12/11/08

Perdemos todos

Yo había esperado ver allí una bola de madera, ya sabéis. Volví a enfocar deliberadamente los gemelos hacia la primera que había visto. Allí estaba, negra, seca, consumida, con los párpados cerrados... Una cabeza que parecía dormitar en la punta de aquel poste, con los labios contraídos y secos, mostrando la estrecha línea de la dentadura. Sonreía, sonreía continuamente ante un interminable y jocoso sueño.
»No estoy revelando ningún secreto comercial. En efecto, el director dijo más tarde que los métodos del señor Kurtz habían constituido la ruina de aquella región. No puedo opinar al respecto, pero quiero dejar claramente sentado que no había nada provechoso en el hecho de que esas cabezas permanecieran allí. Sólo mostraban que el señor Kurtz carecía de frenos para satisfacer sus apetitos, que había algo que faltaba en él, un pequeño elemento que, cuando surgía una necesidad apremiante, no podía encontrarse en su magnífica elocuencia. Si él era consciente de esa deficiencia, es algo que no puedo decir. Creo que al final llegó a advertirla, pero fue sólo al final. La selva había logrado poseerlo pronto y se había vengado en él de la fantástica invasión de que había sido objeto. Me imagino que le había susurrado cosas sobre él mismo que él no conocía, cosas de las que no tenía idea hasta que se sintió aconsejado por esa gran soledad... y aquel susurro había resultado irresistiblemente fascinante. Resonó violentamente en su interior porque tenía el corazón vacío...
El corazón de las tinieblas; Joseph Conrad






14 comentarios:

el dijo...

Aunque disfrute más con Lord Jim acabo de revivir intensas emociones al releer este fragmento. Conrad me ha parecido siempre, antes que ninguno otro, un escritor puente entre la literatura del XIX y la del siglo XX. De hecho ahora ando con otro escritor visagra, Sebald, por el que no había pasado aún...

"Soñamos como vivimos, solos" (algo así).

Un saludo.

el dijo...

Por cierto, me olvidada, suerte en el frente...

Un saludo.

Javier Moreno dijo...

A victoria, o a catorce niños de escuela elemental accidentalmente convertidos en puré por la explosión, dependiendo.

Yo recomiendo encarecidamente no jugar con nitroglicerina en ninguna de sus variantes. Ni siquiera mentalmente.

Anónimo dijo...

Dime cuánto te pagan y te diré cuánto pierdes...

jordi f dijo...

Ayer, paseando perdido por la Bonanova, acechando a niños y mamás uniformados en la salida o exutorio de colegios (con la curiosidad del que no se fía y despierta curiosidad y desconfianza ajenas) pensé que, de tener lugar una próxima o lejana revuelta popular, sería interesante llevar a las gentes de este barrio a vivir y deambular provisionalmente por el barrio de La Salud, en Badalona. Y viceversa, mediante autobuses amarillos llevar a las gentes y animales y colegiales de La Salud hasta la Bonanova, con la finalidad de ocupar tranquilamente edificios, calles, colegios y poner de paso algún que otro bar, granja o locutorio. Creo que como experimento socioeconómico e incluso acústico sería muy interesante ver una Bonanova más alegre, informal y normalmente variada, y una La Salud llena de clínicas, centros de mejora de técnicas de estudio y alguna que otra tienda de uniformes escolares con escudo (no simplemente de batas a rayas).

Ahí queda la propuesta.

Y aquí, el saludo.

(Sin humo:)

jmtomasena dijo...

Esto no tiene nada que ver con Conrad, ni con la rapacidad de los capitalistas, ni con la derrota de los currantes, ni siquiera con la nitroglicerina.
Esto es sobre Bolaño.
He leído en otro blog que los gringos aseguran y repiten que Bolaño era heroinómano. Y al parecer, el origen del asunto está en uno de esos juegos metaficcionales que tanto le gustan a usted, Portnoy, y de los que tanto y tan a gusto se ha otro de los imprescindibles de este blog, Mr Roth.
Le paso el chisme, para su diversión y (esperemos) contribución meta-ficcional:
http://puenteareo1.blogspot.com/2008/11/bolao-y-la-herona.html

Anónimo dijo...

El trabajador por su condición siempre estará en el lado perdedor en estos casos, ya que es el elemento más débil. Pero el empresario ahora mismo tampoco es el ganador.

La situación ahora mismo es ver como pueden sobrevivir las empresas con un nivel de ventas sensiblemente inferior, despidos tendrán que haber, y el trabajo del sindicalista es vigilar que esto se haga de forma justificada (aunque la verdad es que en las empresas "normales" es difícil que quieran echar a alguien por gusto).

