21/6/07

Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo

Nocilla Dream es muchas cosas. Tal vez, si lo que quisiéramos es definirla, nos sería más sencillo señalar lo que “no es”. No creo que Nocilla Dream sea una novela.

De la entrevista de Iván Humanes Bespín a Fernández Mallo:


Iván Humanes Bespín: Parafraseando un artículo que publicó en la desaparecida Lateral, ¿cree que es condición indispensable para la nueva novela, que lo menos obvio sea, precisamente saber que es novela?

Agustín Fernández Mallo: Esta pregunta me gusta, porque es algo que me parece fundamental. Cuando un género se establece totalmente, aparecen los tics, los amaneramientos, se agarrota, se esclerotiza por un exceso de colesterol en sus venas. El deslumbramiento estético sólo se da ante situaciones y objetos que nos desenfocan la mirada establecida. Entonces es cuando se regenera un género, o lo que es lo mismo, aparece uno nuevo.

Quizás la clave para definir Nocilla Dream deba referirse a lo que Agustín Fernández Mallo denomina “poesía postpoética”, de la que aquí podréis encontrar algunos ejemplos.

Así, de alguna manera, Nocilla Dream está relacionado con la poesía postpoética... quizás una prosa postpoética, o postprosística... ya digo que intentar definir esta obra es un trabajo arduo. No sé si seguir intentándolo a través de lo que “no es” (no es poesía, evidentemente) o si anotar alguna detalle de lo que es.
Nocilla Dream es un libro en el que abundan las citas. De las 217 páginas del texto, 27 pertenecen a citas de otros autores. Más del diez por ciento es material que no pertenece a su autor.
Entre todas las citas destaca la de Corrección de Thomas Bernhard. Ya hablaremos sobre ello más adelante.
El formato de Nocilla Dream nos hace pensar inmediatamente en un blog, el blog Nocilla Dream en el que su autor va dejando retazos de textos propios y fragmentos de lecturas que le han impresionado. Estoy seguro que si Nocilla Dream fuese un blog estaría enlazado desde los nuestros en lugar preferente. Nocilla Dream sería un excelente blog. Pero no lo es. Y quizás ese sea el problema al que me enfrento porque lo que tengo entre mis manos se me ha vendido como una novela y de ninguna manera se trata de una novela. Como producto editorial me parece una broma que juega con nuestros deseos de avanzar más allá de la novela como género. Nocilla Dream no anticipa la narrativa del futuro. Las obras de Joyce, Beckett o Bernhard sí lo hacen. La poética de Tzara, de Papasseit y de otros autores de principios del siglo XX ya juegan con los conceptos que emplea Fernández Mallo.
Nocilla Dream no rompe ningún esquema ni abre nuevos caminos. La colección de textos que componen la obra no son transgresores, ni mucho menos se pueden considerar “una de las apuestas narrativas más arriesgadas de los últimos años”. Creo que se parece bastante al monumento a Borges que se describe en Nocilla Dream, del que sólo se puede apreciar su aspecto externo, pero que es impracticable; se puede pensar, por su inaccesibilidad, que el interior oculta un gran tesoro artístico, pero en realidad es un monumento al vacío... y aquí aparece Bernhard de nuevo.
De todas las citas la de Corrección es la única cita estrictamente literaria. Y creo que ese es uno de los elementos verdaderamente transgresores de Nocilla Dream. Como si Fernández Mallo pusiera ante los ojos del lector dos tipos diferentes de textos literarios para que los compare y escoja: La crudeza narrativa de Bernhard con sus repeticiones llevadas hasta el extremo, con un ritmo repetitivo y molesto para el lector, largos párrafos sin puntos en los que la narración no avanza, contrastan abiertamente con los amables textos cortos de Fernández Mallo, claros narrativamente, precisos y concisos, sin alardes narrativos ni literarios. Por otra parte se oponen la tradición literaria europea, a la que a la narración se le añade un valor literario y artístico, con la narrativa estadounidense de finales del siglo XX, en las que el mayor valor de la obra es el impacto narrativo, llevando a los textos hasta el extremo de que las situaciones que se ofrecen al lector son tan extremas que no hay solución posible para el texto, al menos en las condiciones que se plantean (narrativa comercial) las “situaciones” iniciales siempre desbordan a las conclusiones, que suleen ser decepcionantes. Es Bernhard (y Joyce, y Beckett, ya lo dije) contra Auster, Ford, Irving y Stephen King. Y Fernández Mallo está claramente alineado. Ahí está la transgresión, la ¿sinceridad, cinismo? del autor (los motivos el los conocerá), entre lo complicado y lo sencillo, entre lo popular y lo que no lo es tanto, entre lo que se limita a explicar y lo que busca en la narración una forma artística, Fernández Mello escoge lo sencillo, lo popular, lo que explica, pero lo reviste de tal forma que parece otra cosa; no su contrario, porque entonces “sería” otra cosa, sino algo que parece indefinible. Y es la indefinición lo que hace de Nocilla Dream una obra peculiar. Me ha parecido una broma, un tanto pretenciosa en ocasiones, un tanto retorcida en otra (la parte en la que anticipa las posibles críticas que la obra puede recibir parece intentar condicionar a los críticos... algo que, por otra parte, Bolaño había hecho con anterioridad y más contundentemente en Los detectives salvajes) Pero una broma en definitiva.
Una broma que parece retar al crítico o al lector a que diga que no lo es. Una broma que muestra y no concluye. Sus textos proponen situaciones límites, pero sabiendo que son imposibles de concluir coherentemente, las deja suspendidas en el marasmo del texto. Pero tal vez no hay conclusiones porque no hay valor de llevar el texto hasta sus últimas consecuencias, lo cual sí sería arriesgado (tanto escribirlo como publicarlo) Entonces el texto dejaría de ser una broma y se convertiría en una obra literaria.
Hace unos años otro poeta, Xuan Bello, nos sorprendió con su obra narrativa recogida en Historia Universal de Paniceiros. Por extrañas razones, el libro de Fernández Mallo me recordó el de Bello por dos motivos, por tratarse de prosa de poetas y por lo sobredimensionado de su éxito. Estos inesperados éxitos editoriales suceden en ocasiones, ni los autores ni los editores pueden explicarlo.

