Y antes de continuar quisiera agradecer públicamente a Subal, quien, con su generosidad, me ha dado a conocer las ideas de un restaurador de cine, Cherchi, que con su obra abre una puerta a un panorama desolador en el que la corrupción de lo filmado, de la imagen en movimiento, implica la destrucción de la memoria.
El libro es una reflexión teórico-filosófica en torno a la “muerte del cine” entendida como la degradación y desaparición del soporte cinematográfico; sobre la memoria del espectador y los procesos que le envuelven durante la exhibición de imágenes; sobre la ingente cantidad de imágenes que se graban diariamente; sobre el deterioro físico de todo medio de almacenaje y de todo medio de reproducción y exhibición.
El cine parece escaparse entre nuestros dedos y lo que conseguiremos salvar será más bien una muestra no necesariamente representativa.
En Tren de sombras hay una extensa reseña sobre este interesantísimo libro.
Quisiera detenerme en uno de los pasajes de la obra porque me parece que tiene especial importancia y porque además me servirá para hablar de un par de cosas más adelante.
Jornada XXXVIII
La imagen pornográfica:
Erigiéndose en una entidad teórica, la Imagen Modelo tiene su contrapartida en la imagen pornográfica. (...) El espectador que contempla esas imágenes adquiere un estatus privilegiado, en el sentido de que se supone que el tiempo t es igual a la duración real o supuesta de los actos sexuales representados en ellas. (...) Ahora bien: las condiciones en que esas imágenes son realizadas y presentadas, las objeciones en contra de su consumo colectivo (...) y el estigma social vinculado a ellas garantizan que el conjunto de las imágenes en movimiento que se corresponden con la urgencia de contemplar o llevar acabo dichas prácticas no se considere, en general, como parte integrante de la historia del cine en el sentido habitual del término [ ya que la historia del cine “está desfigurada por juicios de valor e intenciones”] es más: según los criterios de esa historia la imagen pornográfica ni siquiera existe. La ausencia de un valor artístico reconocido (...) y el hecho de que el propósito de esas imágenes sea transgredir los códigos morales generalmente aceptados en la vida colectiva hacen que no sólo sea inevitable su destrucción, sino que se dé por sentado que tendrá lugar. Así como la Imagen Modelo es la abstracción de una posibilidad irrealizada, su contrario es una imagen que, ya de entrada, jamás hubiera debido ver la luz.
No es mi intención hacer una apología de la pornografía, ni negar la existencia de imágenes que jamás deberían haber visto la luz, simplemente porque el hecho que graban jamás debería haber ocurrido.
Las teorías de Cherchi conducen a una gradación artística de las imágenes en movimiento y por tanto a un criterio de recuperación más urgente contra más próximas estén estas al paradigma de Imagen Modelo (una especie de Idea platónica cinematográfica)
Lo que me fascina es la posibilidad que implica la teoría sobre la gradación sobre todo cuando, dando una vuelta de tuerca más,autores con una clara intención artística y, en cierta manera, deseos de crítica social, se acercan, imitando a la realidad (coincidencia del tiempo t), a ese tipo de imágenes que “jamás hubieran debido ver la luz”
Pero eso otro día.
1 comentario:
Hola, estoy buscando este libro pero no lo encuentro. ¿Podrías decirme dónde lo has comprado? Gracias. Saludos
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