Tampoco conviene demonificar a nadie, sobre todo si lo que se pretende es negociar con él. No nos perdamos con la literatura y el izquierdismo, hay que ser también pragmático.

Portnoy dijo...

Soñamos, vivimos y también perdemos... solos.
Tienes razón, Javier. La rabia me pierde... después recobro la razón y me doy cuenta de mis errores.
Cristina, no es sólo cuestión de dinero.
Es un experimento interesante, Mais-il-faut. Habría que ponerlo en práctica.
Ataulfo, apreciado opuesto... con pragmatismo no hay literatura ni sindicalismo.
Jmtomasena: La verdad es que no me apetece nada divulgar este tipo de confusiones que finalmente llevarán a relacionar a través de los buscadores las palabras Bolaño y heroinómano. Y ya sabemos que la única verdad es la que nos muestra google, aunque no coincida con la realidad.
Un ejemplo, la mayor parte de las visitas a El lamento de Portnoy se hacen a través de la búsqueda de la palabra "puta", por las reseñas de los relatos de Putas asesinas. Es triste, pero la realidad es que, a efectos de buscador, en el fondo la única verdad visible en la pantalla, este blog no es más que un burdel.
:-)

Un saludo y muchas gracias por vuestros comentarios.

Liberto Brau dijo...

Gracias por la selección de citas de autores y por tus textos propios... Te enconté por casualidad y ha sido una deliciosa sorpresa... Excelente escritura, y no menos sugestivos los contenidos… Fue una suerte encontrarte… Ojalá tengas curiosidad por el mío que recién comencé hace una semana a publicar una novela por capítulos, “Amanece púrpura”; una novela en proceso, de la que ya he editado una parte del segundo capítulo. Iré escribiendo los siguientes siempre que haya lectores “suficientes” y “paguen” su lectura con el impuesto revolucionario de sus comentarios… Bueno, hasta otra, en tu casa o la mía… Un saludo cómplice. Volveré.

Danae dijo...

Leyendo el post, casi se diría que crees realmente que obreros y empresarios están hechos de materia moral de distinta calidad.

Yo de ti, por si acaso, desconfiaría tanto de los que tengo enfrente como de los que avanzan junto a mí. En la mayor parte de casos, el lugar donde ha acabado uno u otro no tiene nada que ver con heroismos, sino con una pura cuestión de suerte.

Abrazos.

Portnoy dijo...

Gracias Liberto. Nos leemos.
Claro que es cuestión de suerte, Danae. Aún así, quienes defienden los criterios empresariales parecen olvidar la "moral humanitaria" y defienden, porque de ello dependen sus trabajos, la "moral empresarial", tan inhumana en la mayoría de las ocasiones. Esto debería darnos que pensar... tal vez la lucha entre el humanismo darwiniano y el que propone Kropotnik siga en vigor.
Es complejo y paradójico... ¿por qué quienes defienden el sistema inhumano empresarial, sabiendo que actúan contra una moral humana, siguen desempeñando su trabajo? Yo sería incapaz de tomar una decisión que supusiera el despido de setenta personas. tal vez por eso estoy en el lado de los despedidos. ¿Suerte o decisión personal?
En fin... gracias por vuestros comentarios
Un saludo

Javier Moreno dijo...

El sistema está hecho para que nadie sienta que tomó esa decisión.

Anónimo dijo...

Es cierto que el sistema empresarial es inhumano. De hecho casi cualquier sistema es inhumano. Como bien dices, decidir echar a 70 personas exige cierta inmoralidad pragmática, aunque sea el mal menor, y digo el mal menor porque la consecuencia de no hacerlo sería (vamos a suponer) la muerte de la empresa y la pérdida de empleo para todos.

El propio sistema nos impulsa a actos similares, no sólo a los empresarios: enviar a prisión a un hombre toda su vida o incluso abogar por su muerte dado que es una amenaza social, destruir un milenario paraje natural para que unas familias alemanas disfruten de ocio veraniego. Tenemos que convencernos de que todo esto lo hacemos para poder alimentar a nuestras familias y pagar las facturas.

¿Hay alguna forma de ser un animal social (no digo ya sobrevivir) sin salirse de este círculo vicioso?

jordi f dijo...

Vivere è percorrere il mondo
attraversando ponti di fumo;
quando si è giunti dall’altra parte
che importa se i ponti precipitano.
Per arrivare in qualche luogo
bisogna trovare un passaggio,
e non fa niente se scesi dalla vettura
si scopre che questa era un miraggio.

Juan Rodolfo Wilcock

(verificación de la palabra: patio)