¿Se puede hablar de Hamsun obviando que regaló la medalla de su premio Nobel a Goering Goebbels?
¿Se puede hablar de Hansum, se puede comentar su obra, sin recordar que fue un nazi declarado?
“Knut Hamsun era antisemita”, dice Markson en La soledad del lector.
También dice que fue conductor de un carro de caballos en Chicago o que hizo chasquear la liga de Selma Lagerlöf en la entrega de los Nobel.
Hambre fue publicada en 1888. Sus valores narrativos están por encima de la postura política de su autor. Quizás no, quizás se pueda pensar que su posicionamiento a favor del nazismo devalúe perpetuamente su obra. No entraremos en ese debate, pero de hecho estamos en ese debate.
En ocasiones conozco datos respecto a algunos autores pero no puedo relacionarlas con sus obras al no haberlas leído. Leo Hambre sin referencias conscientes. Leí a Céline, su Viaje al fin de la noche, sin conectar conscientemente con la polémica de su postura política. Admiro a Cela al mismo tiempo que le desprecio como persona (o como personaje público, eso nunca queda demasiado claro)
Tal vez la condición del ser humano reducido a la miseria plasmado narrativamente no tenga nada que ver con las ideas políticas.
Sin embargo, no puedo ver una película de Riefenstahl sin sentir cierto rechazo.
Dejémoslo, el tema me aburre un poco.
Lo que más me ha interesado de Hambre es su completa oposición a Oblomov, de Goncharov.
Oblomov se publicó en 1859. Hamsun publicó Hambre 29 años después. Los personajes de ambas novelas conforman unas imágenes tan radicalmente opuestas que no puedo dejar de relacionarlos. Creo que no hay en la historia de la literatura dos personajes que se contrapongan tanto, que representen dos extremos irreconciliables, como el narrador de Hambre y el propio Oblomov.
La verdad es que se me ocurrió porque los dos personajes me dejaban, mientras leía sus respectivas novelas, la urgente necesidad de inmiscuirme en la narración. Como lector sentía que debía entrar en la novela, coger por la solapa a esos dos patéticos individuos y abofetearlos hasta hacerlos reaccionar.
Ahora vendría una lista en la que desarrollaría los caracteres opuestos de los dos personajes, del Oblomov que se abandona a la inacción y del narrador de la novela de Hamsun dispuesto a vivir únicamente del dinero que le proporcione la venta de sus artículos periodísticos, muriendo lentamente de hambre, consumido por la miseria.
Pero no hay lista.
Da la sensación de que la famosa cita de Oblomov prefigura por oposición al escritor protagonista de Hambre. Por su parte, el narrador de la novela de Hamsun, desarrolla un orgullo desmedido por su actividad y el sacrificio que eso comporta. Como si en cada momento de su redacción, Hamsun tuviese presente a Goncharov y quisiera rebatir las teorías oblomovistas.
No sé, quizás sea un tema interesante a desarrollar. Lástima que todas mis simpatías sean para el bando de Oblomov.
A pesar de mi posicionamiento en la vagancia, reconozco que Hambre es un texto muy interesante, que desarrolla, quizás en una de sus primeras formas, al narrador desquiciado y, posiblemente, infidente que protagonizará tantas buenas novelas a lo largo del siglo XX.
¿Se puede hablar de Hansum, se puede comentar su obra, sin recordar que fue un nazi declarado?
“Knut Hamsun era antisemita”, dice Markson en La soledad del lector.
También dice que fue conductor de un carro de caballos en Chicago o que hizo chasquear la liga de Selma Lagerlöf en la entrega de los Nobel.
Hambre fue publicada en 1888. Sus valores narrativos están por encima de la postura política de su autor. Quizás no, quizás se pueda pensar que su posicionamiento a favor del nazismo devalúe perpetuamente su obra. No entraremos en ese debate, pero de hecho estamos en ese debate.
— ¿Cómo es que una muchacha tan joven, es dueña de un cine?Inglourious Basterds; Quentin Tarantino
— Mi tía me lo dejó.
— Gracias por ofrecer "Una Noche Alemana".
— No tuve opción, pero gracias.
— Adoro las películas de Riefenstahl especialmente "Piz Palu". Es fantástico conocer una chica francesa que sea admiradora de Riefenstahl.
— "Admiración", no es el término que yo usaría para describir a Fraulein Riefenstahl.
— Pero admira el director Pabst, ¿no?
— Yo soy francesa, monsieur. Los franceses respetamos a los directores de cine.
— ¿También a los alemanes?
— Incluso a los alemanes.
En ocasiones conozco datos respecto a algunos autores pero no puedo relacionarlas con sus obras al no haberlas leído. Leo Hambre sin referencias conscientes. Leí a Céline, su Viaje al fin de la noche, sin conectar conscientemente con la polémica de su postura política. Admiro a Cela al mismo tiempo que le desprecio como persona (o como personaje público, eso nunca queda demasiado claro)
Tal vez la condición del ser humano reducido a la miseria plasmado narrativamente no tenga nada que ver con las ideas políticas.
Sin embargo, no puedo ver una película de Riefenstahl sin sentir cierto rechazo.
Dejémoslo, el tema me aburre un poco.
Lo que más me ha interesado de Hambre es su completa oposición a Oblomov, de Goncharov.
Oblomov se publicó en 1859. Hamsun publicó Hambre 29 años después. Los personajes de ambas novelas conforman unas imágenes tan radicalmente opuestas que no puedo dejar de relacionarlos. Creo que no hay en la historia de la literatura dos personajes que se contrapongan tanto, que representen dos extremos irreconciliables, como el narrador de Hambre y el propio Oblomov.
