Escribe Roth, según la traducción de Jordi Fibla para Mondadori:
¿Recuerdas a Gulliver entre los brobdingnags? ¿Cómo las sirvientas le hacían pasear sobre sus pezones por pura diversión? Él no consideraba que aquello fuera divertido, pobre y perdido hombrecillo. Claro que era humano, un médico inglés, un hijo de la Era de la Razón, un fiel seguidor del Sentido de la Proporción atrapado en un continente de extravagantes gigantes.
He repasado la estancia de Gulliver en Brobdingnag y no he encontrado la escena que menciona Kepesh. La pregunta entonces es ¿se equivoca Roth? ¿es un error deliberado por parte del autor para remarcar el irónico carácter de Kepesh? ¿es posible la existencia de varias versiones de Los viajes de Gulliver?
Lo más probable es que no haya sabido encontrar la edición concreta o buscar las palabras precisas. Sin embargo he encontrado algunas incoherencias en torno a Gulliver’s Travels y algunas de sus ediciones que se encuentran en Project Gutenberg
En la edición digitalizada de Los viajes de Gulliver (siento no saber quien es el traductor y seguramente lamentaré no haberme informado mejor para escribir este mensaje) se puede leer en la Segunda parte, Un viaje a Brobdingnag, Capítulo primero:
Para callar al nene, el ama hizo uso de un sonajero que era una especie de tonel lleno de grandes piedras y sujeto con un cable a la cintura del niño; pero todo fue en vano; así, que se vio obligada a emplear el último recurso dándole de mamar. Debo confesar que nada me causó nunca tan mala impresión como ver su pecho monstruoso, que no encuentro con qué comparar para que el lector pueda formarse una idea de su tamaño, forma y color. La veía yo de cerca, pues se había sentado cómodamente para dar de mamar, y yo estaba sobre la mesa. Esto me hacía reflexionar acerca de los lindos cutis de nuestras damas inglesas...
El E-text de Project Gutemberg nº 829 describe este episodio así:
The nurse, to quiet her babe, made use of a rattle which was a kind of hollow vessel filled with great stones, and fastened by a cable to the child's waist: but all in vain; so that she was forced to apply the last remedy by giving it suck. I must confess no object ever disgusted me so much as the sight of her monstrous breast, which I cannot tell what to compare with, so as to give the curious reader an idea of its bulk, shape, and colour. It stood prominent six feet, and could not be less than sixteen in circumference. The nipple was about half the bigness of my head, and the hue both of that and the dug, so varied with spots, pimples, and freckles, that nothing could appear more nauseous: for I had a near sight of her, she sitting down, the more conveniently to give suck, and I standing on the table. This made me reflect upon the fair skins of our English ladies…
Sin embargo la edición de Thomas M. Balliet, que tiene el nº de E-text 17157, lo reduce de la siguiente manera:
The nurse, to quiet her babe, made use of a rattle, which was a kind of hollow vessel filled with great stones, and fastened by a cable to the child's waist. As she sat down close to the table on which I stood, her appearance astonished me not a little. This made me reflect upon the fair skins of our English ladies…
El nº 829 parece ser más extenso y preciso que el 17157 o que la traducción al castellano. He buscado en esa edición, nº 829, referencias al pasaje que menciona Kepesh sin ningún resultado.
(Editado al día siguiente):
Pero Blanca, más habilidosa que yo encontrando, descubre en su edición de Gulliver's Travels de Penguin, 1967, capítulo 5, párrafo 6, p.157, el fragmento al que hace referencia Roth:
The maids of honour often invited Glumdalclitch to their apartments, and desired she would bring me along with her, on purpose to have the pleasure of seeing and touching me. They would often strip me naked from top to toe, and lay me at full length in their bosoms; wherewith I was much disgusted because, to say the truth, a very offensive smell came from their skins; which I do not mention, or intend, to the disadvantage of those excellent ladies, for whom I have all manner of respect; but I conceive that my sense was more acute in proportion to my littleness, and that those illustrious persons were no more disagreeable to their lovers, or to each other, than people of the same quality are with us in England. And, after all, I found their natural smell was much more supportable, than when they used perfumes, under which I immediately swooned away. I cannot forget, that an intimate friend of mine in Lilliput, took the freedom in a warm day, when I had used a good deal of exercise, to complain of a strong smell about me, although I am as little faulty that way, as most of my sex: but I suppose his faculty of smelling was as nice with regard to me, as mine was to that of this people. Upon this point, I cannot forbear doing justice to the queen my mistress, and Glumdalclitch my nurse, whose persons were as sweet as those of any lady in England.
