27/12/13

Escapada, de Alice Munro

Tentativa de análisis de un relato de Alice Munro.

(Escribo esto en la cocina. He leído (o creo haber leído) en una entrevista, que Munro escribió muchos de sus relatos en la cocina de su casa. No se trata de “una habitación propia” donde aislarse de la cotidianeidad, la cocina es el lugar comunitario por excelencia de todo hogar, un sitio donde puedes ser interrumpido en cualquier momento, una estancia en la que se realizan muchas acciones continuamente. Me pongo a escribir en la cocina porque quiero sentir cómo Munro es capaz de efectuar un acto de creatividad de manera discontinua, no como tarea principal sino como labor entre labores, entre diferentes instantes de interrelación social. Por supuesto, todo esto me lo imagino, no sé nada sobre Munro y su cocina y, al final, nadie viene a interrumpirme)

(El libro de relatos Escapada tiene una peculiaridad dentro de la narrativa de Alice Munro. Contiene tres relatos centrados en el mismo personaje en tres instantes distintos de su vida y un relato que abarca desde la juventud hasta la ancianidad de otro personaje. Hay pues una voluntad de abarcar un largo periodo de tiempo, de dejar constancia del paso del tiempo y de los cambios que éste produce en las personas. Quizás estos intentos desembocarían en la consecutivamente posterior (y para mí fallida por razones que ya expuse) La vista desde Castle Rock. Sin embargo, en Escapada, esos relatos funcionan bien, incluso los tres encadenados que pueden ser leídos independientemente. Mis reparos a Castle Rock tenían que ver con lo excesivamente personal y autobiográfico, como si la narrativa de Munro funcionase mucho mejor desde la absoluta ficción. Pero uno tiene la impresión como lector que hay mucha realidad fluctuando en los relatos de Munro. Para saber como consigue que esos retazos de realidad se asienten en sus relatos sin perturbar la naturaleza narrativa de éstos, intento analizar uno de ellos)

Escapada (Runaway, 2005)

Personaje 1, Carla, oye llegar el coche de su vecina, Sylvia, Personaje 2, semioculta tras la puerta del establo.
En un solo párrafo de seis líneas, Munro plantea muchas de las condiciones en las que se desarrollará el relato: El carácter temeroso-esquivo de Carla; la vuelta de Sylvia de sus vacaciones en Grecia; sitúa las casas de ambas geográficamente (800 metros de separación) en un ambiente rural (establo); mediante un simple “Mrs. Jamieson (Sylvia)” establece la ambigua relación respeto-amistad de Carla frente a Sylvia.
Hechos: Carla se oculta y observa a Sylvia pasar con el coche. Piensa “Tal vez Clark no se hubiera enterado aún”. Clark, marido de Carla es el Personaje 3. Carla no quiere que Clark sepa que Sylvia ha vuelto, pero sabe que se enterará.

/Salto/

Clark y Carla. Su negocio en declive. El establo, el cuidado de caballos y alquiler para turistas. Se plasma explícitamente el carácter arisco de Clark.

/Salto/

Clark y Carla viven en una caravana en el terreno donde se encuentra el establo, pero sabemos que Sylvia vive en una casa. Sin mencionarlo directamente se ha situado a los personajes 1 y 2 en distintas clases sociales. Se nombra al que podía ser, por razones estrictamente analíticas, el Personaje 4, Flora, la cabra. Más que un personaje es una ausencia. Flora lleva días desaparecida. Munro comenta la especial relación de cariño que Carla mantiene con Flora y el sufrimiento por su desaparición. Carla y Clark hablan sobre el regreso de Sylvia. Clark mantiene un tono irónico-despectivo respecto a su vecina creando un agobio emocional en Carla.

Nota (con, quizás, algún spoiler): Hasta aquí todo es bastante objetivo. Podemos tener nuestras sospechas respecto al carácter dominante de Clark, tanto por sus palabras como por las reacciones de Carla, pero ¿son suficientes para establecer un juicio? Lo comento después de haber leído el relato y releerlo para analizarlo. Creo que en una primera lectura uno puede percibir la personalidad mezquina de Clark ya que Munro nos lo muestra pero sin intervenir. En principio uno desconoce los derroteros que tomará la narración, pero una vez concluido podemos ver cómo Munro sienta las bases para la catarsis del relato. Todavía no podemos juzgar pero nos está dando pistas para permitirnos hacerlo al final. De hecho, Munro nos está dando una especie de lección sobre la vida real, sobre ciertos indicios que nos pueden hacer ver una situación de dependencia-violencia en una pareja. Pero estoy adelantando acontecimientos.

/Salto/

Sylvia. Su reciente viudez. La agonía de su marido. Nadie en el pueblo sabía hasta su muerte que era un poeta galardonado. Clark y Carla hablan de chantajear a Sylvia. Carla accede aunque no quiere.

