MENSAJE
DEL
SR.
PHILIP ROTH
Premio Príncipe de Asturias de las Letras
TEXTO QUE SERÁ LEÍDO POR EL
EXCMO. SR. D. ALAN SOLOMONT
Embajador de los Estados Unidos de América en España
Oviedo, 26 de octubre de 2012
Siento no poder estar presente en la
ceremonia de entrega de los premios. A finales de la primavera pasada me sometí
a una operación de columna vertebral de la que todavía me estoy recuperando.
Ahora mismo me es imposible viajar y lo será durante algunos meses más.
Sin embargo, estoy, por supuesto, encantado
de recibir su Premio. Asimismo estoy sorprendido, como es natural, de que una
eminente institución extranjera se fije en la obra de uno. Soy un escritor
estadounidense. La historia de los Estados Unidos, las vidas estadounidenses,
la sociedad estadounidense, los lugares estadounidenses, los dilemas
estadounidenses –la confusión, las expectativas, el desconcierto y la angustia
estadounidenses– constituyen mi temática, como lo fueron para mis predecesores
estadounidenses durante más de dos siglos. El habla estadounidense es mi argot.
Si me detengo a pensar en mi público, el público en el que pienso es un público
estadounidense.
Por lo tanto, me ha dejado realmente
sorprendido enterarme de que el público español también se haya fijado en mí –y
lo que es más, un público español agradecido. ¿Qué pueden significar mis
historias estadounidenses para los lectores españoles? ¿Cómo puede mi retrato
de la vida de los estadounidenses en novelas mías como Pastoral americana, Me casé
con un comunista o La mancha humana
competir con la representación estereotipada, excesivamente simplificada de los
Estados Unidos que nubla la percepción de mi país en casi todas partes? ¿Puede
una obra de ficción estadounidense –escrita por mí o por cualquiera de mis más
que dotados contemporáneos– penetrar en una mitología de los Estados Unidos que
esta arraigada, en tantos ámbitos, en una acérrima animadversión política?
Me imagino que la concesión de este premio
–así como su concesión varios años atrás a mi amigo estadounidense Paul Auster–
sugiere una esperanzadora respuesta afirmativa. Sí, una obra de ficción
estadounidense seria es, efectivamente, capaz de atravesar la ignorancia, la
mentira y la superstición sin sentido que generalmente se combinan para
mantener a raya la enorme densidad de la verdadera realidad estadounidense.
“¡Mira”, puedo decirme ahora, “hay algún
lugar donde he conseguido hacerme comprender!”
Y si ese fuera el caso, nada me haría más
feliz.
2 comentarios:
Debería tener todos los premios.
Espero que Estocolmo no llegue tarde.
Un saludo.
Admiro al Roth escritor y me decepciona un poco que tenga esa fijación con las fronteras. ¿Es que la literatura no las supera todas? ¿Es que no lee nada de fuera? ¿Es que un loco manchego, al que conoce el mundo entero desde hace cinco siglos no nos enseñó a todos cómo se narra? Las historias de Philip Roth son universales y él debería saberlo, y, quizá, conocer algo más otras culturas para ver que nunca somos tan diferentes.
Por supuesto, me alegro de que lo haya recibido, se lo merece, su obra es extraordinaria.
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