No voy a negar la corrección de la obra de Fernández Mallo. Ni el derecho de la editorial Candaya a promocionar las obras que editan como crean conveniente. Pero en el caso de Nocilla Dream me parece que el tiempo será implacable. Una vez que el fenómeno deje de ser novedoso veremos qué permanece en la memoria. Tal vez alguna idea, tal vez alguna imagen de las muchas que pueblan el libro y que voluntariamente no son desarrolladas. Tal vez Nocilla Dream sirva para publicitar la obra poética de su autor. O tal vez estemos equivocados y, como dice Fuca “si la novela es un género muerto, como dicen algunos agoreros, y (Nocilla Dream) es la herencia” lo mejor será dejar de leer novelas.

Me parece que Nocilla Dream no funciona como novela. Funciona como otra cosa, como un ejercicio amable y poético, pero apenas nada más. Nada, al menos, que justifique su publicidad desmesurada.


Me permitiréis para terminar que también introduzca yo una cita al estilo de Nocilla Dream (yo también puedo ser rizomático y modernillo):

"Perdón por la gente moderna, porque corro el peligro de mirarla y perder la razón".
Nacho Vegas, En la sed mortal.

En la página de la Editorial Candaya podéis encontrar las distintas reseñas que sobre Nocilla Dream se han escrito.

P.S.: Por cierto, mis disculpas por haber repetido tantas veces
Nocilla Dream... como no podía decir "novela"... :-)

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamente Nocilla Dream no es una novela. Yo la definiría más bien como una tomadura de pelo.

subal dijo...

Sabroso post. Ya sabía yo que nos lo pasaríamos bien. Reflexionaré largamente. Por supuesto discrepo en muchas cosas de las que hoy ha dicho. Pero empecemos por lo que nos une. Yo también pensé sobre la naturaleza de la cosa que tenía entre las manos. Eso nos une.

Por azar, inmediatamente después, me leí el ensayo Afterpop, de Eloy Fernández Porta, escrito en mi opinión bajo los influjos paranoico-críticos de Dalí, que intenta vertebrar una crítica "afterpop" de una supuesta nueva literatura, que se caracteriza, a grosso modo, por estar sustentada no en referentes literarios sino en cosas totalmente ajenas a ellos (oiga, yo posiblemente me muera sin leer a Joyce, y le aseguro que no se me van a caer los anillos que no llevo). Así, entiendo que esta novela se ha de leer como si fuera una película —o inicio fulgurante de una película— que uno ve por Telecinco; es decir, plagada de anuncios. Las citas, en este caso, son anuncios televisivos.

