San Petersburgo es una ciudad completamente desierta en la película. Solo los personajes se mueven en el exterior. Se desplazan en barcos de vapor por el río, caminan por las calles dominadas por impresionantes edificios sin nadie más en ellas. La presencia del ferrocarril es el constante elemento de fuga. Al final de la película podemos ver a un grupo de hombres embarcándose. Todos llevan un sombrero bombín y una maleta de cuadros, como salidos de un cuadro de Magritte. De El asesino amenazado, quizás.
Con su primera mirada sobre el río, el personaje de Yohan ya demuestra su voluntad de apoderarse de la ciudad. Por eso sus calles están vacías, porque toda la acción se desarrolla en sórdidos sótanos, en las lujosas mansiones de los burgueses y en teatros, los lugares que Yohan quiere dominar. En un desvencijado edificio Yohan fotografía a dos jóvenes sirvientas azotadas en sus nalgas descubiertas. No duda en matar. Porque ya está escrito que “la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas, los obreros modernos, los proletarios”. Yohan es un revolucionario, la pornografía su arma.
Y digo “revolución” porque el aire de extrañeza que se desprende de la escenografía de la película (los exteriores vacíos, el tono sepia del film, la morbosa fascinación que las fotos pornográficas ejercen sobre los personajes, las máquinas a vapor, las peculiaridades de éstos, que impiden saber cuales son los “hombres” y cuales los “monstruos”) nos hace pensar que estamos frente a una narración alegórica.
Y claro, Rusia, principios del siglo XX, nos lleva a Octubre.
Pero además entre los personajes se encadena una serie de relaciones alternativas de sumisión-opresión. Como en una cadena en que cada eslabón se relaciona con el que le antecede y el que le sucede, aquí los personajes se encadenan a sus opresores y esclavizan a sus víctimas. La liberación de alguno de ellos, a través de la violencia, servirá para mostrarles nuevas cadenas personales de las que no pueden evadirse. Porque todos somos esclavos de nuestras pasiones.
La Revolución trae nuevas cadenas. Pero, quizás Balabanov no piensa en la Revolución en Pro urodov i lyudey y la narración no esconda un mensaje alegórico. Lo que es cierto es que es una película interesante y que invita a ser revisada.
(Un día después pienso que Pro urodov i lyudey puede no tener nada que ver con la revolución… tal vez esté más emparentada con Peeping Tom… no sé)
3 comentarios:
Creo que te puede interesar.
http://www.gijonfilmfestival.com/media/descargas/Aleksei%20Balabanov.%20Cine%20para%20la%20Nueva%20Rusia%20(Jes_s%20Palacios,%202009).pdf
Thank you for the post
una maravilla estética... y si alguien quiere verla (en Vimeo) el link aquí
http://masmaniasmias.blogspot.com.es/2013/08/pro-urodov-i-lyudey-of-freaks-and-men.html
salud
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