y Kaplan es mejor la novela que la adaptación efímera de los cineastas estadounidenses.
Larga vida a la literatura pues.

(Y gracias al anónimo (imagino quién eres) y a Javier por su enconada defensa de un espacio sin propaganda.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios

La casa de Pinel dijo...

pues tiene usted razon.
yo mis faltas de ortografia y mis mas de 27000 seguidores en un año de bloger seguiremos donde estamos, aunque seamos analfabetos pero tambien personas.
asta pronto pozo de cultura.

L'artista abans conegut com Subal Quinina dijo...

¡Viva el alcalde! Perdone, eh. Un saludo acràta. Ni dios, ni amo, ni spam.

El libro de mcCarthy: admirable. La peli: no he tenido el placer.

La casa de Pinel dijo...

tanto le admiro señor alcalde que le dedique un post hoy

Daniel Quinn dijo...

Pues a mí me gustó bastante No es país para viejos, y me sorprendió lo de los premios, porque me parece una de sus películas menos comerciales y menos complacientes con los espectadores.
Es cierto que tiene algunas concesiones, pero en ella también vi algunas de las elipsis más brillantes que se han hecho en los últimos tiempo en el cine estadounidense. (Creo que no hace falta señalarlo, pero me refiero sobre todo al último tramo de la película, que descolocó a mucha gente y a otros dejó a medias, jeje...).

Un saludo!

PD: también me ha gustado la última, como mínimo no se puede negar que los Coen tienen oficio y son magníficos narradores.

Anónimo dijo...

Quinn, de acuerdo contigo. Alguna extraña y desconcertante elipsis... la sensación de que te están contando algo, algo algo... Claro, eso sí, la manía de sustraer a la literatura buenas historias no parará jamás, el arte, cualquiera, es sustracción, plagio y retroalimentación. Y confieso que me gustó más la comedia última -me impresionó menos, y éste es un tema peliagudo en la historia de los espectadores, del cine..., la impresión, el impacto que reciben esas flores nocturnas en el estanque oscura de la sala, todo por obra de ese rayo de luz cargado de imágenes e historias... (por cierto, la imagen es de Bolaño...-; digo, me gusto el guiño de esa historia "redonda", de esa mirada en picado a las ambiciones y miserias de un grupo de humanos. Sí, una muy buena comedia "ligera"...

Anónimo dijo...

Me acabo de cortar un dedo (no es grave) con el cuchillo de cortar fuet, y tal vez este comentario se resienta puesto que me he liado 3 metros de rollo de papel de WC en un dedo y tecleo distinto...

Sólo para decirte, Portnoy, qwue no está mal ir para atrás.

Sinceramente: The Big Lebowski!

Un saludo distinto

Drugo dijo...

Me gusta mucho tu blog, llevo tiempo visitándolo. Si quieres te dejo el mio para que le eches un ojo, y si te apetece lo enlazas. Un saludo.
El blog es: http://miradaestrabica.blogspot.com/

El Miope Muñoz dijo...

Portnoy, con toda la adoración que le profeso, esta vez le llevo la contraria.

Creo que su teoria no se sostiene por ningún lado: No Country for Old Men es fruto de dos sumisiones a la industria (ladykillers y crueldad) pero la mayoria de guiones anteriores de los Coen están escritos muchísimo antes de lo que usted parece creer. Adaptaron No Country sin ser ningún encargo (¿y usted llama a esa película "mainstream"? ¡Diantres! Yo que pensaba que el mainstream era Ridley Scott).

Burn after reading es otro guión infinitamente anterior. Sus próximos proyectos igual. O brother se planeaba en el 94, etcétera. No creo que haya influencia industrial, sino algo mucho más prosaico: tienen proyectos que ellos escriben, dirigen, producen y montan, y sacan adelante el que pueden. Pero nada de concesiones.

Portnoy dijo...

Creo, Alvy, que los dos vemos en la película los mismos méritos que tiene. Pero a ti parecen satisfacerte y a mí me parecen poco arriesgados. No sé, tengo la sensación que en No country entá la semilla de una obra maestra que al final no es por cierto, llamémosle así, conservadurismo comercial. No sé, me da la sensación de que no acaban de decidirse... y veo lo que podría haber sido la película y finalmente no es.
Hubiese sido interesante confrontar nuestros distintos puntos de vista.

Daniel ¿y si toda la película hubiese sido así, rozando la genialidad de la escena de la piscina y el siguiente corte? Ya digo que la veo tan claramente que me gustaría rehacerla. Como en el relato de Cortázar Queremos tanto a Glenda.

Gandarillo, espero ver pronto Burn after... y poder contrastar opiniones. Mientras, gracias por tu comentario.

Espero que lo del dedo no sea muy doloroso, anónimo Lebowsky.

Gracias, Drugo. Nos leemos.

Y a mi inefable vecino de La casa de Pinal agradecerle la inmerecida propaganda. Considérate en tu casa... con permiso del alcalde, claro.

Un saludo y gracias por vuestros comentarios.

La casa de Pinel dijo...

no hay de que portnoy, para que veas que los incultos tambien sabemos ser personas.
un saludo para ti y para todos tus seguidores (perdon por las faltas de ortografia).

El Miope Muñoz dijo...

Maestro, le juro que hago post en cuanto la revise.

La frontera entre China y París dijo...

Con todo nuestro respeto, creemos que el libro está sobrevalorado y que tien un final absurdo y que no se sostiene. ¡Tanto miserio pra eso! Yo creo que si el escritor quiere mostrarnos algo, no le hemos entendido. Y eso que hay momentos vibrantes, pero también otros tremendamente erróneos.
La película me pareció aburridísima. En algo que estamos de acuerdo es de que es totalmente fiel al libro. Por eso no nos gustan ninguna de las dos.
Saludos