De la entrevista concedida a Nabokov a Paris Review, en octubre de 1967:
El poshlust, o poshlost en su transliteración más exacta, tiene muchos matices, y si usted cree que se puede preguntar a cualquiera si le tienta el poshlost, evidentemente no lo he explicado con suficiente claridad en mi librito sobre Gogol. Basura cursi, vulgares clisés. “Filisteísmo” en todos sus aspectos, imitaciones de imitaciones, falsas profundidades, pseudoliteratura tosca, deficiente y deshonesta…ésos son los ejemplos obvios. Ahora bien si deseamos restringirnos a los escritos contemporáneos, tenemos que buscar el poshlost en el simbolismo freudiano, las mitologías apolilladas, el comentario social, los mensajes humanistas, las alegorías políticas, la preocupación excesiva por la clase o la raza, y las generalidades periodísticas que todos conocemos. El poshlost se manifiesta en conceptos tales como “Norteamérica no es mejor que Rusia”, o “Todos participamos de la culpa de Alemania”. Las flores del poshlost se dan en frases y términos como “el momento de la verdad”, “carisma”, “existencial” (empleado seriamente), “diálogo” (aplicado a conversaciones políticas entre naciones), y “vocabulario” (aplicado a un mamarrachista). Enumerar de un tirón Auschwitz, Hiroshima y Vietnam es poshlost sedicioso. Pertenecer a un club muy selecto (y que ostenta un solo nombre judío… el del tesorero) es poshlost, elegante. Los comentarios críticos mercenarios frecuentemente son poshlost, pero éste acecha también en ciertos ensayos petulantes. El poshlost llama gran poeta al Sr. Vacío y gran novelista al Sr. Fanfarrón (*). Uno de los viveros favoritos de poshlost ha sido siempre la exposición de arte; allí lo producen los llamados escultores que trabajan con herramientas de derribar, construyendo cigüeñales cretinos de acero inoxidable, estereotipos zen, cosas raras de poliestireno, objetos trouvés en letrinas, balas de cañón, albóndigas en conserva. Allí admiramos las muestras de las paredes de gabinetti de los llamados artistas abstractos del surrealismo freudiano, los borrones rugientes y las manchas de Rorschach… todo ello tan cursi por derecho propio como las académicas “mañanas de septiembre” y las “ramilleteras florentinas” de hace medio siglo. La lista es larga y, claro está, cada uno tiene su bête noire, su pesadilla dentro de la serie. La mía es ese aviso de una línea aérea: el refrigerio servido por una moza servicial a una pareja joven… ella con la mirada extática clavada en el canapé de pepinos, él admirando anhelante a la azafata. Y, desde luego, Muerte en Venecia. Ya ve el alcance.
Opiniones contundentes, traducción de María Raquel Bengolea para Taurus. (Gracias, Elena
(*) Mr. Blank y Mr. Bluff en el original.
El poshlust, o poshlost en su transliteración más exacta, tiene muchos matices, y si usted cree que se puede preguntar a cualquiera si le tienta el poshlost, evidentemente no lo he explicado con suficiente claridad en mi librito sobre Gogol. Basura cursi, vulgares clisés. “Filisteísmo” en todos sus aspectos, imitaciones de imitaciones, falsas profundidades, pseudoliteratura tosca, deficiente y deshonesta…ésos son los ejemplos obvios. Ahora bien si deseamos restringirnos a los escritos contemporáneos, tenemos que buscar el poshlost en el simbolismo freudiano, las mitologías apolilladas, el comentario social, los mensajes humanistas, las alegorías políticas, la preocupación excesiva por la clase o la raza, y las generalidades periodísticas que todos conocemos. El poshlost se manifiesta en conceptos tales como “Norteamérica no es mejor que Rusia”, o “Todos participamos de la culpa de Alemania”. Las flores del poshlost se dan en frases y términos como “el momento de la verdad”, “carisma”, “existencial” (empleado seriamente), “diálogo” (aplicado a conversaciones políticas entre naciones), y “vocabulario” (aplicado a un mamarrachista). Enumerar de un tirón Auschwitz, Hiroshima y Vietnam es poshlost sedicioso. Pertenecer a un club muy selecto (y que ostenta un solo nombre judío… el del tesorero) es poshlost, elegante. Los comentarios críticos mercenarios frecuentemente son poshlost, pero éste acecha también en ciertos ensayos petulantes. El poshlost llama gran poeta al Sr. Vacío y gran novelista al Sr. Fanfarrón (*). Uno de los viveros favoritos de poshlost ha sido siempre la exposición de arte; allí lo producen los llamados escultores que trabajan con herramientas de derribar, construyendo cigüeñales cretinos de acero inoxidable, estereotipos zen, cosas raras de poliestireno, objetos trouvés en letrinas, balas de cañón, albóndigas en conserva. Allí admiramos las muestras de las paredes de gabinetti de los llamados artistas abstractos del surrealismo freudiano, los borrones rugientes y las manchas de Rorschach… todo ello tan cursi por derecho propio como las académicas “mañanas de septiembre” y las “ramilleteras florentinas” de hace medio siglo. La lista es larga y, claro está, cada uno tiene su bête noire, su pesadilla dentro de la serie. La mía es ese aviso de una línea aérea: el refrigerio servido por una moza servicial a una pareja joven… ella con la mirada extática clavada en el canapé de pepinos, él admirando anhelante a la azafata. Y, desde luego, Muerte en Venecia. Ya ve el alcance.
