30/12/05

Un segundo más...

Y Cesárea dijo algo sobre los tiempos que se avecinaban (...) habló de los tiempos que iban a venir y la maestra, por cambiar de tema, le preguntó qué tiempos eran aquéllos y cuándo. Y Cesárea apuntó una fecha: allá por el año 2.600. Dos mil seiscientos y pico. Y luego, ante la risa que provocó en la maestra una fecha tan peregrina, risita sofocada que apenas se escuchaba, Cesárea volvió a reírse, aunque está vez el estruendo de su risa se mantuvo en los límites de su propia habitación.

Roberto Bolaño, Los detectives salvajes.


Tal vez dentro de mil o dos mil años, en América, pensó, ¡Pero no ahora! ¡No ahora!


William Faulkner, Desciende Moisés.


El tiempo no tiene ninguna "verdad". Cuando nos parece largo es largo, cuando nos parece corto es corto; pero nadie puede saber su extensión real. (...) ¿Qué es el tiempo?- preguntó Hans Castorp (...) Percibimos el espacio con nuestros sentidos, por medio de la vista y el tacto. Perfecto. ¿Pero quién de nosotros puede percibir el tiempo? (...) ¿Y cómo podemos medir una cosa de la que no podemos definir ni uno sólo de sus caracteres? (...) Para que pudiera ser medido sería preciso que transcurriese de una manera uniforme, ¿y quién dice que es así? Nuestra conciencia no, desde luego. Tan sólo lo suponemos para garantizar un orden, y nuestras medidas no son por lo tanto más que convenciones...

Thomas Mann, La montaña mágica.

Pues dejadme que también sea convencional y os desee un buen año 2006.

Pero dejadme también que siembre la incertidumbre en vuestros ánimos: ¿Qué ocurrirá en el segundo de más que se le añade al 2005 para ajustar nuestros relojes con la "realidad" planetaria?
Es un segundo que no existe, en el que quizás nos convertimos en una especie de gatos cuánticos viviendo en el espacio real y con un tiempo imaginario, un segundo más cerca del fin, aunque nosotros pensemos que aún no,¡no!, todavía nos queda un segundo, una vida...

Hasta el año que viene.

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