“Escribes en un muro un montón de nombres, tantos como te apetezca, y tachas uno. Cualquiera que los mire es probable que lea algunos, pero puedes estar seguro de que intentará leer el que has tachado. Algo así quiero hacer con mi novela”.
Esta es una novela tachada, solo que no
hay forma de leer la parte tachada.
Esta también es una novela sobre
muertos. Luis Rodríguez está muerto. Al parecer lo enterraron pero
nadie se quedó a ver si salía de su tumba.
No como en el entierro de Houdini, del
que nadie quería irse esperando la fuga del escapista.
Luis Rodríguez es mejor escapista que
Houdini.
No se puede decir de que trata 8.38.
Puede ser porque no cuenta ninguna historia. O porque cuenta
infinidad de historias, un montón de nombres, tantos como te
apetezca. Y luego está la parte
tachada, la novela que confiesa querer escribir Rodríguez, y que
está simplemente esbozada o levemente explicada.
Pero
si nos quedamos con esa parte tachada no lograremos descubrir la
verdadera novela que esconde 8.38,
que no es otra que la propia 8.38.
¿Mi problema con
la novela? Que estoy un poco cansado de los juegos metanarrativos, de
la inmersión del autor en su propia novela y de la constante
autoreferencia.
No voy a negar que
tiene pasajes de gran calidad narrativa y que va insertando historias
muy interesantes en todos los sentidos. Pero me parece que toda la
parte metanarrativa (sea lo que sea eso, pero creo que ya entendemos
de que habla) y que de alguna manera sirve para darle “cuerpo” a
la novela, una especie de continuidad que enlaza los fragmentos, es
superflua.
Quiero
decir, ¿por qué esa parte, la de Rodríguez y sus novelas, no es la
que está tachada? De alguna manera podemos sobreentender esa parte
en todo texto y, creo, hubiese sido mejor que las historias se
enlazasen por sí solas... o dicho de otra forma, ¿por qué se
necesitan nexos que enlacen un batiburrillo de historias por sí
mismas interesantes? ¿por qué cuesta tanto aceptar una novela que
no tenga concesiones con el lector? Y creo que 8.38
las tiene. Aunque no tantas como una novela convencional.
Y puedo asegurar que 8.38 no es convencional.
2 comentarios:
¿Y no hacer concesiones al lector no sería hacer concesiones a otro tipo de lector que prefiere que no se hagan concesiones? ¿No elige todo escritor el tipo de lector al que está dispuesto a hacer concesiones?
Estoy leyéndola en estos momentos y entiendo perfectamente lo que quieres decir. Es verdad que es la primera vez que leo algo de este autor y estoy muy sorprendida. A mí me gusta que jueguen con mi percepción y con mi comprensión aunque esa metanarrativa de la que hablas me descoloca.
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