Opiniones contundentes, traducción de María Raquel Bengolea para Taurus. (Gracias, Elena
(*) Mr. Blank y Mr. Bluff en el original.
22 comentarios:
Gracias por el extracto y por la entrevista en pdf.
Atentamente,
Matts de Bloeff.
creo que me interesa el poshlost en sentido positivo... el elitismo de nabokov me parece3 cretino desde hace tiempo (he sido un lector admirador del ruso-americano, me he tragao hasta sus memorias)... y he llegao a la conclusion de que no comparto sus fobias, me mola pasternak, thomas mann, la falta de estructura del quijote y no soporto las tramas hipercalculadas de sus novelones, lo refinado de su estilo, el ajedrez y las mariposas... el estupido prejuicio del ruso se orienta a hacer de la literatura una especie de maquinaria de precision, deconectada de la vida y de los lenguajes populares; el rollo aristocratico de nabokov es una puta mierda formalista, artificiosa, hueca... cuando acabas una novela del ruso te da la sensacion de haber sido invitado a una cena de etiqueta, llena de personajes sin vida...
Pues a mí me gustaron tanto las opiniones contundentes del Sr. Vladimir, que no paré hasta dar con el nombre del traductor del libro: María Raquel Bengolea.
PS: el dato lo saqué de este lugar, donde están todos sus traductores al castellano.
De nada Matts.
José, tus opiniones no son contundentes, son previsibles. Ya he perdido la cuenta de las veces que he escuchado argumentos como los tuyos que olvidan, y es fundamental, el sentido del humor de Nabokov.
Elena, gracias de nuevo, siempre gracias.
el sentido del humor no tiene por qué compartirse, puede obviarse igual que se obvia cualquier otra cualidad... me la rual, por ejemplo, el sentido del humor del inefable Alfred Joseph Hitchcock, cineasta que me da por comparar en más de un aspecto al simpático Nabokov...
no me importa ser previsible, Port... tampoco pretendía ser contundente; releído lo que comenté lo que sí me parece es haber sido un poco maleducado; por lo que te pido disculpas (tanta palabra malsonante)...
como concluyo siempre contigo, son sólo opiniones (previsibles, sin sentido del humor, lo que sea); se te puede contradecir, ¿no?
"me la rual" vale por "me la rula", en mi mala traducción disléxica del castellano antiguo... (versión poshlost)
para apaciguar, educadamente; en mi opinión, tendemos a sublimar en demasía las manías de nuestros "artistas" admirados: en este caso Nabokov se mete con mucha sorna con los "objetos trouvés en letrinas", en alusión a los ready mades de Duchamp (toda la carga de Nabokov,con mucho humor, está impregnada de antimodernidad, es, digamos, un reaccionario refinadísimo, que avala sus opiniones con la estupendísima maquinaria de su literatura)... recuerda en cierto sentido a la carga en sentido contrario del propio Duchamp en contra del arte retiniano, o al descrédito de este último, también, de la gran novela de Marcel Proust... es decir, los grandes artistas hacen de sus manías personales argumentos estilísticos, lo necesitan, ellos, para avanzar en su obra y afianzarse en ello... pero no lo necesitamos nosotros, aunque entendamos la importancia de sus aportaciones (es decir, la obra de Nabokov te puede parecer marvaillosa; pero admite que su teoría del "poshlost" o como se llame, es una perfecta tontería)...
[Siempre de nada, Sr. Portnoy.]
