12/7/11

Escriban, pues, ellos

Hace demasiado calor para pensar, para escribir. Tengo mucho sueño, un sopor continuo que me convierte en una persona lenta. Tendría que escribir sobre Amis (La flecha del tiempo), Roth ( Némesis), Menéndez Salmón (Derrumbe) y alguno más. Pero sólo pensar en todos esos acentos y en construir frases y todas esas cosas me entra una pereza indecible.

Así que dejaré que otros escriban parafraseando (y sé que me costará algún pescozón) a Unamuno: "Inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones"

Laura Fernández escribe sobre Stephen King en "¡No te puedes escapar del Capitán Futuro! ¡Estás muerto, marciano!"... grandes acontecimientos se avecinan.

El Doctor Zito comenta los besos del Capitan James Tiberius Kirk, de Star Trek a propósito de la exposición de Douglas Gordon en París. Copio: " Con un concepto parecido a su célebre 24 Hour Psycho (1993), en la que ralentizaba la proyección del clásico de Hitchcock hasta hacer que durara exactamente un día, en Star Trek, predictable incident in unfamiliar surroundings Gordon selecciona varias de estas escenas de besos procedentes de diferentes episodios de la serie original, los expande, los pasa a formato de video dándoles un textura granulosa que las hace parecer sacadas de una película porno setentera y las enlentece para conseguir destilar su verdadera esencia"



Entiendo que las obras de Douglas Gordon deben ser vistas en los espacios elegidos, pero me intriga mucho el juego de Between Darkness and Light (After William Blake) donde se sobreponen imágenes de El exorcista y La canción de Bernadette.



Es un largo camino que lleva de DeLillo a Star Trek pasando por el padre Karras según David Foster Wallace.

Y ya empiezo a pensar que las casualidades no existen: Creemos que las cosas se relacionan unas con otras de una forma que obedece a un Plan superior y subyacente. Lo que ocurre es que los símbolos de nuestra cultura son pocos y volvemos a ellos una y otra vez.
Todos jugamos al mismo juego. Al del cansancio y el agotamiento de los símbolos.

Ah... y una última nota: En La medicina de Tongoy, Carlos González Peón mantiene más o menos la misma tesis (que no repetiré) de El lamento sobre "Nocilla Dream" de Agustín Fernández Mallo: " (...) es algo que perfectamente podría haber sido publicado en un blog de arte y en ensayo por algún pirado que no tuviese las ideas muy claras de qué hacer exactamente con su tiempo libre"
Pues eso, no me hagáis caso, estoy cansado... quizás necesite cambiar de aires una temporada. Vacaciones lo llaman.

2 comentarios:

Jardín de estatuas sin ojos dijo...

Es fenomenal, Javier, escribir que no se está en condiciones de escribir, mientras se va escribiendo.
Un abrazo.
Elisa.

carlos maiques dijo...

Escribamos, pues. Digamos lo que las voces aconsejan, repitamos las palabras que guían la mente desde la mañana al insoportable caldo vespertino, hasta llegar a una improbable brisa nocturna. Dejémonos llevar por lo ajeno. Y aún así, esperar nuevos lamentos.

Muy acertada solución a estos días terribles. Un saludo y hasta otra.