En la actualidad, Pablo Monasterios ha retomado su actividad literaria que, tras diez años de exitosas novelas, había abandonado para dedicarse en exclusiva al cine.
Su primera incursión, si dejamos aparte el anecdótico cameo en la puesta en escena de una de sus novelas, fue a través del trabajo de construcción de un sólido guión junto al director de la que sería la adaptación de su conocido relato La historia del tendero.
Monasterios y Beda García, el director, elaboraron un entramado narrativo en torno a una breve anécdota, que en la película se explica oralmente al modo de los antiguos rapsodas, creando un submundo romántico que ensalza las relaciones entre los habitantes de un mismo lugar. Después de la buena acogida de la película, Monasterios quiso embarcarse en un proyecto más personal, haciéndose cargo personalmente de todos los aspectos de elaboración de un film, tanto en lo que respecta al guión como a la dirección, rodeándose más que de colaboradores, técnicos y actores, de buenos amigos.
Sin embargo la película resultó un desastre en todos los sentidos debido a:
a.-que la crítica dijo que el componente literario de la película se imponía sobre el cinematográfico como era de esperar.
b.-que la crítica dijo que el componente cinematográfico de la película se imponía sobre el literario como era de esperar.
c.-que olvidó poner cinta en la cámara.
3 comentarios:
Es un comentario muy gracioso. No conozco el tipo de quién se habla. El componente humorístico se impone al asunto.
Creo que estamos empezando a tener problemas con la realidad. Por favor, comprueben que las cosas a su alrededor AÚN no han empezado a cambiar de aspecto.
:-)
No se puede jugar con la realidad impunemente, Portnoy. Tus travesuras están colapsando las urgencias psiquátricas de la maltrecha sanidad patria. También estás provocando que Google se colapse con consultas sobre el austero Pablo Monasterios, Broad Maximilien y Jean Claude d’Auviers. Gamberro.
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