That which gave me most uneasiness among these maids of honour (when my nurse carried me to visit then) was, to see them use me without any manner of ceremony, like a creature who had no sort of consequence: for they would strip themselves to the skin, and put on their smocks in my presence, while I was placed on their toilet, directly before their naked bodies, which I am sure to me was very far from being a tempting sight, or from giving me any other emotions than those of horror and disgust: their skins appeared so coarse and uneven, so variously coloured, when I saw them near, with a mole here and there as broad as a trencher, and hairs hanging from it thicker than packthreads, to say nothing farther concerning the rest of their persons. Neither did they at all scruple, while I was by, to discharge what they had drank, to the quantity of at least two hogsheads, in a vessel that held above three tuns. The handsomest among these maids of honour, a pleasant, frolicsome girl of sixteen, would sometimes set me astride upon one of her nipples, with many other tricks, wherein the reader will excuse me for not being over particular. But I was so much displeased, that I entreated Glumdalclitch to contrive some excuse for not seeing that young lady any more.
Este pasaje no aparece en la versión expurgada, ni en las traducciones al castellano de la novela. Debemos dudar de los textos que encontramos en la red.
(Fin de la edición)
Pero, ¿existe todavía otra versión de Gulliver’s Travels?
Podría ser, sobre todo teniendo en cuenta que en todas las ediciones el capítulo primero del segundo libro termina de la misma manera:
I blotted out several passages of less moment which were in my first copy, for fear of being censured as tedious and trifling, whereof travellers are often, perhaps not without justice, accused.
Sin embargo, al hacer una escrupulosa revisión, taché varios pasajes de menos momento que figuraban en el primer original por miedo de ser motejado de fastidioso y frívolo.
Fastidioso y frívolo. Tedioso e insustancial. Incoherencias
La cuestión es que lo que podemos leer de Gulliver's Travels es una revisión del texto original. ¿Expurgado? ¿Es en ese original dónde se exponen las fantasías que Kepesh quiere recrear? ¿O forma parte de la broma que justifica, a través de la literatura, la "enfermedad" del narrador de Roth?
(Editado al día siguiente):
Puck de Zona Tomada, nos aporta la referencia de la traducción más minuciosa de la obra de Swift: Se trata de la traducción de Pedro Guardia Massó para RBA Editores, Barcelona, 1994
(Fin de la edición)
12 comentarios:
¡El pecho! Magnífica sátira de Roth. Yo opto por lo segundo, forma parte de esa enfermedad "literaria" que pretende explicar Kepesh.
Tampoco yo recuerdo el pasaje en cuestión (leí la novela por última vez hace unos tres años) y creo que de haberlo encontrado lo habría asociado de inmediato a la literariamente famosa pulga en sus infinitas versiones.
No sé si para Gulliver sería una aventura divertida, pero creo que para Swift sí, sin duda... Aunque me suena más a novela francesa del XVIII... o a Rabelais (dependiendo de cómo esté escrito, digo).
Yo también opto por la mano de Roth. Veamos si se resuelve el misterio. Si es de Swift darás las referencias ¿no?
Un saludo.
Vernon
Un pecho gigante que deambula sin control y que para apresarlo tienen que recurrir ... a un sujetador.
Muy interesante.
Yo lo que no entiendo es que alguien pueda pensar en el cutis de una dama inglesa, por lo general pálido todo él con la excepción de la colorada nariz, con agrado.
Saludos.
