9/7/05

La parte de los crímenes (II)

El último caso del año 1997 fue bastante similar al penúltimo, sólo que en lugar de encontrar la bolsa con el cadáver en el extremo oeste de la ciudad, la bolsa fue encontrada en el extremo este, en la carretera de terracería que corre, digamos, paralela a la línea fronteriza y que luego se bifurca y se pierde al llegar a las primeras montañas y a los primeros desfiladeros. La víctima, según los forenses, llevaba mucho tiempo muerta. De edad aproximada a los dieciocho años, medía entre metro cincuentaiocho y metro sesenta. El cuerpo estaba desnudo, pero en el interior de la bolsa se encontraron un par de zapatos de tacón alto, de cuero, de buena calidad, por lo que se pensó que podía tratarse de una puta. También se encontraron unas bragas blancas, de tipo tanga. Tanto este caso como el anterior fueron cerrados al cabo de tres días de investigaciones más bien desganadas. Las navidades en Santa Teresa se celebraron de la forma usual. Se hicieron posadas, se rompieron piñatas, se bebió tequila y cerveza. Hasta en las calles más humildes se oía a la gente reír. Algunas de estas calles eran totalmente oscuras, similares a agujeros negros, y las risas que salían de no se sabe dónde eran la única señal, la única información que tenían los vecinos y los extraños para no perderse
.

Así termina La parte de los crímenes en 2666 de Roberto Bolaño, diluyendo todo el horror en la cotidaneidad de la vida.
En el anterior post, deliberadamente descontextualizada, se encuentra la lista de mujeres asesinadas que aparecen en la novela de Bolaño. Los que buscamos fantasmas no los encontraremos. Los que buscamos literatura, tampoco. Bolaño utiliza en este texto una realidad tan contundente que acaba por entorpecer nuestros sentidos de lectores.
¿Debemos, mientras leemos La parte de los crímenes, centrarnos en los asesinatos (realidad), o en las historias (literatura) que se desarrollan alrededor de estos? ¿Hay por parte de Bolaño una busqueda intencionada de cansar, por acumulación, al lector, de atudirlo con una realidad a la que no podemos enfrentarnos?
Es esa crueldad inhumana, oculta, irresoluble e imparable uno de los motivos de la obra de Bolaño. En La parte de los crímenes escoje una curiosa forma de mostrárnosla, apelando a nuestra memoria, a lo fácil que olvidamos y a lo necesario que es no hacerlo.
Recordemos.
(Y no ocurre sólo en Santa Teresa- Ciudad Juarez)

1 comentario:

Francesc Puigcarbó dijo...

hola: queria escribir un comentario en mi blog sobre la Parte de los Crímenes, pero he visto este y me he dicho, no hace falta, lo copio y ni tan siquiera lo traduzco al catalán para que no se pierda nada y cityo la referéncia.

El motivo del comentario és sólo para solicitar tu autorización.

Grácias.