¿Por qué una tontería?
porque en definitiva es la expresión del gusto personal del propio nabokov, arbitraria, sarcástica. se sostiene porque es él quien lo dictamina; carga contra freud, lo social, el humanismo, el existencialismo y el arte de vanguardia... es la expresión de un reaccionario cascarrabias que se inventa un término para aglutinar lo que él mismo considera fuera de su estética fría y resobada...
a mí, personalmente (sólo es una opinión, claro) el rancio me parece él y su cínico refinamiento... lo otro, las "mañanas de septiembre" o las "ramilleteras florentinas", Flaubert, Renoir, parecerán ingénuas a su lado, previsibles; el señor Vacío puede parecer sediciosamente devastado... pero al menos respiran aire puro, aspiran a una cierta frescura o, tal vez, a una línea aerea que a vladimir le parecía lo peor pero que en ocasiones no se puede negar su importancia...en definitiva, es una tonteria porque yo lo digo, es mi opinión, cada cual decide, nabokov decidió y yo no lo he elegido a él...
no hay tantas ideas como personas. lo dijo de otra manera witold. las ideas no se eligen: tropezamos con ellas una y otra vez. (Cosmos,Cosmos,Cosmos,Cosmos,Cosmos)
Saludos
"Porque yo lo digo" no parece un argumento demasiado convincente. Una tontería ES o NO ES y a nosotros nos puede parecer que algo lo es o no lo es. José, tu crees que lo que dice Nabokov es una tontería, pero eso no lo convierte en tontería. Además el término Poshlost aplicado a la literatura fue introducido por Gogol (se puede ver en el enlace) Nabokov en todo caso explica lo que PARA ÉL es poshlost... es una sutil diferencia.
En fin, no estamos aquí para convencer a nadie de nada. Quien no pueda librarse de sus prejuicios contra Nabokov (o contra cualquier otro escritor) peor para él. (Piensa, Nabokov situaba entre sus "odiados" a Dostoievski y a Faulkner... pues peor para Nabokov)
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.
joder, macho; lo de que 'es una opinion" o 'es mi opini'on" o "porque lo digo yo" ... viene a cuento porque tu siempre me llevas a ese terreno; todo lo que vertimos son opiniones, tratamos de establecer juicios, de adoptar posturas, pero solamente vertimos opiniones, que son nuestras o no, que elegimos o nos eligen...
me da igual que el palabro fuera nabokobiano o gogoliano; la opinion que vierte el texto citado es de nabokov, pido disculpas, de nuevo, por no saber leer las citas con la suficiente erudicion...
y por ultimo, y ya dejo de dar la tabarra; que nabokov "odiase" a faulkner no me parece gratuito, define su posicion estetica, y es a donde pretendia dirigirme con mis desafortunados comentarios: yo amo a faulkner, he elegido a faulkner y por tanto niego a nabokov
Pues yo no renuncio ni a Faulkner ni a Nabokov, ni me parece que uno niegue al otro. Igual de falaz me parece la disyuntiva Dostoievski-Nabokov, hay que saber leerlos a cada uno en su contexto... incluso, a veces, hay que leer a Nabokov como si leyésemos a Dostoievski. Es sorprendente lo que se puede descubrir.
En fin... yo también tuve una época en que odiaba el petulantismo y el elitismo que parece desprenderse de las opiniones de Nabokov. Pero cada día entiendo mejor su postura... será que me hago (muy) mayor.
Un saludo
Miro a mis estanterías y no veo a nadie peleándose... No recuerdo ahora quién fue que dijo o escribió que los buenos libros siempre son un poco más inteligentes que las personas que los escribieron. En mi casa no hay premios literarios. Hay gente, mucha gente, están en la pared y van cambiando de sitio. Todos se vuelven más complejos y yo, yo no sé nada, inmerso en la complejidad futura. El problema es siempre simple y sencillo: los traslados de casa con libros.
Saludos.
Si por ser una opinión personal es una tontería entonces todo lo que se diga sobre literatura será una tontería.
Que no te guste no lo hace una tontería. Según tu propio criterio decir que no te gusta lo que opina Nabokov y que prefieres a Faulkner resulta otra tontería más.
Yo he elegido a Nabokov y por tanto mañana leo a Hemingway y pasado mañana a Faulkner. La próxima semana me voy a la playa con una sombrilla de colores que compré. Mientras me bronceo volveré a ver Network en mi ordenador.
"I'm as mad as hell, and I'm not going to take this anymore!"
casi todo lo que se diga sobre literatura es una tonteria; excepto la literatura misma...
Cierto, Mais, nadie se pelea.
:-)
Pero Javier y José me plantean un serio problema... ¿será todo esto simplemente una tontería?: Todo lo que se diga sobre literatura es una tontería. No tengo recursos para contradecir esta a firmación. Sólo puedo recurrir al placer de decir tonterías.
Gracias por vuestros comentarios.
Nabokov también se sacaba mocos y los pegaba debajo del sillón.
"casi todo lo que se diga sobre literatura es una tonteria; excepto la literatura misma..."
Gracias, José, por este ejemplo de Poshlost. Creo que has entendido perfectamente a lo que se refiere Nabokov.
otro ejemplo, hermoso, democratico, conciliador:
"Mis lecturas, por lo general, ni se contraponen ni se cancelan."
No, José. Caramba: Yo creía que habías entendido.
Sigue practicando. Ánimo.
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