Seguro que usted, cinéfilo impenitente,hecharía pestes de ver un clásico del cine por Telecinco o Antena3, con sus bizarros cortes comerciales. Pero el tema es que la mayoría se traga laspelis así, y de aquí nace una cultura diferente de entender la cultura y las cosas en general. Por ello creo que es una novela generacional.

Bueno, no se me tiren a l a yugular, prometo pensar más en ello. Creo que el éxito de Nocilla radica, principalmente, en que uno se puede leer esto como auténtica literatura sin sentirse un miserable meapilas que no ha leído las lecturas canónicas. Atreverse a ello es lo que hacen la mayoría de bloggers.

Consideren este comentario como un simple esbozo. Seguiremos. Por supuesto.

Que bien nos lo pasamos, ¡señor conductor!


Un dato que le saqué a Fernández Mallo; considera influencias suyas a los surrealistas gallegos. No me haga decir quiénes son. Seguro que saldrán en algún comentario de los compañeros.

Anónimo dijo...

Pues suena terrible la Nocilla. Menos mal que no la lei.

Anónimo dijo...

En mi opinión creo que el libro es sencillito, si hablamos de literatura dentro de sus cauces formales claro. El estilo es reconocible, como muy bien ha apuntado el Sr. Portnoy, y la estructura no es algo que no hayamos intuido ya muchos de nosotros, bueno, podríamos calificarlo de postmoderno, postpoesía o alguna etiqueta clasificadora. Donde yo creo que si intentan innovar (la editorial no tiene ni idea de ello aunque lo parezca) es en reflejar una inquietud, sobre el arte en particular y que planea sobre el mundo, la de que las cosas no son lo que parecen, una novela no es una novela y cosas así. Creo que llegan tarde.
Yo no piqué con las reseñas de la fajilla jeje. Leí un artículo sobre Fernandez Mallo y me atrajo su concepto de teoría cuántica que tenía sobre las cosas. Puedo entrever algo de esto en la intención del escritor sobre la obra, pero no sé explicarlo con palabras. ¿Será esto que siento Arte? Me lo haré mirar.

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Señor Portnoy, si fuera an amable de borrar mi último comentario y poner este (el orden de mi discurso es disperso e induce a error). Gracias.

El bueno;

Atención, pregunta.

Fernández Mallo, que se sepa, no ha leído a Julio Ramón Ribeyro y sus "Prosas apátridas".

Prosas apatridas, ¿qué es? ¿Novela? seguro que no. ¿Pensamientos dispersos? Puede que sí. ¿Ensayo? nah. ¿Dietario? ¿Protoblog?

Pero todos estaremos de acuerdo en que "Prosas apátridas" sí es literatura, y de la buenísima.

Otro pensamiento que me asalta. Bolaño es buenísimo por muchos motivos. Pero fácilmente copiable. Su valor, entre infinitos otros valores, ha sido el de ser el primero en. ¿En qué? En alguna cosa que se me escapa.

Sin querer entrar en comparaciones odiosas, creo que una medallita que se le puede colgar a Fernández Mallo es la de ser el primero en. ¿En qué? En algo que también se me escapa.

Por supuesto, los copiadores de Bolaño son immundos, así como los de Fernandez Mallo serán.

ps.- Subal ha escrito varias incorrecciones ortográficas, atentados intolerables. El más flagrante, a mi modo de ver, es el de "Hechar pestes", que tiene sólo 13.400 entradas en google. "Echar pestes", sin embargo, contiene 197.000. Cretino. Echar pestes va sin hache.

Anónimo dijo...

Algunas veces las teclas juegan malas pasadas y aparecen h o v o j donde no les corresponde; llamarles “atentados intolerables” me parece “inmundo”, ¿o son los copiadores de Bolaño y los hipotéticos de Fernández Mallo los “inmundos”?

Sigo pensando en el comentario que tengo que escribir sobre “Nocilla Dream”.

Anónimo dijo...

Eso, señor Vendepatrias. Gracias Fuca. Pero, por favor. Centrémonos en el debate. Conozco a vendepatrias. No se lo tomemos en cuenta. No nos desviemos de la cuestión.

Anónimo dijo...

