6/9/07

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Tiempo después, sobre el tejado del edificio, rodeado de las miserias estructurales del modernismo, H. contemplaba el vacío que se abría hasta el horizonte sobre el meandro del río.

El amanecer era suyo. No solo por la tibia sensación que la claridad creciente extendía, no solo por la bruma que se elevaba hasta el ondulante tejado. Podía creer, en aquella inusual quietud, que era el único ser vivo del planeta. Había anulado la memoria.

He anulado la memoria, repetía, mientras las entrañas del pez, mientras bolas de fuego arrasaban, mientras ella decía.

8 comentarios:

Javier Moreno dijo...

Esto parece influenciado por Bilal.

Portnoy dijo...

uf... no creo, hace siglos que no leo a Bilal (desde los tiempos del Metal Hurlant, por lo menos)
:-)

Anónimo dijo...

No sé si esto es una crítica constructiva o destructiva, aunque de todas formas no me hagas caso. Simplemente no puedo con esa "manía" de adjetivar los sustantivos que está tan extendida...

miserias estructurales
tibia sensación
claridad creciente
ondulante tejado
inusual quietud

Quizá hagan falta, no lo niego, pero ya te he dicho que no me hagas caso, ¿no? (Porque además siento como si no dijese nada coherente)

Anónimo dijo...

Bórrese miserias estructurales de esa lista.

Anónimo dijo...

holas. me gustan mucho tus reseñas, aunque los textos que ecribes son mejorables. Saludos.

Portnoy dijo...

Sí, cierto, he oído muchas críticas sobre la adjetivación, aunque sigo sin entender los motivos por los que ese recurso es "malo", o una "manía" como dices. Sin pretender compararme, me pregunto que sería de los textos de Faulkner sin adjetivación.
En Ciudad Seva encontraréis algunos ejemplos.
Pero os agradezco sinceramente vuestros comentarios... de hecho ya tenía ganas de algún comentario "constructivo" que me ayudase a distanciarme del texto.
Gracias, Sebastian, Víctor... un saludo

Anónimo dijo...

No sé cuál es el problema "técnico" de la adjetivación, pero a mí me da la sensación de que recargan la lectura del texto, lo hacen menos fluido, y a la vez lo hacen más simple, que no sencillo. En mi opinión la mayoría de los sustantivos adjetivados pueden ser descritos de una manera mejor sin hacer uso de éstos, mediante subordinadas y una mayor elaboración de la situación.

También es verdad que cuando escribo, suelo tender hacia el lado opuesto, es decir, a no hacer uso de los adjetivos más que en los casos imprescindibles.

Y para no aburrir, es cierto que muchos autores hacen uso de ellos, pero de un tiempo a esta parte, es también común leer a mucha gente que los limita. Pero es sólo una opinión, porque como tú dices, tanto de un lado como del otro hay grandes escritores.

Aurora dijo...

Uff, los adjetivos pueden ser a la vez grandes aliados y tus peores enemigos. El texto queda soso si no los pones. Pero si te excedes con ellos, o no son los adecuados, la cosa queda aún peor. Por lo menos deben aportar algo, y nunca deben ser mera palabrería. Aún así, distinguir esto es tan difícil...