El libro negro de los cuentos es una colección de cinco relatos de la escritora inglesa A. S. Byatt que publica Alfaguara con traducción de Susana Rodríguez-Vida. Conserva casi intacto el título original Little Black Book of Stories, aunque habría que preguntarse a que obedece la supresión del “Little” en la edición española: ¿quizás las cosas “pequeñas” no se vendan bien? ¿el tamaño disuade a los lectores?... en fin, estos criterios comerciales se me escapan.
Lo que resulta evidente tras su lectura es que no es un “libro pequeño” hablando literariamente. Quizás debamos remarcar más la presencia del adjetivo “negro” en el título, sobre todo por la relación que pueda llegar a tener con la portada negra de Everyman de Roth o con la página del mismo color en el Tristram Shandy de Sterne, como veíamos hace unos días
NEGRO
¿El color de la muerte? ¿el símbolo de un Más Allá vacío de contenido? ¿Negro como Nada?
Pero lo que une a estos cinco relatos no es la muerte en sí, sino su proximidad, su presencia inexorable y ominosa. Porque en los relatos de El libro negro de los cuentos únicamente hay una muerte efectiva (y misteriosa), pero su presencia, sea en forma de una monstruosidad ciega que se arrastra en las profundidades de un bosque, (a la manera de La madriguera del gusano blanco, de Bram Stoker o The Terror of Blue John Gap, de Arthur Conan Doyle traducida como El espanto de la cueva de Juan Azul (en Valdemar)), o sea consecuencia de la edad de sus protagonistas, recorre las páginas de todos los relatos.
Cinco relatos que hablan de la Muerte sin mencionarla, cinco relatos en los que el lector se ve sumergido en un ambiente en el que, como en la propia vida, predomina la condición inevitable y provisional de nuestras existencias. Pero Byatt introduce en cada uno de sus cuentos un elemento fantástico que en cierta manera remarcan lo excepcional de nuestras vidas. El monstruo del bosque, la transformación en piedra de una mujer, la ausencia o la enfermedad son distintas formas en que la Muerte se presenta, pero esos mismos elementos ocultan detalles que hace que los relatos se decanten por el género fantástico sin abandonar el realismo predominante en ellos.
Material en bruto, uno de los relatos, me parece especialmente destacable por todo aquello de lo que siempre se habla en este blog. Jack Smollett un escritor de éxito fugaz, se gana la vida dirigiendo un taller de escritura creativa.
“Intentad evitar lo falso, lo forzado. Escribid sobre aquello que verdaderamente conozcáis. Convertidlo en algo nuevo.” Con estas premisas anima a sus alumnos a que literaturalicen su vida, a que dejen que aflore la tendencia a melodramatizar su propia vida. Uno puede desconfiar de consejos tan pueriles que no darán más que resultados banales y adocenados (*), aunque quizás no sea más que eso lo que buscan sus alumnos (Diácono de la Iglesia anglicana, agente inmobiliario, veterinaria, cajero de banco en paro, anciana de 82 años, contador, maestra de escuela, granjera, enfermera, estudiante esporádica, ama de casa, bibliotecaria y estudiante, son sus respectivas ocupaciones)
En medio de esta disparidad de orígenes y aptitudes para la escritura y de los consejos del profesor (“escribid sobre lo que conozcáis”) surgen dos joyas literarias, de un extraño atractivo sobre lo que quizás habría que discutir si su atractivo narrativo es fruto del contexto del relato o sí lo son en sí mismos, subrelatos que trascienden la trama y que permanecerán en la memoria como ejemplo del dominio de A. S. Byatt en la hibridación de géneros, de su capacidad de escribir desde fuera de sí, como otro escritor.
Ver Antonia Susan Byatt
El libro negro de los cuentos de A. S. Byatt ¿no tiene nada que ver con El libro Negro, de Giovanni Papini?
3 comentarios:
Interesante tu blog, si puedes visita el nuestro
http://telamamaria.blogspot.com
irreverente, iconoclasta y libertario
en Catalunya
Gràcias
No leí el libro de relatos que comentas pero lo leeré, ya que Byatt es una de las escritoras que me interesan; he leído dos novelas, “Posesión” y “La mujer que silba” y me gustaron, sobre todo la primera, una novela magnífica.
Sobre el color negro tengo una duda, ¿por qué lo asociamos con la muerte?, ¿será que cuando muramos lo veremos todo negro? Para Lorca, el verde era el color de la muerte y tiene su explicación, pero al negro no le encuentro la justificación.
Acabo de leer “La defensa” de Nabokov y también aparece el negro asociado a la muerte, un cielo negro, una luna negra...
Gracias por el enlace, María... nos iremos leyendo.
Lo del negro es una relación que establecemos, creo, de forma arbitraria... ¿o no? No sé, tengo que investigar sobre el tema. Cirlot no recoge nada en torno al negro como color de la muerte... tal vez la culpa sea de Bergman.
Creo Fuca que te gustarán los relatos de Byatt... la única pega es que sea verdaderamente Little. En fin.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.
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