9/6/13

Amour, de Michael Haneke

When the moon hits you eye like a big pizza pie
That's amore
When the world seems to shine like you've had too much wine
That's amore
Bells will ring ting-a-ling-a-ling, ting-a-ling-a-ling
And you'll sing "Vita bella"
Hearts will play tippy-tippy-tay, tippy-tippy-tay
Like a gay tarantella

(That's amore, de Harry Warren and Jack Brooks. ¡Gracias Dean Martin!)

Creo que ya se ha hablado mucho sobre la película de Haneke, su descripción descarnada de la degradación física y mental irreversible que algunas enfermedades provocan en la vejez, lo inexorable del proceso y el coste de la aceptación de sus consecuencias.
Bien, quizás para aquellas personas que no hayan padecido ver a un miembro de su familia consumirse inexorablemente en un delirio degradante, la película de Haneke puede tener el valor de un terrible documento. Pero seguramente los espectadores que hayan sufrido ver como un familiar se consume hasta dejar de reconocerlos sumergiéndose en un mundo alucinatorio y sin sentido completamente desgajado de la realidad sentirán, si es que les apetece ver una película que describe este proceso, que Haneke se queda realmente corto captando el sufrimiento y la desesperación.

De esto, más o menos, es de lo que trata Amour
Todas las peculiaridades cinematográficas de Haneke están presentes en esta película formalmente impecable y genialmente interpretada por la pareja protagonista.

Pero creo que hay un problema con Amour.
Al menos tengo un problema con la interpretación que hago de la película. Porque si mi interpretación coincide con la intención del autor (que, admito, no está explícita en el guión) entonces Amour está en la misma vía de las anteriores películas de Haneke. Pero si me equivoco, si mi interpretación no es correcta y en Amour no hay más que lo que el director nos muestra, entonces el cineasta es parte del problema que detecto.
El problema, ya lo he dicho antes, es que Haneke no capta la crudeza real de la situación que describe. Y en cualquier otro director lo hubiese dejado pasar, no hubiese dado importancia a la superficialidad de su acercamiento y hubiese incluso obviado ese final edulcoradamente amargo. Si vemos la película tal cual, no parece una película de Haneke. Y eso me preocupa y eso me lanza a especular.




¿De qué creo que trata Amour?

En primer lugar la película se inicia con el hallazgo del cadáver de una mujer en la cama de su casa y el motivo narrativo parece ser descubrir como se ha llegado a esa situación.
La primera escena en la que aparecen los protagonistas es una toma del patio de butacas de una sala de conciertos. Holy Motors se inicia de una forma parecida, enfocando directamente al público. Un plano fijo en el que, como espectadores, miramos al que está mirando. La redundancia de este tipo de planos, la incomodidad que transmiten al espectador real, son una forma de recordar (y afirmar) la ficción. Una demostración de que lo que vamos a ver a continuación funciona como representación y alegoría.

Interpreto que lo que quiere contar Haneke es el desmoronamiento de la “alta burguesía” europea. Algo parecido (y también oculto) a lo que realizó con Caché, en el que el miedo a ser observado se convertía en una soterrada lucha de clases. La relación de Caché con Amour queda patente cuando Georges, el personaje interpretado por Trintignant, relata a su esposa, Anne, Emmanuelle Riva, un suceso de su infancia: 

Georges: (…) Pero, por otra parte, recuerdo que estaba completamente conmocionado a la saliday me hizo falta un determinado tiempo para calmarme.
En el patio de la casa de mi abuela, había un hombre joven en una ventana que me preguntó de dónde venía. Era un par de años mayor que yo. Un fanfarrón que, por supuesto, me impresionaba mucho. "Del cine", le dije. Porque estaba muy orgulloso de que mi abuela me hubiera dado el dinero para ir solo al cine. "¿Y qué has visto?" Yo comencé a contarle la historia. Y a medida que la contaba, la emoción volvía. Yo no quería llorar delante de ese muchacho, pero era imposible. Yo estaba allí, llorando, en el patio, y le conté el drama hasta el final. 
Anne: ¿Entonces? ¿Cómo reaccionó?
George: No sé. Probablemente lo encontró divertido.

George escatima el final de una historia que todos somos capaces de reconocer y que concluye obviamente con burlas y, posiblemente, una paliza. El símbolo que representaba el gallo en Caché se transforma en Amour en una película.