Pues yo estoy de acuerdo con parte de vuestros comentarios, pero nunca dudé de que lo que estaba leyendo era una novela; hay un narrador en las historias que cuenta (dejo a un lado las citas entresacadas de libros, revistas y periódicos), hay un hilo conductor entre algunos relatos (ese árbol en el desierto de Nevada del que cuelgan zapatos), hay personajes principales y secundarios..., en resumen, una novela, una novela pretendidamente experimental, lo que pasa es que me parece que ese experimento no llegó a buen puerto.

Comparas, Portnoy, el formato de “Nocilla Dream” con el de un blog y a mí me parece acertada esa comparación, pero para blog yo ya leo el tuyo, que me parece mucho más interesante y atractivo.

Hablas, Subal, de que esta novela se debe de leer como si fuera una película plagada de anuncios, podría ser pero, desde luego, no la identificaría con una buena película. También hablas de novela generacional, en eso no estoy muy de acuerdo; si Fernández Mallo hubiera nacido diez años más tarde, a finales de los 70, podría entenderlo, en un narrador de 40 años, no. Y es verdad que alguna influencia de Cunqueiro noté cuando estaba leyendo la novela, pero están tan a años luz que ni siquiera lo resaltaría en un comentario de esta obra.

Seguiremos comentando.

Anónimo dijo...

Nocilla Dream me entusiasmó, no les mentiré y como bien dice Portnoy es una novela alinaeda. Ahora bien, yo creo que hasta que no veamos sus dos otras partes no veremos que alcance puede tener la obra o al menos, si se trata de una trilogía, dónde pretende llegar Fernández Mallo.

La tan manida estética blog no es tal pero se agradece que se recuperan las vanguardias de ayer para explicar el hoy y dar algo de aire al futuro. Creo que ahí acierta Fernández Mallo: su Nocilla Dream quiere descolocarnos, y eso es innegable, al menos lo consigue. Puede que sí sea excesivo situarla al lado de Cortázar o Bolaño, pero por fortuna creo que esa no es la idea de Fernández Mallo.

De todas formas lo que me parece más fascinante y sugestivo de Nocilla Dream son esos desiertos sacados del Mapa de América. Esas historias de desgarro postcarverianas que me dejan KO.

Anónimo dijo...

Veo una seria contradicción entre querer practicar una escritura sin colesterol (léase la entrevista) y luego darle a la Nocilla...

Sergi Bellver dijo...

Si la novela fuera un género muerto, (yo todavía no lo tengo claro) y esta Nocilla fuese la herencia, lo mejor (o al menos, lo que uno piensa hacer) no sería dejar de leer novelas, en absoluto, sino dedicarse a la arqueología, a la paleoliteratura si es preciso.

Detesto la etiqueta "generacional", me suena a brete pasajero, a oportuno, sobre todo a oportuno. Y eso es de lo peor que le puede pasar a un libro (pónganle el género que les apetezca), aparecer con un sospechoso halo de oportunismo. Lo que sustenta la mejor literatura es siempre intemporal, aunque avance con la inercia de las cosas, aunque participe en su tiempo, desde el margen o en el ojo del huracán, en contra de la corriente o dejándose ir, como un madero náufrago, en una deriva sin premeditación, o con el rumbo fijo en una intención.

Sinceramente, no creo que esta Nocilla Dream sea tan mala como dicen sus más férreos detractores, ni desde luego tan buena como dicen sus más absolutamente exagerados paladines. A veces, lo peor que le puede pasar a un libro, es que hablen demasiado bien, demasiado pronto, y demasiada gente (de la metida en este tinglado de lo literario). Por algo será, y esta vez, no por una literatura arrebatadora, precisamente. Porque la carraca suena a nuevecita y hay que seguir con la feria, hay que vender cachivaches que brillen, aunque se vayan a olvidar pronto (ya lo verán). Creo que Fernández Mallo, si es inteligente, que me lo parece, sabrá mantenerse un poco al margen de estos laureles y permanecer despierto para futuros trabajos. Si en vez de inteligente es sólo listo, venderá muchos libros de su trilogía, sin duda.

Decía el autor (quien, por otra parte, me cae bien, como individuo, aunque no venga a cuento) en una entrevista reciente, que había escrito mucho con la televisión de fondo, con el ruido herziano como paisaje, con esos programas de televenta y concursos varios como fuente de "inspiración".

