12/6/06

Test literario: pregunta ocho

La fortaleza de los Cárpatos de la escritora Carolina Ginobili es una especie de alegoría sobre el paso del tiempo y la muerte de las esperanzas. En la fortaleza, como en el sanatorio de la novela de Swartz con la que ha sido injustamente comparada, el tiempo tiene una cadencia distinta y cuando Traum, el protagonista de la novela de Ginobili regresa a la fortaleza, cree haber ingresado en una especie de círculo temporal que como una vorágine destructora le conduce inexorablemente hacia la muerte, hacia el fin de los tiempos.
Ese mundo misógino y carente de objetivos fue crudamente retratado por la autora mostrando (y demostrando) las absurdas convenciones a la que los hombres (género) deben someterse para mantener su status dominante. Y como símbolo de todos esos protocolos la guerra, pero aquí una guerra apenas existente, mantenida a base de pequeñas escaramuzas contra un enemigo casi siempre invisible.
“Si tuviéramos un barco asaltaríamos un volcán junto al mar” , dice uno de los protagonistas.
La novela contiene un episodio que por sí mismo ha pasado a formar parte de los clásicos literarios. En él, soldados de los dos ejércitos enfrentados que se ven por primera vez, improvisan una tregua y en la pradera embarrada que forma la tierra de nadie juguetean con una pelota bajo un cielo plomizo.
Con este fragmento Carolina Ginobili no sólo clama por la estupidez de la guerra: “El grito se levanta contra la estupidez del macho que pretende estar harto de la guerra y crea un conflicto lúdico para desahogarse, pretendiendo que las naciones son ciegas máquinas burocráticas que envían a sus hombres a la muerte, obviando que las naciones están formadas por cientos de machos aburridos sentados en sus despachos”
La novela concluye con la celebérrima escena en la que la mujer le explica al hombre la posibilidad de un amor eterno: “Llámame Cathy” dice “y yo te llamaré Hit...” Y Traum la interrumpe grosera y violentamente “Déjame en paz, mañana parto a la guerra”

Pregunta para lectores atentos: ¿Cuál fue el resultado del partido?

a.- 0-0

b.- 1-13

c.- 1- 2

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El resultado del partido es, como casi siempre, 0-0; el hombre partirá para la guerra o para donde le dé la gana y la mujer lo estará esperando, soñando en amores eternos. Ahora que lo pienso no tengo claro que esto sea un 0-0, no entiendo mucho de partidos ni a los partidos.

Un saludo.

Sergi Bellver dijo...

Traum tiene un primo francés, un tal Rêve, que es juez de linea. Juntos amañan el partido, con una pena máxima (injusta, por supuesto) en el último minuto. Pero Gestalt, otro primo hermano de Traum, bastante más decidido, lanza desde el punto fatídico (un mojón de hierba seca a modo de pedestal, o de peana de ahorcados) y envía el guiñapo de trapo (no pudieron improvisar otra cosa) a las nubes.

Empate a cero, por supuesto, mientras Traum insista en buscar la verdad en el destello de la espada y la mujer pretenda encontrarla al regreso del guerrero.

Empate a cero si los equipos se conforman con sus roles.

Anónimo dijo...

Las guerras son el auténtico motor del progreso. Y no porque durante las mismas se produzcan los más asombrosos avances científicos y tecnológicos; es decir, no sólo por eso, sino porque es en tiempo de guerra cuando las mujeres traicionan a los imbéciles de sus maridos, pobres tontos que van a combatir, con los varones prudentes que permanecen en retaguardia. Darwin obliga.

Javier Moreno dijo...

d. Nunca terminó.

(Al margen, hay una película colombiana bastante regular llamada "Golpe de Estadio" que es una adaptación al conflicto armado colombiano del famoso incidente descrito en la novela.)

Portnoy dijo...

Golpe de estadio... no la ví y eso que sale Emma Suárez. Sí vi la que lanzó a la fama al director, La estrategia del caracol. Original y divertida... ¿qué opinas de ella, j.? (de la película, no de Suárez)
Fuca, yo creo que el hombre pierde, tanto el guerrero como el que pretende ser el adalid de la evolución permaneciendo en la retaguardia... la tontería es hagamos una tregua y rompámonos las piernas jugando a futbol... competir, siempre competir.
Porque, Sergi, tal y como lo cuentas, con el amasijo de trapos perdiendose en el infinito, el partido debe ser aplazado (o resuelto a tiros, que es lo mismo)
Un saludo y muchas gracias por vuestros comentarios... paciencia que ya se termina...

Javier Moreno dijo...

La estrategia del caracol es un relato sobre una Bogotá que siento como propia. Lo más parecido a una película sobre mi ciudad. Eso es lo que nosotros somos.

Creo que es la mejor película de Sergio Cabrera y dudo que alguna vez logre hacer algo mejor que eso. Se perdió en los vericuetos de la política parlamentaria.

Golpe de Estadio, por su parte, logra ser entretenida. Tal vez se pueda enviar la recua de mulas por ella.