Lo que Haneke nos cuenta es la exquisitez cultural de una clase elitista cuya sensibilidad artística va emparejada con un alto poder adquisitivo. Una clase que aplaude con contención la brillantez del solista al piano y que jamás se detendría a mirar el culo de la portera mientras ésta pasa el aspirador justo por debajo del aparatoso instrumento musical.
Lo que Haneke nos cuenta es el desmoronamiento físico de una clase pretendidamente superior que acepta con total naturalidad el servilismo de las clases bajas.
Cuando Haneke cuenta algo no hay nada casual en lo que hace. 
Fijémonos en el brutal acento español del portero y en el desdén con que George le trata.
Fijémonos en el origen ruso de la actriz que hace el papel de la segunda enfermera arbitrariamente despedida. Comprobemos cómo el atribulado Georges, un hombre agobiado por la enfermedad de su esposa, es capaz de sacar de su cartera 800€ y exigir 20€ de cambio. Fijémonos en la mezquindad de las palabras que pronuncia al despedirla, "Le deseo de todo corazón, que algún día alguien la trate como usted trata a sus pacientes, y que no tenga ningún medio para defenderse", y en cómo es bastante posible, tal y como están las cosas en la Europa de la austeridad mientras se desmantela el estado del bienestar, que la enfermera rusa no tenga en su vejez nadie quien la cuide mientras que George, abriendo su cartera, puede disponer de toda la ayuda que precise.
Fijémonos en como George y Anne renuncian a toda ayuda porque en cierta manera depender de las clases inferiores supone para ellos una degradación moral que no están dispuestos a soportar.
Fijémonos en los detestables diálogos de la hija de George y Anne hablando siempre de dinero. 
Fijémonos en como George y Anne creen abandonar este mundo de una forma sutil y elegante como corresponde a su elitista clase.
Fijémonos en cómo dejan atrás sus cuerpos en descomposición y en cómo las clases  menos privilegiadas deben deshacerse de sus restos.
O es así o esta película no es de Haneke. 
Pensemos en ello.

14 comentarios:

Ferdinand dijo...

Un aplauso

Anónimo dijo...

Es curioso, Javier. En mi lectura predomina la denuncia de la crueldad del desahucio en la vejez. Con todos los componentes sociales que le querramos meter.Un abrazo.

Anónimo dijo...

Olvidé firmar en el comentario de arriba.

Anónimo dijo...

No la he visto por motivos personales, pero me encanta Haneke y me muero de ganas de verla, la verdad... aunque aún esperaré unos años. A ver qué es lo próximo que hace.

Vicky dijo...

La verdad es que no estoy para nada de acuerdo con tu lectura. No me parece que Haneke haya usado a la decrepitud física de la vejez como una metáfora de la caída en desgracia del estado de bienestar ni del miserabilismo histórico de la burguesía. Creo que con el tema de la crueldad del envejecimiento y la destrucción del cuerpo ya es suficiente. Para mi es eso y nada más. La escena de la enfermera rusa la leo totalmente al revés. Esa mujer era una maltratadora y se merecía ese trato de parte de George. Gracias y saludos!

Anónimo dijo...


Hola,

Un comentario:
Me parece que hacer que la pareja pertenezca a esta élite sirve tambien para centrarse más en la relación de la pareja, y como ésta se ve afectada por la enfermedad, el deterioro y la muerte, sin tener que lidiar con factores externos que no podrían ser obviados si la pareja perteneciera a otra clase.
Lo que quiero decir es que si la pareja tuviera que lidiar con problemas de dinero, de falta de dinero, mejor, de la herencia o de las deudas que se le van a dejar a la hija, de la presencia de una familia "cercana", etc., el espectador sería de una forma absorbido por el contexto que gira alrededor de la enfermedad en vez de centrarse plenamente en la relación de la pareja y en la progresiva extinción de la misma.
Pienso, como bien lo dices, que la posición social de los personajes de Trintignant y Devos, permiten también pensar en la degradación moral consciente aunque también inconsciente de los personajes, pero también pienso que Haneke nos propone estar dentro de una burbuja, burbuja en la que la comodidad, digamos, material nos permite obviar por corto lapso de tiempo todos los "à côtés" de la progresión de la enfermedad y del paso de la pareja al individuo.
Tal vez, también, dejar de lado esos "à côtés" tan pero tan presentes en la vida de la gran mayoría de la gente es una forma muy inteligente de subrayárselos al espectador, ya sea porque éste lo ha vivido en carne propia, o, si no lo ha vivido, porque se imagina cómo un caso parecido se desarrollaría en su vida o en la de las personas cercanas.
Y después está la paloma, que me gustaría que no fuera un símbolo de nada, sólo una paloma dentro de un apartamento gigantezco, perdida, siendo un catalizador extraño y maravilloso para Trintiganty cada uno de nosotros.
Gracias por tu post.
Nicolás

´´ dijo...