Qué quieren que les diga, los hay que todavía leemos en silencio, o con algo de música, quizás, y escribimos con la misma intimidad, y apenas encendemos ese trasto. Llámenme jurásico, si les apetece. Yo sólo sé que se me han quitado las ganas de seguir con la trilogía... hace falta valor, hace falta valor, ven a... en fin.

Un saludo a todos.

Portnoy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Portnoy dijo...

De los jugosos comentarios que habéis dejado (no os imagináis como os lo agradezco y espero que no os moleste que responda en general) me gustaría entresacar un par de cosillas que parecen poder concluirse de ellos. En primer lugar la falta de consenso sobre lo “que es” Nocilla Dream: novela o no, prosa poética o poesía postpoética, literatura “sencilla” o rizomática (o cuántica, que también se menciona), tomadura de pelo o ejercicio postmoderno. Como siempre me cuestiono todo, incluso mis opiniones, me pregunto si es preciso definir o encerrar en una categoría la obra de Fernández Mallo.
Sea como sea, como dice Alvy, Nocilla Dream nos descoloca. Y como apunta Sergi, eso es bastante oportuno.
Fuca apunta algo bastante interesante sobre la posibilidad de entender Nocilla Dream como una novela generacional, si no fuera por la generación a la que pertenece el autor. Hay algo que no acaba de encajar, cierta anacronía.
Y sé de qué hablo.
:-)

Amablemente me han pasado algunos poemas de Pedro García Casado, pertenecientes a su poemario El mapa de América, que parece estar relacionado con Nocilla Dream:

SPIN OFF

la vida es un telefilme de bajo presupuesto
correcto sencillo sin grandes pretensiones

crímenes de mentira chicas compradas al peso
actores de segunda y música prestada

la vida es un telefilme basado en hechos reales


El poema parece una definición de Nocilla Dream. Tal vez existe cierta corriente literaria que apunta a la sencillez en la forma, sin pretensiones y de rápido consumo, basado en hechos reales condenados a ser olvidados.
Lejos, muy lejos de los esforzados literatos, empeñados en la palabra justa, en la frase precisa.

Por eso no me cuadra la inclusión del texto de Bernhard. Y no me cuadra porque Fernández Mallo es poeta, sí, pero también es físico. Hay belleza en la física, cierto. Pero lo que la física estudia es, ante todo, la causalidad.
Bernhard no es una inclusión al azar.

Un saludo y muchísimas gracias por vuestros comentarios

Anónimo dijo...

Supongo que incluye a Bernhard, Portnoy, porque es uno de los pocos narradores a los que lee; Fernández Mallo lo confiesa en varias entrevistas, apenas lee novelas y casi no termina ninguna. Quizá por ello escriba “Nocilla Dream”, un collage de secuencias, algunas sugerentes (no va a ser todo negativo en mi valoración), pero que dejan al final una sensación de frustración, un convencimiento de que eso no era lo que esperábamos. Tampoco yo leeré las otras dos partes de la trilogía, que parece que ya tiene escritas (¿por qué no las publicó en un solo volumen?).

Una de las dos citas que encabezan el libro es de Marguerite Duras: “Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiéramos”. Ya sabemos qué escribe Fernández Mallo, yo seguiré con mis lecturas de novelas, aunque no sea posmodernas; en estos momentos con “La muerte de Virgilio” de Hermann Broch.

Ps. Prefiero no hablar de errores gramaticales pero el autor debería saber que la perífrasis gallega “ir + infinitivo”, en castellano es “ir+a+infinitivo”, así que lo de “fuimos vivir” suena bastante mal.

Jobove - Reus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Portnoy dijo...

No conozco a ningún tipo de Reus que esté en sus cabales: Señor Buster Keaton, o justifica su aserto o elimino el mensaje.
:-)

Cierto, Fuca, pero ¿te das cuenta que la gran mayoría de lecturas de autores contemporáneos resultan finalmente decepcionantes?
Yo creo que para crear la novela que debe suceder a la "novela muerta" (en el supuesto de que eso haya ocurrido, algo que aceptaremos únicamente como hipótesis de trabajo) uno se debe alejar lo máximo posible de los circuitos comerciales.
Tal vez, la narrativa moderna pertenezca exclusivamente a aquellos autores que dominen completamente El arte de desaparecer según Vila-Matas. Quizás sea imposible separar el hecho de publicar con cierto valor comercial de la obra editada.
En fin, un sinsentido.
Un saludo

L dijo...

Un apunte sin demasiada importancia: es Pablo García Casado, no Pedro.

