11/9/18

El viajero más lento, de Enrique Vila-Matas

Compré este ejemplar de El viajero más lento en una librería de segunda mano de Urueña. De hecho era casi la única librería que estaba abierta. Al parecer la mayor actividad en el pueblo de Valladolid se produce los sábados. Era un día entre semana. Hacía mucho calor. Buscábamos el lado en sombra de las calles. Caminábamos despacio. Entramos en la librería. Compré el libro, que parecía esperarme como una premonición, y un tarro de miel. No me importó que estuviese subrayado. Es más, me pareció que otro viajero lento había dejado algunas pistas escritas en el ejemplar. Pero si os soy sincero no he sabido desentrañar el mensaje.
He copiado los fragmentos subrayados. Me he saltado muchas citas de otros autores y varios nombres propios que aparecen subrayados. Como si el anterior propietario hubiese querido informarse sobre Barbara Jacobs, por ejemplo. O como si hubiese tenido la intención de verificar la veracidad de las citas.
No sé, me da la sensación que el anterior propietario tenía muchas dudas y lagunas. Me pregunto si alguna vez se informó sobre lo subrayado. Me pregunto, entonces, por qué se deshizo del libro. ¿Completó su investigación, la abandonó? ¿Es el subrayado un propósito que no llegó a realizar? ¿Prefirió no hacerlo?
No sé.