La verdad es que se me ocurrió porque los dos personajes me dejaban, mientras leía sus respectivas novelas, la urgente necesidad de inmiscuirme en la narración. Como lector sentía que debía entrar en la novela, coger por la solapa a esos dos patéticos individuos y abofetearlos hasta hacerlos reaccionar.
Ahora vendría una lista en la que desarrollaría los caracteres opuestos de los dos personajes, del Oblomov que se abandona a la inacción y del narrador de la novela de Hamsun dispuesto a vivir únicamente del dinero que le proporcione la venta de sus artículos periodísticos, muriendo lentamente de hambre, consumido por la miseria.
Pero no hay lista.
"Escribir de noche -pensó Oblómov-, ¿cuando dormirá? Seguro que gana más de cinco mil al año. ¡Eso sí que está bien! Pero escribir todo el tiempo, derrochar el alma, el pensamiento en menudencias, cambiar de convicciones, comerciar con la inteligencia, violentar la propia naturaleza, sufrir la inquietud, la indignación, no conocer el reposo y estar siempre en movimiento... Y escribir, escribir siempre, ser como una rueda, una máquina: escribir mañana y pasado mañana, en días de fiesta, en verano, escribir constantemente: ¿Cuando podrá detenerse y descansar? ¡Qué desgraciado!"Iván A. Goncharov, Oblómov, Alba editorial, traducción de Lydia Kúper de Velasco
La conciencia de mi honradez se me subió a la cabeza, tuve el sentimiento grandioso de que yo era un carácter, un faro completamente blanco en medio del mar cenagoso de los hombres (…)Extractos de Hambre, de Knut Hamsun. No puedo citar ni la edición ni al traductor.
Me senté y le expliqué que tenía un artículo que me agradaría mucho ver publicado en su periódico. Tanto trabajo y tantos esfuerzos me había costado.
— Lo leeré— dijo al cogerlo—. Sin duda todo lo que escribe le cuesta esfuerzos; pero es usted demasiado violento. ¡Si pudiese usted ser un poco más circunspecto! Hay siempre demasiado nervio. Pero lo leeré.
(…)
Todos los días trabajaba mucho, dándome apenas tiempo de tomar mi alimento antes de ponerme a escribir.
Mi lecho, como mi mesilla vacilante, estaban llenos de notas y cuartillas escritas, en las que trabajaba alternativamente. Agregaba a ellas las nuevas ideas que se me ocurrían durante el día, modificaba, daba vida a los puntos muertos con una palabra escogida de aquí o de allá, avanzaba con gran trabajo de frase en frase, a costa de grandes esfuerzos. (…)
Da la sensación de que la famosa cita de Oblomov prefigura por oposición al escritor protagonista de Hambre. Por su parte, el narrador de la novela de Hamsun, desarrolla un orgullo desmedido por su actividad y el sacrificio que eso comporta. Como si en cada momento de su redacción, Hamsun tuviese presente a Goncharov y quisiera rebatir las teorías oblomovistas.
No sé, quizás sea un tema interesante a desarrollar. Lástima que todas mis simpatías sean para el bando de Oblomov.
A pesar de mi posicionamiento en la vagancia, reconozco que Hambre es un texto muy interesante, que desarrolla, quizás en una de sus primeras formas, al narrador desquiciado y, posiblemente, infidente que protagonizará tantas buenas novelas a lo largo del siglo XX.
EDITADO: 22/05/12
Leo en Los hijos de Nobodaddy de Arno Schmidt, en la segunda parte, El brezal de Brand, ambientada en Alemania, 1946:
(…) ahora simplemente imprimen viejos éxitos conocidos desde hace 20-30 años. Algunos de ellos aceptables (…) “Misterios” de Hamsun uno de los más aceptables; y yo me acordé: tiene, no obstante, lo que podría llamarse caracteres técnicamente “sobredesarrollados” —no porque lograra individualidades sobrehumanamente grandes, ¡Dios me libre! — pero todo esto es demasiado prolijo: después de 300 páginas no se sabe más acerca de los personajes que no se supiera ya después de 100; a esto lo llamo yo sobredesarrollado (…) (Prefiero el Gordon Pym: donde aparecen tamaños pulpos es porque el mar es profundo; no así en el caso del nazi Hamsun. — Aún lo estoy viendo cómo, moviendo el bastoncito, ya con 80 años y todavía no sensato, corteja la ocupación alemana, pasa revista a los submarinos, y se entusiasma con la “bestia rubia”.
(Traducción de Fernando Aramburu, ed DeBolsillo)
Leo en Los hijos de Nobodaddy de Arno Schmidt, en la segunda parte, El brezal de Brand, ambientada en Alemania, 1946:
(…) ahora simplemente imprimen viejos éxitos conocidos desde hace 20-30 años. Algunos de ellos aceptables (…) “Misterios” de Hamsun uno de los más aceptables; y yo me acordé: tiene, no obstante, lo que podría llamarse caracteres técnicamente “sobredesarrollados” —no porque lograra individualidades sobrehumanamente grandes, ¡Dios me libre! — pero todo esto es demasiado prolijo: después de 300 páginas no se sabe más acerca de los personajes que no se supiera ya después de 100; a esto lo llamo yo sobredesarrollado (…) (Prefiero el Gordon Pym: donde aparecen tamaños pulpos es porque el mar es profundo; no así en el caso del nazi Hamsun. — Aún lo estoy viendo cómo, moviendo el bastoncito, ya con 80 años y todavía no sensato, corteja la ocupación alemana, pasa revista a los submarinos, y se entusiasma con la “bestia rubia”.
(Traducción de Fernando Aramburu, ed DeBolsillo)
EDITADO: 23/05/2012

Premios Nobel de literatura: Una lectura crítica; de Laura Vaccaro