Una entrevista a Haneke.

http://www.chilango.com/cine/nota/2013/02/18/el-austriaco-plasmo-su-propia-experiencia-en-amour

Juan Carlos dijo...

Te sigo desde hace tiempo y me encanta que hayas abandonado el negro y te hayas pasado al blanco. En cuanto a Haneke, me encanta y la historia que muestra es dura, pero auténtica.

Vero dijo...

Interesante lectura. Recuerdo que cuando vi la película pensé que el título podía importar un sentido irónico, porque no se trata tanto de amor como de egoísmo (de la hija pero también del marido), el horror ante la perspectiva de la soledad, el rechazo al enfermo como posible espejo (eso me podría pasar a mí).
En cuanto a por qué eligió una pareja de la clase alta, hay una entrevista en que lo comenta, y además dice por qué no eligió a una de clase trabajadora:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/michael-haneke-edad-ablandado-menos-eso-que-espero-1846765
Por supuesto, esto no inhabilita tu lectura, más bien puede apuntalarla, teniendo en cuenta lo que dijo acerca de otras películas (pienso en el reportaje sobre Funny Games, película a partir de un caso leído en el diario sobre dos chicos de clase alta que torturaron y asesinaron por puro hastío).
Acerca del tema tratado en Amour hay una película enorme, sin duda mayor que ésta, Volcano, de Runar Runarsson.
Saludos, Portnoy.

Anónimo dijo...

Ya está bien de hablar del Estado del Bienestar, que nunca ha existido...El Estado del Malestar seria más exacto. Esa fantasia la pusieron en circulacion los democristianos alemanes, aunque ya la inventó Biscmarck, y luego los conservadores y socialdemocratas de toda laya y de todos los partidos y partidas, ya que era muy rentable electoralmente mantener la ficción, muy bien sostenida por buena parte de la prensa a derecha e izquierda. En realidad nunca hubo tal, nunca hubo sociedad del Bienestar, sino Estado de un bienestar de medio pelo, o sea, los verdaderos beneficiados del Welfare State han sido las elites politicas, sindicales y empresariales, que se llevaron la parte del leon del pastel, dejando las migajas a la inmensa clase media, que es la que con sus impuestos paga el mal llamado Estado del Bienestar. Un Estado del Bienestar en el que no creen ni los politicos, que envian a sus hijos a los colegios privados y a las mejores universidades extranjeras, por ejemplo...

Hugo Izarra dijo...

Bravo.

Bravo, bravo y bravo.

No tengo más que añadir.

Anónimo dijo...

Como sea, sigue siendo una película tremenda, aunque sí creo que hay un intento de matizar por parte de haneke respecto a sus anteriores películas, y de matizar respecto a atenuarle la crudeza al espectador.

Unknown dijo...

No relaciono Amour con Caché. Esta última tiene una enorme carga social explicitada se una manera críptica y que, sin embargo, envía su mensaje que pivota sobre el terrible remordimiento de un hombre, una metáfora de Francia ahogando a Argelia.
En Amour lo que cuenta es el Amour. Son mayores, cultos y se aman. El dinero no solucionará la muerte de ambos.

Portnoy dijo...

Disculpadme por tardar tanto en responder. En primer lugar agradeceros todos vuestros comentarios. Y en especial los enlaces a la entrevistas. Al parecer mi lectura de la película es errónea.
Y recordad lo que decía en el post: "Pero si me equivoco, si mi interpretación no es correcta y en Amour no hay más que lo que el director nos muestra, entonces el cineasta es parte del problema que detecto". Es decir si esa es la única lectura entonces no parece una película de Haneke de tan complaciente como resulta con sus personajes, incluido ese final límbico en el que el amor "triunfa". Las experiencias personales te determinan, pero también te hacen perder objetividad, y creo que eso es lo que falta en Amour. Si no hay mensaje oculto el mensaje entonces es demasiado trivial. O así me lo parece.
En fin, muchas gracias de nuevo por vuestros comentarios y dicrepancias.