20/7/05

Philip Marlowe, Detective privado

En todo lo que se puede llamar arte hay algo de redentor. Puede que sea tragedia pura, si se trata de una tragedia elevada, y puede que sea piedad e ironía, y puede ser la ronca carcajada de un hombre fuerte. Pero por estas calles bajas tiene que caminar el hombre que no es bajo él mismo, que no está comprometido ni asustado. El detective de esa clase de relatos tiene que ser un hombre así. Es el protagonista, lo es todo. Debe ser un hombre completo y un hombre común, y al mismo tiempo un hombre extraordinario. Debe ser, para usar una frase más bien trajinada, un hombre de honor por instinto, por inevitabilidad, sin pensarlo, y por cierto que sin decirlo. Debe ser el mejor hombre de este mundo, y un hombre lo bastante bueno para cualquier mundo. Su vida privada no me importa mucho; creo que podría seducir a una duquesa, y estoy muy seguro de que no tocaría a una virgen. Si es un hombre de honor en una cosa, lo es en todas las cosas.

Es un hombre relativamente pobre, pues de lo contrario no sería detective. Es un hombre común, pues de lo contrario no viviría entre gente común. Tiene un cierto conocimiento del carácter ajeno, o no conocería su trabajo. No acepta con deshonestidad el dinero de nadie ni la insolencia de nadie sin la correspondiente y desapasionada venganza. Es un hombre solitario, y su orgullo consiste en que uno le trate como a un hombre orgulloso o tenga que lamentar haberle conocido. Habla como habla el hombre de su época, es decir, con tosco ingenio, con un vivaz sentimiento de lo grotesco, con repugnancia por los fingimientos y con desprecio por la mezquindad.

El relato es la aventura de este hombre en busca de una verdad oculta, y no sería una aventura si no le ocurriera a un hombre adecuado para las aventuras. Tiene una amplitud de conciencia que le asombra a uno, pero que le pertenece por derecho propio, porque pertenece al mundo en que vive. Si hubiera bastantes hombres como él, creo que el mundo sería un lugar muy seguro en el que vivir, y sin embargo no demasiado aburrido como para que no valiera la pena habitar en él.



Raymond Chandler, El simple acto de matar.


Chandler quería que el papel de Philip Marlowe lo interpretase Cary Grant. Sin embargo, el escogido para darle vida cinematográfica por primera vez fue Humphrey Bogart.



Esto es sólo el preámbulo.


Para conocer la "vida" de Philip Marlowe nada mejor que este artículo:

Historia particular de la infamia

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL DETECTIVE PRIVADO
En el diario vivir de un Investigador privado tenemos que señalar las aportaciones que esta profesión les da al sistema judicial del mundo donde se permite nuestra labor como herramienta para conseguir evidencias en un juicio determinado contra una identidad o un ser humano.
Nuestros trabajos van mas aya de lo que presentan en el cine por las dificultades que tienes que pasar un buen investigador privado, somos blanco de la delincuencia común que ve en nosotros sus mas cercanos enemigos por la proximidad que tenemos con estas mafias desorganizadas en las calles de cualquier ciudad, la policía en la mayoría de países nos ve como unos improvisados que sin ninguna autoridad andan metiendo las narices en el trabajo que ellos están realizando porque en muchos de los casos los hacemos quedar como unos coge cheques que no tienen una vocación con sus responsabilidades, los fiscales en las mayorías de los casos nos aborrecen por las innumerables evidencias que conseguimos, por la audacia de nuestro empeño para demostrar la inocencia que en algunos casos de pena de muerte donde esta se practica, se disuelven siendo nosotros los responsables invisibles de la terminación justa de un expediente injusto y cruel en el mundo de hoy. No podemos dejar sin mencionar el CLIENTE que en algunas circunstancia se cambiarte en nuestro primer enemigo cuando sus expectativas no son como las soñó, arremete contre nosotros con demandas y otras tácticas que en ocasiones ponen en peligro hasta nuestra integridad física.
El DETECTIVE PRIVADO es un profesional a tiempo completo, por desgracia de muchos improvisados hoy nuestra profesión esta en un camino peligroso por todas las fallas que comenten unos pocos y que son atribuidas al gremio que nos ocupa. En cuanto a la fantasía del disfraz o la invisibilidad del detective privado tenemos que destacar que en ocasiones se requiere mas personal para despintar que el perseguido nos descubra, en ese caso como los recursos no son nunca iguales a los de la policía incubierta tenemos que recurrir a trucos para cambiar de apariencia y seguir a nuestro objetivo sin que el trabajo termine en una agresión en contra de nuestra vida.
Nosotros los INVESTIGADORES PRIVADOS nunca dejaremos de existir, los malos y los buenos porque somos una necesidad en nuestros países donde reina la libertad junto al buen juicio de una causa justa contra sus ciudadanos

ANGEL MARTINEZ
Escritor (E) Investigador Privado
WWW.MARTINEZINVESTIGATIONS