/Salto/

Sylvia y Carla. La ambigua relación de amistad mezclada con las distintas posiciones de ambas (empleador y empleada) Carla ha atendido a Mr. Jamieson durante su enfermedad. Sylvia era profesora. La relación sobrepasa a la de maestra-alumna sin alcanzar la abierta amistad (¿por imposible?) Carla habla sobre la desaparición de Flora. Llora. Confiesa que no se trata de la cabra. Sin hablar del chantaje explica su decisión (que omitimos para no desvelar (más) acontecimientos). Sylvia la ampara, le ofrece su ayuda, la impulsa a tomar su decisión.
La decisión de Carla. El acto.

/Salto/

Vuelta al pasado para mostrar los inicios de la relación entre Carla y Clark. ¿Entendemos la relación de dependencia de Carla? ¿es voluntaria? ¿se debe a una debilidad de carácter?... la cuestión es que se trata de un HECHO. Y de ahí, la decisión de Carla que aboca en el momento culminante del relato.

/Salto/

Clark y Sylvia. La mezquindad de Clark se muestra sin dudas. Su tono violento y triunfante crece sin medida y con amenazadoras consecuencias hasta que el suceso crucial rompe completamente lo previsible. Creo que estamos ante uno de los más grandes momentos narrativos que ha escrito Munro.

/Salto/

Tras el clímax narrativo hay una desconcertante calma narrativa sin más ilación con los hechos sucedidos entre Clark y Sylvia que la continuidad temporal. Obviamente ha ocurrido algo que ni los lectores ni, sobre todo, Carla, en quien se focaliza el fragmento final, saben. Descubrirlo supondrá una nueva culminación narrativa, no tanto un contraclímax, sino una nueva vuelta de tuerca que proporciona tanto certidumbre en las sospechas que genera la historia como una nueva visión de los acontecimientos (en virtud de esa certidumbre). Ahora estamos en una disyuntiva: Nosotros sabemos y Carla sabe; nosotros reaccionamos de una manera y Carla de otra que consideramos emocionalmente insatisfactoria. Este nuevo punto al que nos conduce Munro nos demuestra que NO tenemos el control, incluso puede que demuestre que Munro no tiene control sobre lo que sucede (en la vida real) y que eso sólo se puede mostrar mediante una final insatisfactorio (y terriblemente real)

¿Cómo ha sido capaz de llevarnos desde el momento en que nos muestra al Personaje 1 semioculto en el establo hasta este final en el que de nuevo hay algo semioculto en el bosque que el Personaje 1 no quiere saber? Parece un viaje sencillo y una historia banal contada mil veces de forma melodramática. Pero Munro ha sabido pulsar algunas teclas emocionales de forma imperceptible. Podemos pensar que nos ha ocultado datos, hechos, pero no es cierto. Repasando el relato vemos que todos indicios y claves están ahí, a la vista, presentes pero no explícitos. Y que, como sucede en la vida real, necesitamos una prueba fehaciente de que nuestras sospechas son ciertas. Por eso no intervenimos hasta que es demasiado tarde. Somos espectadores de las tragedias cotidianas. Lo que hace Munro no es sólo mostrarla sino mostrarnos también nuestra pasividad.

Y aquí estamos de nuevo, ante el final de un relato de Munro, como míseros lectores asombrados.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Visto tu clarificador análisis me doy cuenta que tendré que releer el relato que comentas y que tanto me gustó en mi primera y única lectura.
Opino igual que tú respecto a La vista desde Castle Rock y algo parecido sucede en tres relatos autobiográficos que aparecen en Querida vida.
Saludos.

Sonia Aguirre Duque dijo...

Este libro lo leí directamente en inglés y me dejó con una sensación extraña, como de haberme perdido algo del enigma de los personajes. Creía que era solo porque no lo leí en mi lengua materna pero tal vez no, tal vez hay algo inasible en su atmósfera.
Gracias por la reseña, muy interesante.
Un saludo,
Sonia

Portnoy dijo...

Siempre hay que leer y releer a Munro. Siempre se nos escapa algo, la forma, aparentemente sencilla, en que nos transmite sus historias logra confundirnos. De ahí lo inasible, quizás.
Un saludo, Gloria, Sonia, y gracias por vuestros comentarios

pequeñoIbán! dijo...

Entiendo que en parte este relato funciona de manera similar al del Inuit que tiene en "Demasiada felicidad".

Es obvio que Clark es dominante y presumiblemente Carla presenta debilidad de carácter, pero también que estamos interpretándolo desde la posición elitista de Sylvia. Creo que la catarsis final es deliberadamente ambigua. Clark lo mismo puede ser un cafre que llegado el momento (cuidado, spoiler) acabaría con Carla, que lo contrario: un pobre diablo que ha sido capaz de matar al animal pero que no haría jamás daño a su mujer.

De ahí la carta de Sylvia confiando en el matrimonio. De ahí que de alguna manera crea comprender a Clark mejor tras el supuesto incidente.