Creo que he encontrado el fragmento al que se refiere Roth:
"The Maids of Honour often invited Glumdalclitch to their apartments, and desired she would bring me along with her, on purpose to have the pleasure of seeing and touching me. They would often strip me naked from top to toe, and lay me at full length at their bosom"
La edición que tengo es de Penguin, 1967, capítulo 5, párrafo 6, p.157. No dispongo de ninguna traducción al español, así que no sé cómo habrá sido traducido este fragmento, pero está clato que "bosom" es el pecho o seno femenino, así que no hay ambigüedad posible.
Y ya que estoy aquí, Portnoy, quería hacerte una propuesta: ¿podrías desarrollar un poco lo que dijiste acerca de los personajes de Rayuela, y de lo mal que habían entendido algunos el personaje de La Maga? Hace unos días apareció un artículo en El País de Manuel Vincent sobre Cortázar, donde afirmaba que todas las chicas que leían Rayuela en los años 70 querían ser como ella...eran otros tiempos, claro, pero sí que hay cierta tendencia al misticismo cuando se habla de la Maga. ¿Qué piensas?
Saludos
Blanca
De momento dejaremos de lado a Rayuela y mis particulares impresiones sobre el personaje de La Maga (que me llevaría demasiado tiempo explicar, sobre lo que llevaría la relectura de la novela) y el pecho que el científico loco convierte en una amenaza contra la humanidad en Todo lo que usted etc de Woody Allen, al que, en efecto, capturan con un sujetador gigante. Pocos dudan de las vidas artísticas paralelas de Allen y Roth.
Quiero agradecer a Blanca su hallazgo, que he incluido en el texto del mensaje.
Gracias a Puck por traernos con exactitud la referencia de la traducción al castellano más precisa de Los viajes de Gulliver.
A los demás, como siempre, muchas gracias por vuestros comentarios.
Vaya, ¡cuánto cambia la versión! Es gratamente alucinante.
No andaba descaminado Alvy singer.
Muchas gracias, Blanca. Muy buen hallazgo.
Un saludo.
Portnoy el horror, el horror, el horror....
http://www.imdb.com/title/tt0376479/
¡Siguen empañados, empeñados!
Ya sólo ver la sinopsis desanima.
Por los clavos de Cristo... jo, además hay que saber inglés para venir a ver a Portnoy. Bueno, a mí me vale, pero tal vez otros se queden a medias. En fin, si uno tiembla ante las traducciones, y lee esta entrada comparativa, se hace apóstata. Si hasta el original varía tanto, qué no perpetrará un traductor con la obra. Todo son relecturas, al final, supongo.
No sé si leer "El pecho" del otro Roth, porque un tipo que publica lo tiene como favorito y dijo el otro día que Cortázar era un mal cuentista y Juan Ramón un cursi. Ya me cayó gordo. Veremos.
Todavía falta la segunda parte de la crónica de la novela, Vernon... y también me decanto por la opción de Alvy, la "enfermedad" de Kepesh, que también padecemos nosotros: La literatura.
Porto, tienes razón... sólo pensar que se hayan atrevido descorazona. Por cierto, el detalle del director ya lo dice todo: Philip Noyce, especialista en terroristas y agentes de la CIA que salvan al mundo. ¡Que tiemble el Sueco, llega Ryan!
Guárdate noticias tan espantosas, Alvy.
Sergi: ¿el otro Roth? ¿Philip, el Otro? Posterior, si acaso, pero nuca Otro.
;)
¿Quién es quien dijo todo eso que dices? No puedo estar más en desacuerdo... incluso en lo de tener El Pecho de favorito. Es una obra anecdótica. A ver si tengo tiempo de escribir el resto.
Un saludo y, como no, muchas gracias por vuestros comentarios.
Favorito o de cabecera no sé, pero desde luego lo recomendaba con efusividad. No me atrevo a poner el nombre, no por pacato, es que no lo recuerdo con exactitud y no quiero meter la pata, pero fue el que ganó uno de los premios de Cajamadrid (no sé qué año), que editó Lengua de Trapo (no me empalen si me equivoco). ¿Puede ser un tal no-sé Reig, el de "Manual de literatura para caníbales", o algo así?
Azorado por la indefinición, pero imagino que ya me habrás pillado.
Por cierto, no había nada peyorativo (al contrario) en lo del "otro". También hay otro Mann, otro Tolstoi, etc.
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