“en un instante, con un solo gesto, dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera visto”
Ha conseguido un nombre y que lo impone sabe muy bien que, por ese motivo, deja de ser escritor, pues administra posiciones como un burgués cualquiera.
“extraño fenómeno, el por qué les fascina tanto oir las músicas de otras lenguas”
Botho Strauss, Heine Müller y Thorsten Becker.
Edgar Varese (…) si puedo cantarle el Bamboleo.
El novelista de provincias que se dedica a escribir contra su ciudad.
Los jubilados se ocultan en los cruces y, en cuanto ven que alguien comete una infracción de tráfico, lo denuncian, así cobran una suculenta comisión por la multa.
Marieluise Fleisser.
Una hermosa edición de las prosas microscópicas de Robert Walser.
De Goethe siempre pienso en Kleist.
Escupe un amarillento cartón.
Henriette Vogel después de cantar y bailar sobre la hierba.
Walter Benjamin que importa poco no saber orientarse en una ciudad pero que perderse, en cambio, en una ciudad como quien se pierde en un bosque, requiere aprendizaje.
En esta ciudad en la que ver que algo permanece intacto es todo un acontecimiento.
“Le prohíbo que utilice mi pedido”
Tienda del librero judío.
Algo muy sordo y enigmático.
Hoy es como si todo aquel nazismo que persiguió al librero hubiese triunfado.
Travessera.
Dos fanáticas de las palomas.
Muy lejos de aquí, en otras voces y otros ámbitos, en el sanatorio las personas y en el anticuario los muebles, pero jamás aquí.
Valéry Larbaud.
Su tendencia al descubrimiento de territorios literarios inéditos.
Saint-John Perse.
Inquisiciones literarias.
Profundamente enraizado en una idílica tierra de infancia (…) la muerte, un sueño estival roto.
Barnabooth.
Aquella sofocante tendencia del otro a recorrer el mundo como una nube que temiera llegar tarde a una tormenta.
Se vea que Barnabooth es un heterónimo.
Ataque de hemiplejía (…) conservó enteras su lucidez (…) total del lenguaje.
“Se dice que en Rusia ya no saben que son los celos. Yo soy ruso”
Pidió un cigarrillo (…) “Sería el último”
“Somos demasiado parecidos a nosotros mismos”
El Quijote es una novela policíaca (…) y ya ese lector está lleno de sospechas.
“...la gente muere con los pies fríos. “Juana de Arco, no”, dijo Buster Keaton, y quedó muerto.
Una banda visual continua, toda la imaginería del cine mudo y de las avenidas del viento de los años veinte.
“Durante años viví con Diana hablando de todo”
La bella Bronwyn (…) El señor de la guerra.
El sueño de los héroes.
Mi amigo empezó a conocer, según sus propias palabras, la calma, la tranquilidad que siempre da la máscara del nombre propio.
Nom de plume.
Dos nombres: uno pequeño que era de todos conocido, y el nombre verdadero o gran nombre, que se tenía oculto.
“Lo que llamamos rosa, por cualquier otro nombre olería igual”
“¿Es la rosa roja en la oscuridad?”
Acude a un sanatorio mental, donde le curan gracias al sencillo pero muy eficaz método de cambiarle el nombre.
“Aun sigo mudo y me hago fuerte en el silencio”
“El sentido del ser humano es dormir”
“Que tiene su tarea cotidiana normal, que duerme sueño, que come comida, que bebe bebida y por eso está alegre”
El escritor busca desesperadamente una salvación, y sabe que si en los próximos años no logra establecer contacto.
“¡Tú, irrepetible, único, original, irremplazable!”
“Deseaba asesinarlo en mí”
Cuentos de fantasmas de M. R. James.
“La solitaria y única certeza de saberme un espíritu que ha tomado un cuerpo, una apariencia en espera de disolverse, algún día, en el aire y en invisibilidad”
La narradora de Aquí vivía yo, el último cuento que escribiera Jean Rhys un impresionante.
Cuerda espectral de mi selección.
Uno de los fantasmas más tontos del Universo.
Monterroso (…) Bartleby en compañía de los hermanos Tanner.
“Fue tiempo ayer, mañana seré nada”
Jean Echenoz (…) Heissenberg (…) recuperar los climas de las ficciones.
Se ocultan tras.
No sé, no he leído a Racine.
Y la conjura patafísica.
“Reescribo cuatro o cinco veces cada libro”
Se nota que del cine le gusta el montaje.
Esas minúsculas señales que a Gombrowicz le van indicando en Cosmos la dirección del vuelo de la narración.
Tercer raf.
Todas las cartas de amor son ridículas.
Descalificar, desde el primer momento (…) Echenoz es de los que (…) no vale la pena copiarla de nuevo.
Cruzar la casa de doble entrada.
(…) que es Movimiento perpetuo (…) “Nada más seguro para la mosca que colocarse en el matamoscas” (…) espías inmortales de las moscas (…) Son las vicarias.
“A estos perritos les encantan las rodillas”
Cansados (…) lejos, han ido abandonando su condición (…) para acabar entrelazándose entre ellos.
Especie de perímetro.
Ve tres veces El eclipse.
Antonioni es geométrico, matemático, y estéticamente corresponde a Piero della Francesca.
“Voy a esperar unos días para regocijarme más”
Cibernética literaria.
“Para demostrar que en sociedad la gente tiene que tirarse pedos”
(Machine celibataire)
Es la obra esquizoide.
La reanimación del cráneo de Danton por los mecanismos del diamante.
La deprimente dentadura de Felice Bauer.
Máquina de coser paraguas.
Petersburgo, la excepcional novela.
Fotografías de la época para ver que allí -con esa cara de murciélago-
El secretario cleptómano de Apollinaire.
El alma inmortal del gordo.
Sordo rumor de conversaciones.
De quien me finja enamorado.
“Un escritor es como un artillero”.
Amnésico, shandy y ventrílocuo.
Pisar el acelerador, llegar a fondo, sin paliativos.
La ciudad es un museo del dinero.
Josep Pla escribió que la revolución era un simple cambio de personal.
En un estado de pre-escritura (…) exclusivamente las páginas amarillas de la guía telefónica de Moscú.
Carandache, un libro de Kafka y una cajetilla.
Con perfecto estilo de tartamudo.
Port Lligat, donde rodé una extraña película.
Pues, que estas escenas tengan la belleza triste, glacial y exacta de las grandes planchas enciclopedistas.
Provocan el consiguiente póster.
“En centímetros cúbicos, el volumen del Universo requiere un número de ochenta y cinco cifras”
La angustia de ir de noche por una carretera desierta.
Se escindió todavía más mi alma automovilista.
“Hace demasiados esfuerzos para ser real” (…) intuyó los abismos.
El sol entraba a través de la persiana hasta las páginas del guión.
“Los guiones buenos y originales son casi tan raros en Hollywood como las vírgenes”
Leig Brackett.
Escritura desgarrada con la que castigó, en el sentido más literal, su estilo.
Esplendor del filo del cuchillo.
Sus signos de puntuación casi pictóricos.
Quería acabar con tantas palabras que nada significan.
Un coleccionista de tormentas. (…) y los gatos.
Este deporte basado en contradecirlo todo (…) un adolescente profesional.
Harry Mattews (…) Cigarretes (…) una metáfora de la estructura en volutas del libro.
Un escritor que se fumaba todo lo que escribía en papel de liar cigarrillos.
No era pues que bromease (…) apenas se tomaba algo en serio.
Una vida radiante, feroz, insolente, lúcida, generosa, tierna y violentamente hostil a la imbecilidad y a la mediocridad.
Rey del barrio de Saint Germain.
“Boris fue siempre futuro. Su muerte es pasado”.
Incluso pródigo.
Obra plural e infinita sucesión de cajas chinas.
Jamás habla si no es para contestar.
Se dice que su risa recordaba el tenue crujido del papel.
También Odradek (…) era el murciélago de las fotos o el mujeriego que se divertía formulando peticiones de mano.
Cámara de Escritura para Desocupados.
Ambos deseaban ver destruidos sus escritos, preferían no haberlos hecho.