Portnoy dijo...

Pablo... culpa mía, lo siento... ni siquiera puedo argumentar una buena resaca como la de hoy para justificar el error.
Un saludo

Anónimo dijo...

Pues yo, lo que más detesto de Fernandez Mallo (su novela ni me emociona ni me irrita, es decir, sale victoriosa ante el lamentable éxito editorial de hace unos años, la horripilante Sombra del viento; es una miscelánea agradable, punto) es, publicidad aparte, que siempre nos quiera recordar que él es científico, y que eso le hace diferente al resto de escritores. La imagen externa por encima del texto.

José Puente dijo...

a mí la verdad es que el librito en cuestión me está gustando. estoy de vacaciones y no quiero nada que sea especialmente denso, no sé si me explico. lo que me molesta es la actitud pueblerina (no sé qué otro adjetivo le podría colocar) que lleva a calificar la obrita de quintaesencia del riesgo literario. eso sí que es un puto fraude. tan arriesgado como salir de fiesta sin dinero pero por los bares de tus amigos. ahora, no lo hagas cada día, que te verán el plumero, je

Anónimo dijo...

Bueno, como recién llegado a este blog, quede impresionado, aunque sin excesos, por el comentario de Portnoy. Me parece brillante, y estoy de acuerdo en gran parte. Y no es gratuito decir esto, pues me vengo paseando toda la tardecita por blogs y páginas para ver que las opiniones sobre la Nocilla se "alinean" en otros frentes.
No he leído sino una parte de los comentarios, ténganme en cuenta esta ignorancia. Y diré, que en lo que discrepo con Portnoy, lo digo como gran admirador de Joyce, sobre todo el gran Bernhard, y esa corriente europea en la que incluiría como padre, con otras intenciones estéticas a Musil; lo que discrepo, decía, es en que admiro a Auster, al menos su Trilogía, lo único que conozco y que me ha elevado mucho, aún reconociendo la diferencia.Creo que hay cierta literatura, aparentemente clara, sencilla, que tiene un gran poso, un mundo dentro. Vila-Matas podría ser otro ejemplo. Por lo demás, poco que aportar que no sea adornar innecesariamente lo que dice Portnoy sobre la Nocilla. Me convenció poco o nada, aunque reconozco su valor como estructura, que no se logra en lo narrativo para nada, y por tanto no es novela tal como yo la entiendo. He leído en Alejandro Marqués, Reseñas 57, que hay que esperar a ver si en la segunda entrega de esta trilogía, La nocilla es una trilogía al parecer, se consigue un mayor equilibrio entre experimento narrativo y ritmo narrativo. No coincido con su terminología, pero me parece afortunada su apreciación. De antemano imagino que no irá por ese derrotero Fernández Mallo, dado su empecinado convencimiento de lo hecho. Y menos tras el éxito. Además, y con esto prometo terminar, echo en falta comparaciones con novelas españolas. Yo he citado dos en http://es.shvoong.com/books/1659093-nocilla-dream/
Y aún no me las he encontrado por ahí. He descubierto aquí una nueva comparación interesante, sobre el capítulo de las críticas, tan elogiado en algunas páginas. ¡Es cierto, ya estaba en Los detectives...
Gracias por tan buena crítica, Portnoy, un placer descubrirte y me verás por aquí, más viendo, me ha parecido, que te interesa el cine. Pronto me registraré.
Soy NEREC

Portnoy dijo...

Eso es lo que pretendía decir, F, que son desmesurados los elogios para una obra que debe ser apreciada por lo que es y no más.
Nerec, me parece interesante que traigas a Cela que sí fue en algunos momentos de su vida experimental y arriesgado, aunque la relación de Nocilla con Cristo versus Arizona me parece más bien circunstancial.
Me apunto la novela de Arrabal que mencionas (otro escritor arriesgado y experimental)
Un saludo y gracias por vuestros comentarios

Jorge dijo...

A pesar de que no suele aventurarme en estos experimentos con la belleza, me he adentrado en las páginas de Nocilla Dream y me ha resultado excitante. Lo que permite sobre todo es habitar el texto, que se vacía a medida que lo vas transitando. Mis primeras reflexiones (algunas en sintonía con la entrevista) que intentaré matizar con el tiempo y la lectura del resto de la trilogía son: http://inficcion.wordpress.com/2011/12/05/el-yo-zapeado-en-nocilla-dream/