A continuación, también en lápiz, la fecha de finalización de la lectura: 3 / XII / 01.

10 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Estuve en Urueña hace unos años y recuerdo con gusto alguna de sus librerías. El día que yo estuve también había varias cerradas; era un día de entre semana.
Qué curioso es leer los subrayados de otro lector: es como penetrar en su mente, como comprender sus gustos y preocupaciones. Por esto me ha satisfecho tu entrada. Gracias por ello.
Un abrazo

Portnoy dijo...

Urueña es una visita que recomiendo, incluso entre semana. :-)
Gracias por tu comentario.

Unknown dijo...

Mejor entre semana...

Anónimo dijo...

Interesante este nuevo género del subrayado.

Avanti pópolo.

V-M

Vero dijo...

El asunto es que muchos de esos comentarios parecen fragmentos de otras reflexiones que no se escribieron pero que completan (o sostienen, apuntalan) su sentido. Las líneas de los subrayados, por otro lado, delinean un posible retrato del que los hizo. Saludos, Portnoy.

Portnoy dijo...

Esa era la idea, Vero, conocer al subrayador.
Avanti, señor V-M.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.

Javier Moreno dijo...

Me gusta que don Enrique siga visitando este reino subterráneo. :)

Portnoy dijo...

Sí, a mi también.
:-)
Y que lo hagas tu también. Parecen los viejos tiempos. XD

Luisru León dijo...

Pues resulta que yo compré en el Rastro un ejemplar subrayado de Exploradores del abismo, aunque solamente estaban subrayados los primeros relatos, después el primer propietario del libro lo había abandonado abruptamente. Por fortuna, el subrayado era a lápiz y me entretuve tarde y media en borrarlo todo. Libros de segunda mano, siempre. Pero subrayados, jamás.

Portnoy dijo...

Vaya paciencia, Luisru.
En la biblioteca tienen uno en el que cada palabra "extraña" está subrayada... como es de Valle-Inclán está prácticamente toda la novela subrayada. Pienso denunciarlo :-)
Un saludo y gracias por tu comentario.